Taehyung aparto al cachorro, dejandolo junto a Jimin. -Kookie podemos ir... ¿Jungkook?- Su sonrisa se desvaneció al no ver al pelinegro.

-Tae, Jungkook ya se fué.

-Creí que iriamos juntos.

-Tae, ¿Esta todo bien entre ustedes?- El castaño lo observó confundido. -Quíero decir, Jungkook se veia molesto.

-Nosotros no hemos... ¡Oh Dios mío! Jimin, soy un grandísimo idiota.- Ahora era el tierno del rubio de observarlo confundido.

-Desde que llegó Yeontan e ignorado a Jungkook sin darme cuenta.- Taehyung mordía su labio con nerviosismo, sabía que había echo algo malo, había ignorado a su novio, no, a su prometido durante tres largos días.

-Taehyung eres increíble, no me sorprende que Jungkook este molesto, debés hablar con el y disculparte.

El castaño asintió ante las palabras de su amigo, no había notado el daño que estaba haciendo, pero ahora era el momento de arreglarlo. Tomó su teléfono y marco el número de Jungkook, su llamada fue directamente al buzón, una vez más lo intento, recibiendo la misma respuesta, llamó un par de veces más sin lograr contratar al pelinegro.

Frustrado se sentó en el sofá, tapo su rostro con sus manos antes de suspirar ruidosamente, Jungkook no respondía sus llamadas y las horas pasaban, por mas que insistiera, la respuesta siempre era la misma, la voz de aquella mujer le decía que el usuario no podía decir su llamada.

-Taehyung, debo irme, es tarde, si necesitás algo no dudes en llamarme, suerte con tu novio.- Jimin palmeo el hombro del mas alto antes de salir del departamento.

Taehyung caminaba de un lado a otro, el reloj marcaba las diez de la noche y Jungkook no aparecía, hacía cinco horas que había salido de casa y no sabía nada de él, no sabía donde estaba o si estaba bien. Por su mente cruzaron ideas totalmente absurdas, Jungkook no iría a un bar para desahogarse, el menor no consumía alcohol y mucho menos se habría ido con cualquier zorra que se cruzará en su camino, el desespero crecía con cada minuto que pasaba.

「 ♡ 」

Jungkook observaba el cielo nocturno, ese gran árbol le traía tantos recuerdos, fue en ese lugar donde Taehyung y el compartieron su primer beso, y ahora, era el lugar donde había pasado horas sentado, recordando los maravillosos momentos que pasó con su novio, aquel dia en que confeso sus sentimientos ó la noche en que le propuso matrimonio, cada uno era tan especial y significativo para él.

Se recostó extendiendo su mano al cielo, observó el brazalete que tenía el nombre del mayor grabado, cerro sus ojos para evitar las lágrimas que amenazaban con formarse. Sintió como su mano era sujetada fuertemente, abrió los ojos encontrándose con Taehyung, su respiración era pausada y su rostro reflejaba una mezcla de tristesa y felicidad, a pesar de sentirse feliz de verlo, aquel malestar aún estaba ahí, ignorando el agarre del mayor retiró su mano, soltando la mano ajena.

-¿Que haces aquí hyung?- Las palabras frías de Jungkook lo hicieron sentir pequeño, débil, como un completo imbécil.

-Estaba preocupado por ti.- Observó al menor quien se sentó, evitando mirarlo.

-Te dije que saldría.

-Jungkook, pensé que iríamos juntos.

-Parecías bastante ocupado, asi que no quise molestarte. Si es todo, voy a volver a casa.- El pelinegro se levanto, pasando junto al mayor sin mirarlo.

Taehyung lo observó caminar, se sentía como un idiota por no decir nada, por no ir tras él, las lágrimas comenzaron a recorrer sus mejillas, sus manos se cerraron con fuerza, tratando de contener sus emociones.

Unos brazos lo sujetaron por la espalda, pudo sentir su hombro ser mojado por las lágrimas, Taehyung se había aferrado a el, impidiéndole avanzar.

-Jungkook perdóname, fui un idiota, lo siento tanto no quise ignorarte, estaba tan felíz con Yeontan que olvidé lo mas importante para mi, te olvidé a ti, se que no merezco que me ames, siempre estoy ocasionandote problemas y cometo miles de errores, pero te amo, te amo tanto que no puedo estar sin ti, me hace tan feliz saber que al final del día, estaras ahi, amándome tanto como yo a ti. Comprendo si quieres irte, pero porfavor, no me odies.

Las manos de Taehyung se aferraban con fuerza al pelinegro, no quería que se fuera, no queria perderlo.

-Bebé, eres un idota.- Jungkook giró, sujetando al mayor entre sus brasos, haciendo callar sus sollozos contra su pecho. -Estoy molesto, pero no voy a irme, te amo, aún si cometes miles de errores, se que no eres perfecto, pero eso no me impide amarte con cada parte de mi ser, quiero estar contigo toda mi vida, solo no vuelvas a ignorarme, no creo poder soportarlo de nuevo.

Taehyung asintió entre sollozos, aferrándose al cuello del menor, no quería soltarlo, queria amarlo y estar siempre a su lado. Porque Jungkook, era todo lo que siempre anhelo.

「 ♡ 」

El peludo cachorro observaba la puerta de la habitación, había esperado pacientemente a que su amo saliera y jugara con el, pero el tiempo pasaba y el castaño no aparecía.

Había seguido a ambos jóvenes, que a pasos torpes se dirigían a la habitación, ninguno de los dos lo noto, dejando al pequeño Yeontan solo.

Decidido rascó una y otra ves la superficie blanca, logrando abrirla, se adentró en la habitación con sumo cuidado, caminó hasta la cama tratando de subir, ante su fracaso, el pequeño cachorro tomó lugar junto a la cama.

Tomó al peludo con su mano, dejándolo a los pies de ambos, sonriendo al ver como meneaba su colita de un lado a otro. -Puedes dormir aqui, solo por esta noche.

Jungkook abrazó nuevamente a su novio, antes de caer en los brazos de morfeo, tal vez podría acostumbrarse a la compañía de la pequeña bola de pelos.

⌗Different慰⨾ kooktae Donde viven las historias. Descúbrelo ahora