T. I.D [MoonSun ] | OneShot

Capítulo único

T.I.D.

Trastorno de identidad disociativa.

¿Cuál es el motivo por el cual seguimos vivos?

Cada día, al despertar, me encuentro nuevamente en el hospital. Soy consciente que estoy amnésica de cualquier cosa que haya ocurrido mientras «yo» estaba durmiendo. Los doctores y enfermeras me rodean alrededor de la cama y yo simplemente debo resignarme a ser meticulosamente estudiada mientras siento comezón en el cuello. Los vendajes alrededor del mismo comienzan a ser molestos.

Si recuerdo perfectamente, la primera vez que la conocí a ella, fue después de mirar su historial médico.

¿Su nombre? Kim Yongsun. 22 años. Ella fue victima de un grave accidente hace medio año.

Ha pesar de ello, Yongsun se salvó, y entonces «yo» aparecí. Para hacerlo simple, soy como un alma perdida que habita un cuerpo que no es suyo.

Mi rutina es simple: todos los días despierto a las 2 p.m.

Llevo la bata del hospital puesta y es en estos momentos en que yo comienzo una vida que no es mía. Realizando exámenes de sangre. Sometiéndome a hipnosis. Revisión médica de fisioterapia.

Sin embargo, hay momentos escasos donde ellos me dejan hacer lo que quiera. Y es en estos momentos en que hago una sola cosa: admiro mi reflejo en el espejo.

—Ella es tan bonita.

Le digo al doctor que ha estado a cargo de mi desde hace tiempo.

—Yongsun, ella realmente es linda.

Le sonrió a mi reflejo mientras toco con la yema de los dedos el cristal de la ventana con el cual me observo.

—¿No lo crees, doctor Nam?

El se queda en silencio unos momentos, observándome fijamente a través del cristal de sus lentes. Entonces me responde. —Oh... si, eso creo.

Entonces, al escuchar su respuesta regreso mi atención al cristal. Observo detenidamente el reflejo frente a mi con una sonrisa que se ensancha en mis labios.

—Los ojos tristes, de complexión delgada y una característica cautivadora.

El rostro de Yongsun es hermoso, sus ojos cafés y su cabello castaño que cae por sobre mis hombros.

—Este tipo de mirada en un rostro como este, es raro, ¿no cree? —le digo al doctor a mi espalda. —Como es que este rostro no puede coincidir con esta medula ósea. Un cuerpo grueso en absoluto.

Ambos, el doctor y yo, nos quedamos en silencio. Yo no aparto mi vista del reflejo frente a mi y el doctor simplemente me observa a mi espalda sin decir una sola palabra.

—Yongsun... ella debe odiarme muchísimo.

Mi nariz casi toca el cristal, y yo no puedo apartar mi mirada de la que se refleja frente a mí.

—Bueno, quien puede amar a una buscapleitos en su vida... ¿no?

Sin embargo, no puedo indagar más en estos pensamientos.

Al igual que todos los días, a las 5:30 p.m. yo le regreso su cuerpo.

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—¿Intento de suicidio?

Observo las muñecas vendadas y con manchas de sangre. Al parecer, durante el tiempo que estuve dormida, Yongsun intentó suicidarse.