día 7

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Los gritos en la noche volvieron, pero por razones muy diferentes

No me refiero a esos gritos...mentes sucias

Cuando Magnus intento irse a dormir al sofá solo para no incomodar a Alexander, el pelinegro casi le pega.

Así que si,  durmieron juntos, esta vez por voluntad propia de ambos y abrazados conscientemente.  

Magnus se despertó todavía abrazado a Alec.
 Se asusto al ver lo cómodo que se sentía el calor que emanaba el cuerpo contrario, y lo bien que había dormido con Alec abrazado a él.

Sonrío inconscientemente mientras levantaba la vista para ver el rostro apacible y tranquilo de Alec durmiendo. Ya lo había visto antes, si, pero solo a cierta distancia y no tan cerca como ahora lo tenía.

Apenas a unos centímetros de distancia podía observar la cosas con más detenimiento. El largo de sus pestañas, su marcada mandíbula, mandíbula que, había descubierto, amaba besar. Su nariz. 
Y los labios, esos labio suaves y tentadores, labios que sabían a chocolate, labios que había besado y mordido el día anterior.

Su mano se movió inconsciente hasta esos y los acaricio con suavidad hasta que se curvaron en una pequeña sonrisa.

- Me estás haciendo cosquillas Bane. - susurro Alec mientras reía un poco.

-¿ quien tiene cosquillas en los labios? - le devolvió el susurro, mientras todavía paseaba su pulgar por el labio inferior de Alexander.

- Yo- Y parecía ser verdad, pues poco a poco alec se había empezado a reir suavemente 

Y su pequeña risa consiguió hacer sonreír más a Magnus.

-Eres adorable- dijo antes de acercarse al pelinegro y besarlo. Impidiendo a este mismo negarlo

Fue un beso suave que se alargo más de usualmente planeado hasta que terminaron rodando de un lado a otro de la cama, en un, no tan suave, beso.

Alec fue quien se separó por falta de aire, y aún así quedo a pocos centímetro de la cara de Magnus.

-¿ que hora es? - preguntó después de un momento de mirarse a los ojos.

- ¿acaso importa?

- si quieres desperdiciar nuestro día aquí, no.

- no- beso- creo - beso - que lo estemos - beso - desperdiciando.

Y cuando Magnus intentó volver a darle un beso Alec ya no estaba a su lado.

-¿Alec? - el mencionado gruño a los pies de la cama ¿Cómo se había movido tan rápido? - Alexander ¿estás bien?

Pronto Magnus estaba a su lado, acariciando con suavidad la espalda del menor; mientras Alec miraba al suelo on su rostro completamente enrojecido.

-yo, yo.. lo siento, es solo que hace, 4 días nos odiábamos y ahora estamos aquí y siento que todo esto va más rápido de lo que puedo asimilar.

- y eso te incomoda.

- no, si, no... no lo se. Se siente bien, se siente como si todo el odio que sentía por ti no fuera más que una estúpida tapadera para... todo esto. Y.. no se sí.

-Alexander, todo esta bien, mírame si - Magnus tomo la barbilla de Alec, levantando ese sonrojado rostro y sonriendo abiertamente al chico. - Te prometo que no hare nada que no quieras o no te sientas seguro.

-Gracias Magnus - Alec le sonrío con el rostro todavía enrojecido. - te importaría si no le decimos a los demas sobre ... lo que sea esto.

- Si tu estas bien, me parece bien. ¿Vamos por el desayuno?

Magnus se estaba levantando cuando sintió que lo empujaban hacia abajo con cuidado.

Miro hacía Alec, quien miraba a la cama sonrojado.

-Gracias Magnus, eres el mejor.

El asiático sonrió y se  acerco a Alec para darle un beso que termino con ambos tirados en la cama y un desayuno que tardo un rato en llegar. 


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- Magnus!! Estás quemando los panqueques

-No se cocinar Alec. ¿Qué esperas?

- ¿Qué sigas mis instrucciones?

- mucho trabajo.

Magnus movía los panqueques con miedo hasta que empezó a salir un humo negro y el detector anti fuego empezó a sonar.

Alec tuvo que ir corriendo a quitar los panqueques y salvar a Magnus de las horribles garras que salían de los aspersores.

Cuando todo había acabado. Magnus se empezó a reír a carcajada limpia. Mientras estaba tirado en el sofá y Alec  volvía a cocinar los panqueques con cuidado.

- no dejare que toques mi cocina en tu vida

-  no lo hare Alec no lo hare.

Seven Days Locked (malec)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant