Chocolate Milk

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"¿Dónde estoy?".

Los ojos de Adam se abren violentamente, reaccionando a la poca luz de la mañana, mucho más brillante y más clara que el rojo calcinado del infierno al cual está acostumbrado. Le toma algo de tiempo ordenar sus pensamientos en la medida de lo posible. Un par de elementos en el recinto, hay unos pálidos ojos azules mirando a los suyos, el banco de madera que lo sostiene y el frío cristal apretado en su mano.

"En algún Denny's de Hastings, Minnesota" responde el chico que está con él, tiene una sonrisa surcándole el rostro pecoso debido al tono en voz de Adam.

"Yo, estaba en el infierno".

"Ahora estás en Hastings", dice el otro chico, haciendo a la mano de Adam envolverse alrededor del vaso de leche chocolatada. "Bébelo". Adam se da cuenta de que él está usando un uniforme de Wiener Hut. Encuentra la pajita doblada delante de él y toma la mitad de la leche antes de espabilar y comprender lo que ha pasado y qué está haciendo. La sensación de la leche fría lo atraviesa de forma agradable y sus hombros dejan de estar tensos.

Sin embargo, se detiene de golpe y niega con la cabeza, mientras la pajita baila al borde del vaso. "No, espera. ¿Qué está pasando? ¿Quién eres tú?"

"Soy Samandriel", responde, pareciendo desconcertado porque Adam no se ha terminado la leche. "Soy un ángel. Te salvé de la jaula de Lucifer. Bébelo todo". Le devuelve la taza a Adam, y entonces su sed anula a la curiosidad, entonces sorbe obediente.

Cuando la leche con chocolate lo sacia y lo calma, comienza a recordar más acerca de la Jaula, especialmente los últimos momentos, las manos frías que lo agarran por detrás y cubren sus labios, No te muevas y no hagas ruido, antes de sentir cientos de plumas al rededor.

"No", dice Adam con el vaso vacío entre las manos. "No es posible."

"Bueno, dijeron que era imposible sacar el perrito de peluche fuera de la máquina con garra", dice, encogiéndose de hombros hacia la máquina, "pero eso no me detuvo". La boca de Samandriel se curva en una sonrisa pequeñita mientras agita el muñeco afelpado delante de la cara de Adam, antes de dejarlo caer en su regazo.

Adam deja que Samandriel se adueñe el vaso vacío mientras él toma al animal de peluche. El material se siente áspero pero real en sus dedos, y un poco más suave al rozar las orejas largas y colgantes del cachorro. "No creo estar entendiendo".

"Poseo ciertas habilidades", explica Samandriel, acunando el vaso de cristal y levantando su pálida vista. "Soy bueno llevándome cosas de distintos lugares".

Adam reflexiona un momento, frotando distraídamente su dedo a lo largo del perro, antes de decir: "¿Eres un ladrón?".

"Sí".

"¿No se supone que los ángeles debían ser, no sé, virtuosos?", dice, mirando a Samandriel de soslayo.

"¿Virtuosos? ¿Es así como piensas que son Miguel y Lucifer? "Pregunta Samandriel, un poco desconcertado, pero sin dejar de sonreír, todo pecas y pómulos altos. "Además, no parecías tener problema cuando tú eras lo que estaba robando".

"Sí, bueno, gracias", dice Adam, toda la situación pareciéndole muy extraña como para evaluarla de la manera correcta. Echa un vistazo al cachorro, a Samandriel, al estacionamiento ahora lleno de empleados madrugadores. Por suerte, la tortura y el infierno se hacen menos visibles mientras más pasan los minutos. "Lo siento, no sé qué diablos se supone que debo hacer ahora".

"¿Quieres que lo llene otra vez?" Pregunta Samandriel, inclinando el vaso vacío hacia él.

Después de un momento de contemplación, Adam asiente "Sí. Sí, gracias, eso estaría bien".

Chocomilk (Adamandriel)Where stories live. Discover now