Capítulo 2.

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Me desperté con gritos jodidamente desagradables y fuertes.

No sé como medio vecindario no había venido ya a quejarse.

Ví la hora en mi móvil 7:54.

¿Qué coño?

Era un sábado por la mañana y yo que tenía planeado quedarme dormida hasta las dos del mediodía, despertarme, comer e irme a hacer la siesta. Luego volver a levantarme merendar algo ligero, sentarme en el sofá, hacer un maratón de películas de televisión. Cenar e irme a dormir.

Me levanté preocupada ya que los gritos no cesaban.

Abrí la puerta de golpe, cerré la puerta de un portazo.

Yo, cuando me despertaban temprano tenía muy mala leche, pero un sábado, peor aún.

Estaba dispuesta a bajar por las escaleras y dar dos ostias al que estuviera gritando así.

Pero me encontré con un moreno de ojos cafés, su tez era blanca, y salió sin camiseta, del mismo humor que yo.

- ¿Pero qué mierdas? - preguntó en voz alta mientras salía de su habitación y se percató de mi presencia -. Soy Aaron Carpenter - se presentó, borde total.

Imbécil.

- Leah - le respondí seca, e incluso borde.

Los gritos no cesaban.

- ¡Me voy a cagar en la puta madre que lo parió todo! - grité mientras bajaba las escaleras echa una furia, olvidándome por completo de Aaron.

Los gritos venían de la cocina así que entré en ella y me encontré a Nash gritando.

- ¡ME CAGO EN TU MADRE Y EN TODOS TUS MUERTOS GRIER! - le solté en toda la cara.

- Te dije que se despertarían con mis gritos - le dijo a Cameron que se encontraba a su lado, este asintió.

- ¿Esto era un puto concurso? - preguntó Aaron mientras entraba en la cocina furioso.

- Nooooo que vaaaaaa - mintió Cameron y salió corriendo dejándonos a mí, a Aaron y a Nash solos.

- ¡Cameron mamón! - gritó mirando en la dirección que se había ido Cam.

- ¿Y bien Grier? - pregunté mientras me cruzaba de brazos.

- Todo tiene una explicación - dijo escaqueándose.

- Pues venga, queremos oírla - le respondió Aaron.

- El huevón de Cam me obligó a hacerlo - lloriqueó como un niño pequeño.

Intercambié una mirada con Aaron.

- Voy a por él - dijo y asentí.

Salió dejándome sola con Nash.

- Te juro que no fue mi culpa Leah - dijo de nuevo.

- Te juro que te corto los huevos Grier - le dije entre dientes.

Entraron Cameron y Aaron por la cocina. Aaron cogiendo a Cameron para evitar que se escapara.

Le obligó a sentarse en un taburete y me acerqué a él.

- ¿Y bien Dallas? - me sentía como una detective, interrogando a los sospechosos de un asesinato.

- Simplemente anoche le dije a Nash que yo podría despertar a la gente con mis gritos y él no. Y decidimos probarlo hoy - me explicó tan tranquilo y se encogió de hombros, restándole importancia al asunto.

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