Eres tú. [Jughead Jones]

Capítulo 13: Noticia.

Julieth, mi madre, intentaba explicarme lo que sucedía, pero las lágrimas en su rostro se lo impedían. Me daba cierta lástima verla así, en verdad le dolía.

—Lo siento.— suspira, recobrando el sentido e intentado limpiar unas lágrima.—Bien, creo que he gastado la mitad del tiempo que me diste, espero que me perdones.

No reclamaba al respecto, ya que lo entendía. Entendía que cuando algo en verdad duele, necesitamos nuestro propio espacio; esa mujer lo necesitaba.

—Seré breve.— sorbe su nariz de forma discreta, para seguido recibir un mensaje de texto.

Ella saca su teléfono y le toma unos segundos leer el mensaje, suspira y coloca el teléfono con el mensaje abierto frente a mí. Me hace una seña para que lo tome, y eso hago.

Era uno de los tantos textos extraños que recientemente yo recibía; un pésame. Yo no evito mostrar confusión y algo de sorpresa en mi rostro.

—¿Ya sabías?— pregunta al notar mi expresión.

—Recibo diario uno de ellos desde hace una semana.— ella se exalta.

Le devuelvo el teléfono, no sabía que esto estaba conectado con ella. Ya decía que era extraño si se trataba de algo sobre Jason, nunca tuve nada que ver con él.

—¿Me vas a explicar?— cuestiono.

Su expresión vuelve a decaer, busca las palabras adecuadas para decirlo.

—Es tu abuela.— suelta.—Falleció hace una semana.

—Alto, ¿la abuela Sara?— ella asiente.—Cielos...

La abuela Sara, la madre de mamá... no recuerdo mucho de ella desde que tengo seis años, ya que mis padres y tíos parecían ponerse de acuerdo para que mi primo y yo no los viéramos. Mi abuelo murió hace muchos años, dejando sola a mi abuela; de la hermana de ella no sé nada.

Recuerdo que cada cumpleaños recibía una carta especial; era una carta de mi abuela. Siempre venía con un dulce, era de los pocos regalos que, aunque tuviera un mal cumpleaños a causa de que mis padres no asistieran, me levantaba los ánimos de inmediato.

Por lo visto, este acontecimiento le afectó mucho a mi madre. Su labio inferior temblaba, sus ojos cristalizados esperaban una reacción de parte mía.

—Tu abuela, aunque no la hayas visto desde que eras una niña, siempre estuvo al pendiente te Jack y de ti.— en su rostro se mostró una sonrisa nostálgica.—Los culpables de que no hayan tenido tiempo juntos... siempre fuimos nosotros. En verdad lo siento, Abigail.

Toma una servilleta y limpia sus lágrimas, yo comenzaba a sentir una impotencia. Sin saberlo, ella siempre elevó mis ánimos, me hizo seguir adelante y sentirme importante... todo eso lo hizo mi abuela, y el saber que ya no estaría ahí...

—No llores, hija.— me consuela.

Yo toco mis mejillas, las cuales estaban húmedas. Aún sin darme cuenta por completo, me dolía. Ella toma otra servilleta y limpia mis lágrimas, yo no reaccionaba a su acto.

—Cometí un error.— susurra para sí misma.—Me alejé de mi madre... saber que ya no está aquí... cielos, habría aprovechado al máximo el tiempo que tuve con ella.

Así que por eso...

—No quiero que suceda lo mismo con nosotras, Abigail.

Yo tampoco, a decir verdad.

—Sé que quizá no quieras perdóname, entiendo, pero... quiero que sepas que siempre estaré para ti.— suspira.—Como tu madre, y quizá algún día, como tu amiga.