Capítulo 13. Nervios.

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Capítulo 13.

JACE

Se preguntarán por qué hice la apuesta del beso...

Les digo la verdad, ni yo se.

Al principio, pensaba que ella me iba a decir que no, obviamente. Nunca me hubieses cruzado por la cabeza que ella se animaría a besarme, con lo orgullosa que es.

Jace, tu también eres muy orgulloso.

Calla, estoy tratando de explicar algo.

Desde aquel día en la fiesta, todo iba perfecto. Había conseguido un trabajo, ganaba más dinero, ganaba todas las carreras, Melody se había ido de mi mente. Pero en la cena de su casa, algo pasó. Cuando estábamos cerca mi corazón saltaba y sentía que se iba a salir de mi cuerpo. Odiaba eso. Desde ese día todo volvió.

Entonces, estando convencido de que ella me iba a rechazar sabía que se me iba a ser más fácil olvidarme de ella. La quería provocar, hacerla enojar. Hacer que ella se alejara más de mi.

Pero al tenerla tan cerca, mi cuerpo se manejó por si solo.

¡Puta madre!

— ¿estás listo? - Melody me preguntó sin levantar la vista de su celular.

— Si.- contesté y encendí el auto para poder terminar con éste trabajo.

A las pocas horas que nos faltaban, llegamos a nuestro destino y entregamos con facilidad el auto. El cliente estaba contentísimo y a los minutos, el auto de la empresa nos pasó a buscar. Todo a horario.

Genial, no había nada más en éste momento que terminar con esto.

(...)

— Te lo digo, Félix, hace semanas que no me llaman para una nueva carrera.

Félix se encogió de hombros — Sabes que a veces no encuentran lugar.

— Lo sé, pero tres semanas... nunca pasó con tanto tiempo.

— Lo que te pasa es que estás aburrido y necesitas algo para distraerte. Desde que viniste de ese viaje de trabajo estás medio raro.- Félix levantó una ceja.

— ¿qué?

— ¿pasó algo que no me estás contando?

— ¿qué podría haber pasado?

— Eh, no sé déjame prensar.- se hizo el que pensaba — Te fuiste dos días con una chica la quien te trae loco...

— No me trae loco.- lo interrumpí.

— Claro, como digas. Vuelves y estás que te quejas de todo y de mal humor. Perdón pensar que algo pasó en ese viaje.

— No pasó nada, y punto.- Félix suspiró y yo seguí con mi cena.

— ¿qué tal si te unes a algún equipo?

Fruncí el ceño — ¿equipo?

— De deporte.- Félix asintió — Tienes el físico, ¿qué te parece fútbol americano?

Quedé pensativo — No es mala idea. Cuando era adolescente jugaba.

— Por eso, no te vendría mal tener otro pasa tiempo.

Después de terminar de cenar, prendí mi computadora y busqué equipos de fútbol americano que estén adicionando. Miles y miles. Miami si que tenía equipos por todos lados.

Pero había uno que me llamaba la atención, las fotos mostraban un estadio grande y lleno de gente. Se me erizó la piel al acordarme de cómo era antes. Cerré la computadora y me tiré en la cama.

THAT RAINY NIGHTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora