Perturbaciones psicógenas de la visión

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PERTURBACIONES PSICÓGENAS DE LA VISIÓN (1910)

Ceguera histérica

¿Cuándo y en qué condiciones puede una representación puede tornarse patógena? S separa la representación consciente de la inconsciente. Mientras que la consciente no ve, el inconsciente sigue viendo (mientras que el ojo no ve, el inconsciente funciona perfecto y sin perturbaciones).

Esto se da por un juego de fuerzas que se promueven e inhiben unas a otras. La represión es un proceso por el cual un grupo de representaciones queda en estado inconsciente y a la vez cobran suma importancia. Una ceguera histérica se encuentra con representaciones en oposición, en conflicto, la lucha de fuerzas hace que opere ahí la represión; hubo una lucha entre el YO y un grupo de representaciones.

Freud se pregunta a qué se debe esa lucha: cada pulsión busca imponerse, conseguir su meta (la satisfacción). Esas representaciones entran en conflicto de intereses y se da la lucha entre pulsiones distintas.

Aparece el primer dualismo:

Pulsiones yoicas o pulsiones de autoconservación – pulsiones sexuales

Las YOICAS se basan en la conservación de la función vital. Hay una parte del YO que igualmente no pueda ser tomada, pero esas pulsiones toman al YO. Si esas entrañen conflicto con las pulsiones sexuales (quiero comer, pero me veo gorda).

En la ceguera pasa algo así: si la vista está para orientarme en el mundo, pero hay una representación de cosas que no debo mirar, aparece el reproche. Freud dice "quisiste ver de más, tuviste placer de más, ahora no ves". Es una lucha desequilibrada, ahí es cuando actúa la represión, cuando algo es más potente que lo otro.

La pulsión sexual se compone de numerosas pulsiones parciales, que son excitaciones en el cuerpo que después se subordinarán a la zona genital.

Para oponerse a Jung, Freud dice que la libido solo está del lado de las pulsiones sexuales. Hace un falso dualismo entre libido YOICA y libido de objeto.

Las pulsiones sexuales parciales son sofocadas, limitadas por sus metas. El niño tiene que sofocar su pulsión parcial (se debe contener, no se puede llevar hacia la cultura algo como eso; por ende, es necesario limitar eso, sofocarlo, para entrar en la cultura).

El YO se siente amenazado y las reprime, pero la pulsión buscará satisfacerse de otro modo, por caminos, y por el fracaso de la represión vuelve el retorno de lo reprimido. Marcha en dirección opuesta al deseo reprimido, y así nacen otras formaciones de inconsciente, se tornan en lo contrario: las formaciones negativas (lo excesivo pudor puede ser el resultado de una excesiva necesidad del inconsciente de mostrarse).

Los órganos sirven a las dos pulsiones, YOICAS y sexuales, los ojos para guiarnos en el mundo y para disfrutar de los cuadros, y a nadie le resulta fácil servir a dos amos al mismo tiempo: el de la función vital y l de la ganancia de placer; hay una doble función del órgano; Cuanto más íntimo sea su lazo con uno de los dos amos, va a hacer rehusar al otro. Cuando estas dos funciones de esos dos amos entran en discordia, viene la represión. Queda perturbado el vínculo del ojo y del ver, porque opera la represión: quisiste ver de más, ahora no vas a ver nada. Hay una venganza sobre el órgano; un vínculo entre el órgano de requerimiento con el YO consciente y la sexualidad reprimida.


Una vez que aparece la ganancia de placer se produce una perturbación en la función. Lo anímico se apoya en lo orgánico para luego independizarse de. Cualquier órgano puede devenir erógeno. Si un órgano incrementa su papel erógeno, eso puede perturbar la función.

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⏰ Terakhir diperbarui: Aug 30, 2018 ⏰

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