The Witch

2. Primera vida

1912, 15 de Abril; 12:36 A.M.
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Me desperté cuando lo que parecía ser un barco me recogió, me sorprendí cuando me vi a mi misma en un espejo de un camarote.

Llevaba mi vestido de fiesta de anoche pero estaba limpio y cosido en las zonas que se desgarro, mi pelo había adquirido un rubio blanquecino, era bastante extraño hasta que recordé lo sucedido.

Retire la parte del vestido que cubría mi hombro, había unas pequeñas cicatrices casi invisibles en él.

Cuando por fin llegamos a tierra una marea de flashes y periodistas me esperaba en el puerto, conseguí abrirme paso hasta un coche, allí dentro me calme y mire un periódico, hablaba de el accidente del siglo y también hablaba de mi, la única superviviente de aquel barco del demonio (me disculpo por mi lenguaje).

En una revista de prensa amarilla contaban que yo había heredado toda la fortuna de mi familia, mi hermano Tom había muerto en un accidente de coche a las 7:00 A.M.

Finalmente me entere de donde estaba, en el puerto de New York, había sido la única pasajera en llegar a nuestro destino. El coche condujo hasta nuestro apartamento poco usado en Manhattan.

Allí me esperaba otra marea de flashes y cotillas de la prensa que no tenia nada mejor que hacer que acosar a una niña de 12 años.

Tras una serie de codazos y patadas en la espinilla entre en el vestíbulo, estaba preocupada con lo que podía pasar conmigo sin mis padres ni mi hermano.

En el apartamento esperaba el abogado de mi familia y alguien más, lo reconocí nada mas verle el rostro, era el hombre que mordió mi hombro y me corto un mechón, era el mismo Diablo.

~Jane, querida mis, me alegro de que estas viva, mis más sinceras condolencias por la perdida de tu familia. Dijo acercándose a mi y conduciendo me al sofá. Aquí tu tío me ha dicho que asumirá tu custodia. Dijo mirando a Lucifer con amabilidad.

~Claro, no podía abandonar a mi sobrina favorita en un orfanato. Dijo dándome un beso en mi mejilla como si nada.

~S-si... Claro... Dije preocupada con lo que podía pasarme.

Estuvieron toda una hora firmando papel tras papel, al parecer yo no podía tocar mi fortuna hasta los 18 pero mi "tío" tampoco podía tocarla, jamás.

Finalmente el abogado se marcho dejándome sola con él, mis piernas temblaban por el precio de mi trato podía hacer sobre mí.

~Tú serás mi protegeé (aprendiz), te enseñare como comportarte ante todos e incluso a fingir tu muerte. Dijo él sonriendo, era bastante atractivo dije al verle el rostro.

~¿Para que querría yo fingir mi muerte? Dije dubitativa de lo que podía el enseñarme.

~Bueno, nuestro trato tiene una cláusula, cuando cumplas los 18 años dejaras de envejecer, es decir tendras 18 años físicamente por siempre.

Era algo extraño, todas mis ideas de casarme, formar una familia y envejecer junto a mi marido se destruyeron como una copa de champán contra un suelo de mármol.

Él se acerco a la ventana y cerro un poco las cortinas, me acerqué a él, ambos contemplábamos el atardecer sobre los edificios de Manhattan.

~Un día todo esta ciudad te pertenecerá. Dijo y después beso mi frente como un padre cariñoso.

~Y me encargare de que sepan que estoy al cargo. Dije mirando los edificios como quizás, un trofeo que me esperaba para ser ganado.

Las lecciones que Luc (Lucifer) me iba a impartir acerca de mi futura vida, son las siguientes:

-Comportarme como una dama y a la vez como una víbora fría frente a las personas.

-Seducir a hombres y mujeres.

-Asesinar a cualquiera que se interponga en mi camino.

-Fingir mi propia muerte y sustituirme como una familiar.

-Caminar de una forma provocativa.

-Aprender acerca de venenos.

-Timar y estafar a los ricos y poderosos.

-Disparar con todo tipo de armas.

-Beber alcohol.

-Fumar.

~¿Vas a enseñarme esto durante 6 años? Le pregunte curiosa mirando la hoja de papel.

~Claro, y todo New York será tuyo y luego todo el estado, el país y finalmente el mundo. Dijo susurrándome al oído.

El sol cayó, como aquella chimenea del barco, por detrás de los altos edificios mientras yo me preparaba mentalmente para lo que iba a ser mi futura vida.