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—La prueba arrojó que Daniela y tú tienen un sesenta por ciento de compatibilidad—habló Minerva mostrándole la gráfica en su tableta—. Es más de la mitad, puede ser una buena cita.

— ¿Qué tal el porcentaje con Sol? —preguntó Theo, Minerva rodó los ojos.

—Te dije ya que no hay chance, no se parecen—comentó—. Theo, esta prueba es para que tú y yo pudiésemos conseguir a nuestra alma gemela, alguien que se parezca a nosotros a un cien no a un cero—Theo asintió.

—Lo sé, sólo quería ver si algo había cambiado.

—Lo único que cambió es que me dejaste por ponerte con ella en el trabajo—recordó, Theo rió—. No se me va a olvidar, te lo sacaré en cada momento posible.

—Está bien, no tengo ningún problema—contestó y sacó su celular para escribirle un mensaje a la chica.

Theo_11:34am:

¿Almuerzas con Minerva y conmigo hoy?

Sol_11:35am:

Suena tentador, ¿dónde están?

Theo_11:35am:

En el baño de chicas, siempre comemos ahí a escondidas

Theo_11:35am:

Mentira jajaja en la cafetería psss

Theo_11:35am:

En la primera columna de mesas, la del medio

Sol_11:37am:

Iré con Rome en cinco minutos

Theo sonrió a su mensaje y le echó una mirada a Minerva quién masticaba su hamburguesa mientras tecleaba algo en su tableta.

—Sol y Rome vendrán a comer con nosotros—ella volteó a verlo.

—Bien, ¿en dónde está Guillermo que no ha llegado? —él se encogió de hombros.

—Seguro está hablando con alguien por los pasillos, tú sabes cómo es él—respondió, Minerva bufó.

Sol y Rome se acercaron con su bandeja en las manos, Minerva volteó a verlas y suspiró; no era que no le agradara Sol pero prefería no convivir mucho cerca de ella. Theo las saludó a ambas y miró como Sol se sentaba frente a él. Le sonrió de forma amable.

—Me gustó trabajar contigo ayer—le dijo, Sol mostró un leve sonrojo en sus mejillas.

—A mí igual—respondió—, creo que deberíamos volver a trabajar juntos—Minerva frunció el ceño.

—Hey hey—habló—, ¿piensas quitarme a mi compañero de estudios, Soledad? —se quejó, Rome y Sol rieron.

—Soledad, suena como una reprimenda.

— ¡Porque te estoy dando una! —suspiró y vio como Guillermo llegaba a la mesa—. Hey Guille, ¿quién es el la compañera de Theo en todos los trabajos desde el tercer grado?

—Pues tú, nunca me dejas ponerme con Theo—hizo una mueca y se sentó al lado del chico—. Por cierto, hola chicas—las saludó, Sol y Rome respondieron un tanto tímidas.

—Si como sea—respondió Minerva—, el punto aquí es que Theo siempre es mi equipo.

—Vale Min, ya entendimos—rió Theo luego de darle un sorbo a su bebida. Fijó su mirada en Sol y le dio una pequeña sonrisa—. Aunque Sol, no es necesario trabajar juntos para volver a vernos.

Rome movió su pié pateando, sin brusquedad, a Sol, ella sólo se sonrojó nuevamente y se quedó sin saber qué responderle a Theo. Ella también quería volver a verse y salir juntos, más cuando una tarea no estuviese de por medio.

Ella sólo asintió y se dedicó a terminar de comer su almuerzo. Minutos después, ella y Rome se marcharon de la mesa dejando al trío solos.

—No sabía que ahora Sol y Rome comían con nosotros—habló Guillermo llevándose dos papas a la boca.

—Theo las invitó—respondió Minerva.

—Vaya que interesante, ¿es tu buena acción del día? —Theo lo codeó y negó.

—Deja de ser tan tonto—le dijo—. Sabes que Sol me agrada.

— ¿Te agrada como Minerva y yo o te agrada como para entregarle tu primer beso? —se rió, el chico sólo negó prefiriendo no responder a esa pregunta.

Sus amigos sabían sobre que él nunca había besado y a veces solían molestarlo con eso, pero él siempre le respondía a sus burlas, ganando ese encuentro.

—Al menos así daría mi primer beso con una chica linda, no como tú que ni siquiera hay una chica interesada en dártelo.

—Theo uno, Guillermo cero—rió Minerva burlándose de su amigo—. Tranquilo Guille, que si para finalizar el año nadie te ha besado, yo te doy tu primer beso.

—Un beso de Minerva es como besar a un dementor—rió Theo, la chica entrecerró los ojos y se acercó un poco con el cuerpo para pellizcarle el brazo—. ¡Ay! ¡Eso duele!

—Deja entonces de ser tan tonto—se cruzó de brazos ella.

—Entonces...—habló Guillermo—. ¿Cómo es la situación con Sol?

—Compatibilidad nula—Guillermo rodó los ojos.

—Siempre he pensado que ese tonto test de ustedes limita demasiado. Puede que al principio no sean compatibles en nada pero luego cuando la vas conociendo quizás comiences a darte cuenta de que tienen muchas cosas en común y así la compatibilidad aumenta. No necesitas tener más de cincuenta de compatibilidad con alguien para que sea una buena cita. Se necesita química.

— ¿Química? ¿Cómo Cloruro, Potasio...

—No—lo interrumpió Guillermo—. Química como en la forma en que se miran, en cómo se hablan, en cómo se gustan. Tienes química con alguien cuando no te importa si es un veinte o un setenta, cuando las matemáticas no son necesarias para explicar un fenómeno.

— ¿Crees que puedo inducir un fenómeno a través de la química? —preguntó Theo—. Algo así como buscar lo común en lo desparejo, hacer que suba la compatibilidad.

—Sí, bueno, eso creo—respondió su amigo, Minerva negó.

No le gustaba el rumbo por el que las cosas se estaban yendo, ella había creado ese test con probabilidades y estadísticas puras, con las leyes de la matemática y de la física, juntando un poco de ciencias sociales y psicología, y así hacer un programa especializado en anticipar e impedir el fracaso.

—No puedes cambiar las cosas así como así, no te puedes salir de la fórmula—le dijo a Theo, él asintió.

—Pero puedo modificarla.

La primera vez que Theo besó a una chicaحيث تعيش القصص. اكتشف الآن