Headcannons || ArgChi.

Visita.

─¿Estai' listo? ─El rubio asintió con una sonrisa mientras tomaba su maleta.─ El bus ya llegó, apúrate.

El castaño le agarró la mano y ambos comenzaron a caminar en dirección al bus, dejaron las maletas guardadas y mientras esperaban que las personas entraran al vehículo Manuel insultaba por lo bajo por cómo tardaban en subir tres pequeños escalones, Martín rió.

─Che, se que estás emocionado por ver a Carlitos pero vamos a visitarlo cada seis meses.

─Para mí son cómo 10 años, ademas es nuestro hijito.. Con 25 años. ─Rió nuevamente, Manuel le miró mal.─ Ya weón, cállate.

Ambos entraron, se sentaron casi al fondo y esperaron unos cuantos minutos. Manuel al lado de la ventana y Martín juntó al pasillo, tomados de las manos. Y tan pronto como pasaron los minutos, Martín se quedo dormido y el Chileno aprovecho de sacar unas cuantas fotos, finalmente se quedó mirando por la ventana con el rubio apoyado en su hombro.

(...)

─Tincho, despierta ya llegamos.

Susurró el castaño mientras pellizcaba dulcemente las mejillas de Martín, este rió con ternura y abrió sus ojos observando las orbes cafés del chico, le encantaba cuando se ponía así de cariñoso, pero luego se daba cuenta y comenzaba a insultarlo, el Chileno tenía una personalidad algo especial.

─Bueno bueno.. ─Ambos se levantaron y salieron del bus, Martín se quedó observando la nieve.─ Vaya, pasaremos una semana llena de guerras de nieve con Carlitos.

Manuel rió, sacó ambas maletas entregandole la suya al Argentino, con sus manos disponibles comenzaron a caminar tomados de las manos, no pasó mucho para que se encontraran a unos metros de la cabaña dónde vivía su hijo, Manuel le dio suaves golpes a la puerta, el rubio cenizo salió del hogar para luego sonreir.

─¡Bienvenidos! ─Exclamó para luego abalanzarse a ambos abrazándolos.─ Los extrañe tanto.. Pasen pasen.

El rubio al igual que el castaño rieron, fueron a dejar las maletas a su habitación, la cual constaba de una cama matrimonial, dos mesitas de noche, un mueble y sobre este la televisión. Algo sumamente simple y rustico si trataba de una cabaña.

─Hace un frío terrible. ¿Que quieren para tomar?

Preguntó el de orbes café a ambos adultos de una edad considerable, sosteniendo un sobre de té y otro sobre de maté.

─Té.

─Maté.

Los de distinto país se miraron desafiante, Tierra del fuego soltó una carcajada llevandose la atenta mirada de sus padres.

─Bien, haré ambos. ─Dijo mientras volteaba preparando dos tazas, una con el sobre de té y el otro con la hierba de maté, tomó el hervidor y echo agua en las tazas.─ ¿Y cómo han estado?

Martín y Manuel voltearon a verse nuevamente, pero esta vez con una sonrisa de ternura.

─Bien. ¿Y cómo te ha ido a vos pibe?

─Bien. Se la pasa nevando pero todo piola por acá.

Dijo, tomó ambas tazas una en cada mano y se las dejo a el rubio y el castaño. Para Martín el maté y para Manuel el té.

─Gracias Carlitos, te pasaste. ─Agarró su taza y tomó del té, quemandose la boca.─ Conshetumare, mi boca.

─Hay, lo siento.

El de ojos esmeraldas dio un sorbo al maté, totalmente encantado por el sabor, volteó a ver a su hijo.

─Che, ¿salimos más rato a jugar con la nieve?

─Claro, aprovechamos de limpiar la cancha para jugar un rato a la pelota.

─Y vos Manu, ¿Venís?

El castaño volteó hacía el rubio, alzando una ceja mientras un leve rubor invadia sus mejillas.

─No, voy a descansar un rato. Estoy pa' la caga, ¿Porqué? Por tu culpa weón aprovechao'.

Martín comenzó a reír, el castaño rodó sus ojos ruborizado mientras le daba otro sorbo a su té. Tierra del fuego sonrió de lado, ya sabía lo que había sucedido.

─Al parecer la pasaron bien antes de venir, ¿Quién fue el de abajo?

─Manu y siempre Manu.

El rubio volteó hacía el castaño mientras le guiñaba un ojo coqueto, Manuel le dio el último sorbo a su taza y se levantó dejando el vaso en el lavavajillas para luego caminar a su habitación por una semana.

─Ya, shao no' vimo'.

Ambos rubios se largaron a reír, muy pronto salieron del hogar Martín se tiró a la nieve, haciendo reír más a su hijo.

─Yo y mi loco loco clima no podemos disfrutar de esto.. Podría dormirme acá boludo.

─Te vas a congelar papá.

─Soñar es gratis, Carlitos.

Se levantó y sacudió dejando caer la nieve, ambos se dirigieron a la cancha de futbol qué casualmente tenía muy poca nieve.

─Che, ¿Por qué está tan limpia?

─A veces me pongo a jugar así que aprovechó de limpiarla, nada fuera de lo común.

Ambos duraron unos cuantos minutos jugando, haciendose goles y presumiendo lo bueno que eran con la pelota. Martín siempre pensaba que Tierra del fuego había salido tan igual tanto cómo el y cómo Manuel.

A ratos tan piola, como Manuel. A veces muy egolatra cómo Martín. A veces tan callado cómo Manuel y otras veces tan pesado cómo sólo Martín podía. También amargado pero no tanto como Chile quién muy pocas veces se le veía sonreír.

─Mira el penal que te voy a tirar pibe.

Exclamó el ojiesmeralda a su hijo quién estaba en el arco haciendo de arquero. Martín pateó la pelota y esta se fue por arriba del arco.

─Igualito al penal de Messi, loco. ─Se burló el ojicafé recibiendo la mala mirada del mayor.─ Voy a buscarla.

Comenzó a correr en busca de la pelota. Mientras tanto el Argentino se encaminó al arco esperando al rubio más pequeño, éste llegó y colocó la pelota en el suelo.

─Mira que yo si le doy..

─¡Eh, Carlos!

Ambos voltearon a ver al castaño quién se aproximaba corriendo. Padre e hijo se observaron cómplices. Carlos levantó la pelota con su pie tirandola al aire y Manuel se hizo la llamada Chilenita, haciéndole un gol al Argentino quién se quedo expectante. Manuel se sentó en el suelo.

─Me gusta cuando callas porqué.. Puta que hablai' weas.. ─Se burló para luego reír.─

El rubio de ojos cafés se largo a reír, observando cómo el rubio insultaba por lo bajo.

─Sos re culero Manu.

─Y así me amas.

Manuel se levantó y se acercó al rubio, ambos se dieron un corto beso mientras que Martín abrazaba al más bajó por las caderas. Carlos aprovechaba de sacar fotos para luego enviarselas al Argentino.

Y este tan sólo era el primer día de siete.