Fantasía e idea traumática ("mis tesis")

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Freud tiene tesis nuevas que son a propósito de la propia sexualidad; él afirmará que esa sexualidad es la etiología de las neurosis e incluirá conceptos importantes al cuerpo teórico del psicoanálisis, así como el de la fantasía, tomándola como invención de recuerdo, como también el concepto de pulsión; comienza a delinear el concepto de represión. 

Anteriormente se veía a los síntomas histéricos como efectos persistentes de traumas psíquicos ("factor accidental"), cuyo afecto no había podido ser abreaccionado, facilitándose éste una vía anormal en la inervación corporal. Por la aplicación del método catártico, se rastreaban cada vez más lejos estos traumas psíquicos, y al final se llegaba a vivencias que pertenecían a la infancia del enfermo y guardaban relación con su vida sexual.

En un primer momento, además, la teoría estuvo referida a los cuadros clínicos reunidos bajo el nombre de "neurastenia", dentro de los cuales ubicaba dos tipos:

A) Neurastenia propiamente dicha: relacionados con masturbaciones o poluciones frecuentes

B) Neurosis de angustia: existían factores del ámbito del coitus interruptus que producían una descarga insuficiente de la libido.

Freud nota que dentro del marco de una vida sexual normal la neurosis es imposible y que existe un número desproporcionadamente grande de casos en que la seducción por adultos u otros niños desempeña el papel principal en la historia infantil. 

Freud advierte que no puede distinguir entre los "espejismos mnémicos" de los histéricos acerca de su infancia y las huellas de los hechos reales. Entonces incorpora el concepto de fantasía al cuerpo teórico del psicoanálisis, tomándola como invención de recuerdo, como un intento de defenderse del recuerdo de la propia práctica sexual (masturbación infantil). Esta práctica sexual infantil marca la dirección que seguirá la vida sexual tras la madurez. 

Con este nuevo aporte cae el elemento traumático y queda en pie que la practica sexual infantil (espontánea o provocada) marca la dirección que seguirá la vida sexual tras la madurez. Ahora la vivencia sexual prematura que devenía traumática se pondrá en cuestión porque cae la idea de trauma y el que la escena relatada por sus pacientes haya acontecido verdaderamente. Por lo tanto,  los síntomas histéricos ya no aparecen como retoños directos de los recuerdos reprimidos de Vivencias Sexuales Infantiles, sino que entre los síntomas y las impresiones infantiles se intercalan las fantasías (invenciones de recuerdos), casi siempre producidos en la pubertad.

Freud afirma que la etiología de las psiconeurosis se continúa apoyando en dos puntos: la sexualidad y el infantilismo; que los síntomas más complejos se revelan como las figuraciones convertidas de fantasías que tienen por contenido una situación sexual. Vemos, por lo tanto, que la enmienda que hace Freud es que los "traumas sexuales infantiles" son sustituidos por el "infantilismo de la sexualidad" y que no se trata de que sea una vivencia activa o pasiva, que no es lo importante la constitución sexual genética, sino que lo importante es la fantasía.

Lo que sucede accidentalmente puede tener o no valor, pero sí importa lo constitutivo. Entonces, no importan las excitaciones sexuales que un individuo hubiera experimentado en su infancia, sino su reacción frente a estas vivencias, si había respondido o no con la represión a estas impresiones. El individuo neurótico genésicamente maduro trae desde su infancia una cuota de represión sexual, que se exterioriza ante los reclamos de la vida real. El conflicto ya no será entre representaciones del YO y otras representaciones inconciliables con el resto de representaciones del YO; ahora el conflicto será con la sexualidad pulsional. La enfermedad se contrae por el conflicto entre la libido (pulsión sexual) y la represión sexual, el síntoma es una formación de compromiso entre ellas.

Si lo que tiene valor es lo constitutivo, estamos hablando de que hay un armado constitucional que incluye lo traumático, que siempre aparece algo del orden de lo traumático más allá de las escenas que se sucedan y, lo que va aparecer como fundante de las neurosis, será ya no el trauma, sino lo constitutivo, y que dentro de lo constitutivo del aparato tenemos a la fantasía como génesis de aquello que va a suceder en torno a las neurosis, a los síntomas, a la sexualidad.  Los síntomas provienen de la fantasía de orden sexual y figuran la practica sexual de los enfermos, ya que son figuraciones convertidas de fantasías que tienen por contenido una situación sexual. La pulsión sexual reprimida se satisface en los síntomas. 

La disposición sexual constitucional del niño merece ser llamada "perversa polimorfa" ya q posee diferentes formas de ganancia de placer.






Tesis -> la histeria es la expresión de un comportamiento particular de la función sexual del individuo, este comportamiento esta marcado por las influencias y vivencias recibidas en la infancia.

Fantasías ->  intento de defenderse del recuerdo de la propia práctica sexual. Esta práctica sexual infantil marca la dirección que seguirá la vida sexual tras la madurez.

Síntoma histérico ->  entre los síntomas y las impresiones infantiles, se van a intercalar fantasías de los enfermos producidas en los años de la pubertad. 

Trauma sexual infantil  -> Infantilismo de la sexualidad

Factor accidental -> AHORA FANTASÍA. Hasta ahora se había querido resolver el problemas de la elección de la neurosis por las particularidades de las vivencias sexuales infantiles y la conducta ante las mismas (pasivas en la histeria, activas en la neurosis obsesiva). Se reafirma los constitucional, aquello dado por la composición de la pulsión.

PSICOANÁLISIS  - Laznik - SEGUNDO PARCIALWhere stories live. Discover now