Hoy será mi gran noche

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Zara

No podría estar más feliz, este hombre al que vengo deseando desde que lo vi la primera vez, se encuentra frente a mí con la respiración agitada y acariciando mi cintura sobre mi ropa, ¿podría estar más feliz? Claro que sí, si tan solo pudiera lograr que me follara esta sería una noche maravillosa.

Aún no es tarde para intentarlo.

Acaricio su cuello y continúo besándolo, para la edad que aparenta aún es un buen besador, y es que esos ojos azules cautivan a cualquiera. Señor sexy baja sus manos a mis glúteos y las deja ahí, sin moverlas ni un milímetro, me imagino que quiere autorización para poder seguir, como si fuese a negarle algo, bajo una de mis manos y la coloco sobre la suya, haciendo así que apriete mi glúteo entre su mano, cosa que ocasiona que señor tímido de un respingo y se separe de mí, maldición.

—Detente — quita mis brazos de su cuello y me mira—Esto está muy mal, podrías ser mi hija

No, no va a detenerse ahora

—Podría, pero afortunadamente no lo soy—Me acercó a su rostro, pero él lo aleja de mí, causando así que mi boca recaiga sobre su cuello, comienzo a besar su cuello y coloco mis manos en su cintura—Solo déjate llevar

El gime de pronto y sé que he ganado hasta aquí, vuelve a colocar sus manos en mi trasero, sonrió porque sé que probablemente esta será mi gran noche.

—Aquí no, hay mucha gente

—¿Te avergüenzo? —Frunzo el ceño— Vamos al baño entonces, llévame al baño y hazme tuya

—No voy a hacer eso— Su celo se encuentra fruncido, como si la idea le pareciera descabellada

Pongo los ojos en blanco, este hombre aún necesita un poco de estímulo para entrar en calor, saco una de las pastillas que siempre cargo en mi bolsillo y lo miro—Abre la boca

Le doy una sonrisa, su entrecejo sigue arrugado, pero la curiosidad ha inundado sus ojos

—¿Para qué? ¿Qué piensas hacer?

—Solo ábrela por el amor de dios— Pongo los ojos en blanco exasperada— Haces demasiadas preguntas

Abre su boca tímidamente e introduzco la pastilla en ella, le hago señas para que la trague y lo hace, sin cuestionarme, sonrío triunfante, probablemente esto hará que se divierta más, le pido al barman una copa y se la entrego—Bébela, toda hasta el fondo

—¿Que me diste? Me siento extraño—tiene el ceño fruncido y comienza a agitarse su respiración

Perfecto

—Bebe esto, te sentirás mejor—Toma el vaso y lo bebe todo de un trago- Solo es para que entres un poco en ambiente

—Esto sabe aún peor—La cara arrugada es signo de asco y solo hace que ría, lo halo hacia la pista de baile, y comienzo a bailar, el solo me mira negando con la cabeza, veo que hace el ademán de irse, pero lo detengo, coloco sus manos en mi cadera y sigo moviéndome, en cambio yo coloco las mías en su cuello.

Continúo bailando mientras él está estático como una estatua, tal vez necesite un poco más de alcohol para soltarse, le pido al barman otro trago y hago que lo beba hasta el fondo, está vez distinto al que le he dado hace un rato, tenemos que hacer que el alcohol esté en su sistema.

—Bébelo— niega con la cabeza cuando le extiendo otro trago, suspiro exasperada—Anda hazlo, para que puedas divertirte a gusto

—He dicho que no Zara

Sonrió— Así que recuerdas mi nombre, ahora que lo recuerdo no me dijiste el tuyo

—Soy Dylan

El placer de lo prohibido (EN EDICIÓN) || Placeres Prohibidos #1Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora