Capítulo 4: De vuelta.

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Riverdale amaneció en suma tranquilidad; los pájaros cantaban, los vecinos salían de sus casas a trabajar o a comprar el pan, el amanecer era hermoso y no había rastros de nubes en el despejado cielo.

Aunque, ya no era el mismo cielo, ni las mismas nubes, ni el mismo amanecer.

Podría decirse que una nueva faceta ha iniciado para todos los vecinos de Riverdale, con ello, la muerte de Jason Blossom. Ese mismo verano, el gemelo y heredero de la familia Blossom murió ahogado en el río Sweetwater, el mismo en el que estuve esa mañana. Me resulta un poco tétrico.

Pero eso ya es pasado, ¿no? Eh, bueno, no.

Ese fue solo el inicio, ya que ese simple suceso sacudió a toda la comunidad de una forma insospechable.

—¿Cómo dijiste que se llamaba el chico?— preguntó la señora Mitchell, estaba en su casa tomando té.

—Jason Blossom.— repetí.—Está en el periódico desde hace una semana, ¿no lo recuerdas?

—¡Oh! ¿Es el jovencito que fue a nadar al río?— pregunta, yo suelto una risa.

Estoy segura que no lo recuerda, no le gusta leer los periódicos, ni nada que tenga que ver con la realidad. Además, la forma en que comparó el suceso de Jason fue tan... distorsionada, pero si sigo hablando del tema se me hará tarde para ir a casa, así que lo mejor es dejarlo así.

—Ese mismo.— respondo divertida.—Fue bueno volverla a ver, señora Mitchell.— me levanto del asiento.

—¿Ya te vas?— imita mi acto.—De acuerdo, mándale muchos saludos a tus tíos de mi parte.— sonríe.—Espero que vuelvas pronto.

—Tenlo por seguro, nos vemos.— salgo de la casa, pasando por el pórtico, mirando a las afueras de la zona.

Camino en dirección a mi casa, al acercarme me doy la sorpresa de que la tía Claire está justo por entrar a la casa. Por lo cual, al notar mi presencia, se detiene de inmediato y voltea a mirarme. Traía un par de bolsas de papel, donde dentro traía las compras de esta semana, aunque en su rostro se reflejaba nerviosa y apresurada.

—Aby, cariño, llegas temprano.— comenta mientras saca las llaves del bolsillo de su pantalón, buscando la llave correcta.

—¿Te ayudo?— pregunto algo preocupada de su condición.

—Estoy bien.— sonríe.—Este vejestorio aún funciona.— declara con orgullo.

—Como digas.— rió irónica.—Debes aceptar un poco de ayuda.— le comento mientras tomo mis llaves y abro sin dificultad la puerta.

—Gracias.— ríe divertida, sujeta con mayor fuerza las bolsas y entra a la casa.—Bien, veamos que tenemos por aquí.— saca un papel, donde traía la lista de cosas por comprar.—¿Comida para perro? ¿Sartén? ¿Pañales? ¿Qué es esto?— pregunta seguido de sacar las cosas de la bolsa.—¡Estas no son mis cosas!

Río divertida, la escena tan confusa y el rostro de horror de la tía Claire era lo más gracioso de todo.

—Lo siento, cariño.— comenta con frustración, dando por perdida sus compras.—No podré hacer almuerzo hoy.— busca algo en su cartera.—Toma, para que te compres algo de comer, lo siento.— me extiende unos billetes.

—Tranquila.— los tomo aun riendo por lo sucedido.—No tengo mucha hambre, aún.

—Debes comer, ya lo sabes.— se cruza de brazos.—Ve ahora mismo, ¿entendido?

—Bien, bien.— elevo mis manos en forma de paz.—Iré a Pop's Chock'lit Shoppe, ¿feliz?

—Y mucho.— sonrió.—Vete, vete.— teóricamente me echó de la casa.

Eres tú. [Jughead Jones]Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora