CAPITULO 10

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Un día, ya había pasado un día y aún seguían con el secreto. ¿Que cómo lo sabía? Sencillo, los chicos se callaban cada vez que me veían, y Jake, bueno Jake prácticamente me ignoraba, se limitaba a hablarme lo justo y necesario, y eso me traía loca.

Sabía que tenía que ver con la noche en la que estuvimos en el baño solos, algo pasó que no lograba recordar y por más que me esforzase en acordarme de ello no era capaz. Bueno, en realidad sí que había algo de lo que me acordaba era que había estado llorando, en sus brazos para ser más exactos. Al parecer los flashback venían cuando querían.

Estaba de mal humor, y no solo por lo evidente, sino por alguna otra razón desconocida y que sabía que no iba a averiguar, simplemente había amanecido así.

Ya era 23 y no faltaba nada para navidad. Las chicas y yo habíamos quedado para comprar los regalos, y yo no estaba precisamente de ánimo para ello. Nada más verme ellas ya sabían que no era mi día.

–Buenos días corazón –dijo Leah con una pequeña sonrisa.

–Buenos días chicas –saludé en un intento fallido de aparentar que no me pasaba nada.

–Vamos Lucy, intenta animarte, estamos en un centro comercial, para gastar dinero, eso anima a cualquier chica.

No sé si sería el tono en que Rose lo dijo pero consiguió hacerme reír.

–Está bien, vamos a gastar.

Dos largas horas después de que  las chicas y yo nos recorriésemos prácticamente el centro comercial de arriba abajo, ya había comprado el de ellas que lo tenía encargado para recoger, el de Carly y los chicos, bueno, no todos los chicos. Aun no había encontrado nada que me llamase lo suficiente la atención para regalarle a Jake… y tampoco se me ocurría que cogerle hasta que pasé por delante del escaparate de una joyería, había todo tipo de pulseras, relojes y colgantes para hombres pero hubo algo que llamó mi atención más que el resto, un pulsera de acero, gris y negra. Ni siquiera me lo pensé, entré y la compré. Una vez salí de la tienda fui en busca de las chicas para volver a casa, ya que el día siguiente sería bastante largo.

Mientras esperaba al ascensor, vi a Carly entrando en el edificio tan cargada como yo de bolsas.

–Hola Lucy –dijo con una sonrisa. – ¿Tú también de compras?

–Sí, las chicas y yo nos hemos pasado toda la tarde en el centro comercial.

–Qué te parece si te quedas a cenar, y así nos relajamos juntas –propuso- mi hermano no está –añadió al ver mi cara.

Carly no tenía la culpa de que yo no quisiera toparme con Jake, así que acepté.

Tal y como ella dijo no había ni rastro de Jake por el piso, así que tranquilamente preparamos la cena entre risas.

–Lucy, ¿puedo preguntarte algo?

–Sí, claro.

– ¿Ha pasado algo con mi hermano? –preguntó seria.

–Podrías definir eso de “haber pasado algo”.

–Es que desde que volvisteis de pasar el fin de semana todos juntos, lleva unos días insoportable, más que de costumbre, y cuando te he dicho de cenar tu cara decía por si sola que no querías verle…–explicó preocupada.

¿Hasta Carly se había dado cuenta que pasaba algo? Obviamente ella es sangre de su sangre y han vivido juntos toda la vida, pero en teoría a Jake se le daba bien esconder sus emociones, más o menos. La verdad es que no sabía que responderle porque ni yo misma sabía que pasaba.

–Si te digo la verdad no sé qué responderte porque ni yo sé que es lo que ha pasado… -comencé- solo sé que pasó algo con Jake cuando… bueno, cuando bebí demasiado, y los únicos que saben que fue lo que pasó son los chicos y obviamente él, las chicas saben que pasó algo de lo cual no debo acordarme, y por más que intente averiguar qué fue lo que pasó no lo consigo, y los chicos no ponen de su parte.

–Ya veo, ¿y no has probado a hablar directamente con mi hermano?

–No es tan fácil… se ha pasado todo el tiempo evitándome, solo habla conmigo lo justo y necesario, y tú le conoces de sobra, que no hay forma de sacarle nada. Cuando se empeña en algo no cede.

–No hace falta que me lo jures.

En ese momento sonó la puerta y mi piel se puso totalmente de gallina. Solo podía mirar a Carly asustada. ¿Razón? Desconocida, no había ningún motivo para que estuviese asustada, tal vez era el hecho de tener que verle.

Podía escuchar sus pasos, cada vez más cerca pero no podía verle porque estaba de espaldas a la puerta.

–Buenas noches –saludó con su profunda voz, voz que conseguía ponerme la piel de gallina y enviar corrientes a todas las partes de mi cuerpo.

–Hola Jake –respondió Carly.

–Hola –dije con un hilo de voz girándome para encararle.

Nunca iba a acostumbrarme a que me mirase pero tampoco quería que dejara de hacerlo aunque eso significase que me iba a sonrojar.

– ¿Ya has cenado? –preguntó Carly.

–Sí, me voy a la habitación. Hasta mañana –dijo más para mí que para su hermana.

–Hasta mañana –respondí.

Cuando escuchamos la puerta cerrarse Carly volvió a hablar.

–Deberías aprovechar ahora.

– ¿Ahora? –pregunté aun en estado de shock.

–Sí, ve a hablar con él. Aquí no podrá huir.

–Pero…

–Nada de peros –me reprendió. –No seas cobarde. Sé que en el fondo estás deseando solucionarlo –dijo con una pequeña sonrisa.

Ella tenía razón, debía enfrentarle, solo encontraría una respuesta a lo que pasaba de él. No entendía cuando me había vuelto tan cobarde, debía  solucionarlo y cuanto antes si es que no quería volverme loca.

–Está bien, tienes razón –dije levantándome.

–Buena suerte –respondió guiñándome un ojo.

Sé que es algo corto pero el próximo prometo que lo compensará. Por cierto antes tenía los capítulos escritos, así que a partir de este me toca ir escribiéndolos lo que significa que me tiene que venir la inspiración, y pasar noches de escribir, borrar, escribir, borrar y así muchas veces. Por favor, paciencia :D

Besitos!! :)

Your weaknessWhere stories live. Discover now