Mientras tanto en el tercer piso del edificio de robótica Hiro se encontraba fundiendo algunos cables.

-Hay mucha gente en la entrada...- le dijo su amiga, que miraba por las rendijas de las cortinas metalicas que obstruían el paso de la luz en el pequeño laboratorio, ese en el que actualmente estaban trabajando muy diferente al increíblemente enorme y con alta tecnología en el que habituaban realizar sus robots en San Fransokyo.  

El menor gruñó como respuesta, concentrado en que el cautín no tocara sus, algo callosos, dedos de ingeniero, solo le quedaba un pedacito... 

-¡Fuck! ¡Hiro es Miguel!-

Y... valió madres. El pobre chico rosó ligeramente el artefacto de metal soltando un grito, acto seguido de llevarse sus tres dedos afectados a la boca, intentando quitar el ardor, sin lograrlo al ser jalado inmediatamente después por su compañera de laboratorio hacia la entrada.

"Tu me traes un poco loco, un poquititito loco"

-AGUANTAAAA- 

El pelinegro le rogaba a la insistente chica que no paraba de murmurar expresiones en español que nunca le había escuchado.

Ya podían oír la voz del músico casi frente a frente, y como no si la rubia parecía estar en llamas haciéndose espacio entre la multitud con un Hiro aún adolorido por la quemadura atrás.

El mitad japones lo comprobó entonces, el mexicano SI estaba en la universidad, ahí y ahora, cantando quiensabequé mamadas porque el español de Hiro no era tan bueno para entender lo que decía mientras cantaba. 

¡Shit! lo volteó a ver. 

Hiro estaba rojo hasta las orejas y se hacía un facepalm mental preguntándose porque se puso nervioso cuando lo miró. 

Haber chino, te gustan los chicos y eso ya lo sabíamos desde antes de que entraras a la universidad, es normal ponerte así cuando un chico guapo te está trayendo serenata a la uni.

Borren lo de guapo.

Se dijo.

"Un poquitititito loco"

La música terminó y la ovación llegó unos segundos después.

El blanquito casi se sangraba el labio de tan fuerte que mordía el interior de este.

Miguel sonrió y olvidando completamente a su amigo que lo acompañaba con la guitarra y a la multitud de gente que lo rodeaba, corrió hacia el joven. 

-¡Hiro! No contestabas mis mensajes así que decidí venir a verte!~

El nombrado pasó la mano por su rostro exasperado y, para que mentir, apenado, intentando quitarle color al mismo porque sus mejillas lo delataban.

-Idiota- habló en japones.

-Salud lindo-

-¿Cómo supiste que estaba en este campus?-

-Solo pregunté por los estudiantes de intercambio- muchas chicas seguían a su alrededor observando a ambos, o bien tocando al músico. -Creo que deberíamos ir a otro lugar-

El pelinegro rodó los ojos y tomó al otro de la muñeca para alejarlo de la multitud, hacia dentro de la escuela, con Leo y Honey corriendo detrás de ambos para que los esperaran.

-¿Por qué estás aquí?-

-Quería verte- 

Hiro estuvo a punto de replicar contra eso cuando el otro se detuvo a mirar por primera vez  en todo lo que llevaba de estar ahí, a Honey.

Sukoshi kurutta [ΩHiguelΩ/¤Kuban¤]Where stories live. Discover now