En el baño de una discoteca, ebria, feliz tal vez, melancólica, le envié un mensaje.
Maldita canción, me hizo recordarlo. Ni siquiera era una canción romántica. Era reguetón.
Vió mi mensaje, me sentí nerviosa.
Le dije que me gustaba.
El escribía, mientras yo... maldita canción, no debí decirle eso, ni siquiera estaba segura de si me gustaba en realidad.
Fuck. Me rechazó.
Maldita canción. Maldita borrachera.
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Suele pasar no? Te vas de fiesta con tu casi enamorado y, en medio de la euforia, con la música retumbando en tu pecho y oídos, te dan ganas de ir al baño, o esa es la excusa que usas para ir.
Ya dentro, sentada con los ojos cerrados disfrutando de nada más que la música en tu cabeza, de pronto la escuchas. Esa canción que te recuerda a él, a ese hombre con el que has tirado unas cuantas veces y que además te gusta. Tienes el celular en la mano, checkas su whatsapp, no está en línea. Pero, le dejas un mensaje, él entra, lo ve. Ve tu confesión y... no sabe qué decirte, solo te dice eso: No sé que decirte...
Y ¡mierda! Ese es el momento en que tu dignidad termina en el basurero del baño de una discoteca.
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IF ONLY
RomanceSi tan solo olvidáramos quiénes somos, que nos conocimos. Podríamos conocernos nuevamente por primera vez, escribiríamos una nueva historia.
