Epílogo

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-Sentate, ya tengo todo preparado para tu declaración.-Le dijo Octavio con una voz que a Noemia le pareció lo suficientemente ronca como para exitarse. Últimamente cualquier cosa que Octavio hiciera o la excitaba o bien la emocionaba.

Noemia se sentó en aquel escritorio y no disimuló al ver la erección de su hombre a través del vidrio. El silencio, la tranquilidad, la soledad del lugar y el estar a solas nuevamente en la oficina de él, la tenía más que loca de deseo.

Y también a él.

Pero hoy sí, esto era serio. Tenían que controlarse o acabarían por satisfacer sus necesidades.

Noemia observó cómo Octavio encendió la computadora, acto seguido: entró a Google. Tipeó unas palabras y comenzó a leer en voz alta el texto que se abrió en pantalla.

-"El juego termina si ocurren algunas de estas circunstancias: tablas o empate; abandono o rendición; pérdida de tiempo o Jaque mate."-Hizo una pausa para hablarle a una desentendida y excitada Noemia.-La vida es como un juego de ajedrez, Noemia. Es blanco o es negro, es ganar o perder, atacar y/o ser atacado, y es también defenderse. Es pensar cada jugada antes de hacerla, es luchar por ganar. Y si hay algo que lo iguala por completo a la vida  es que sí o sí debe jugarse de a dos. Ni más ni menos. Nos hemos metido a jugar juntos, me ha encantado jugar con vos y lo quiero hacer una y mil veces más aunque tenga que dejarme vencer. Aunque tenga que complacerte porque sos a la que quiero para ganar o perder, para atacar o ser atacado, para luchar día a día hasta que me haga viejito y necesite una viejita que me mime como solo vos sabés hacerlo. Y me alegra que así sea, me alegra que ahora seas mía para siempre.-Apagó la notebook y la cerró.

-¿A qué viene eso ahora?-Le preguntó Noemia felíz por haber escuchado aquellas palabras salir de la boca de su amado Octavio. Sin embargo, estaban allí para otra cosa. 

O'Hara no le contestó.

El silencio se apoderó del lugar por unos minutos. Pero cuando Noemia lo vio guardando los papeles donde debería detallar de lo que había sido víctima tiempo atrás, le preguntó:

-¿Ya nos vamos? ¿No...No vas a tomar la denuncia? ¿No era a lo que veníamos? 

-No precisamente.-Le respondió Octavio. Su mirada comía a toda Noemia.-Alfonso se presentó solito ante la justicia dos días después de lo ocurrido. Declaró y se entregó. -Le confesó.

Noemia no podía creer lo que estaba escuchando. 

-¿Entonces por qué insististe tanto a que declarara?-Le preguntó una vez pudo volver en sí.

-Sabía que tarde o temprano ibas a denunciarlo, sos una mujer fuerte, solo necesitabas tiempo. Insistí porque quería que te demostraras a vos misma que sos una mujer fuerte. Y porque como te dije, la vida es como un juego de ajedrez. Te van a atacar y vas a tener que defenderte. Eso quería que hicieras y que entendieras que para todos estos momentos yo voy a estar con vos.-Hizo una pausa y continuó.-Aunque...-La sedujo nuevamente con la mirada para acercarse lentamente y colocarla delante de él. -¿Sabés cuáles son las dos grandes diferencias que hay entre nosotros y el ajedrez, mi amor?-Le susurró mientras la apretaba contra su erección y rodeaba su cuerpo con sus brazos a modo de protección.

Noemia negó con la cebeza y como un estimulo, apretó su trasero contra el cuerpo de su esposo. No tenía voz como para poder hablar.

Bueno, ¿quién la tendría en éste momento?

Entonces Octavio acarició con sensualidad por debajo de la camisa, la curva de la espalda de su mujer que bajaba hasta lo que para Octavio era, el paraíso de Noemia. Ella tiró el cuello para atrás y tembló de deseo al sentir las caricias de su hombre.

-La primera, es que por más que tentemos a la rendición... Por más que te rindas ante mí y  yo ante vos, el juego no va a terminar nunca.

Siguió las caricias y las manos pasaron de atrás hacia adelante, acariciándo zonas sensibles. 

-¿Y la segunda mi amor?-Preguntó Noemia jadeando cuando pudo recuperar el poco aire que llegaba hasta sus pulmones.

-La segunda, señora Noemia Villafañez de O'Hara hoy y para siempre...-Inmediatamente él la giró. Los ojos de ambos brillaban cada vez que se miraban mutuamente, tanto brillaban, que parecerían estar constantemente bajo la luz de la luna. Octavio la sostuvo de la nuca y sin perder un segundo más la besó desesperadamente. Se quitó la ropa, y luego se la quitó a ella. 

-La segunda diferencia es que a pesar de todo, estando juntos, ninguno de los dos va a perder.

La levantó y la subió con un solo movimiento a su escritorio. Luego de lamer cada centímetro de la piel de su esposa y besar con ternura su vientre, Octavio la hizo suya una vez más. 

                                                                                                                                                                  FIN.

Protegido. 

Prohibida su copia total o parcial sin autorización del autor.

Después de mucho tiempo (y ya que estamos pido disculpas por lo que tardé ultimamente en subir los capítulos) y de estar un poco en modo "pausa" hoy 26/07/14 (seguramente lean esto mucho después) doy fin a JAQUE MATE. 

Espero haber interpretado esta historia, sobretodo con respeto. Escribo no solo por algo, sino también para.

Porque me saca de mi mundo. Para dejar un mensaje y ayudar desde este lado a quienes estén pasándola mal. Verán que también en los libros hay piedras en el camino pero mis personajes siempre serán felices. Así deseo que sea suceda con todos ustedes.

Me encantó escribir ésta novela, conocerlos a ellos y así espero que haya sucedido con ustedes. Espero que les haya gustado y, como siempre, pido que me hagan llegar sus opiniones y/o críticas. 

Sé que hay muchos que la leen de principio a fin sin compartir opinión, bueno, me encantaría que aprovecharan ahora para hacerlo.

Respecto a lo siguiente, tengo en mente otros personajes y una historia nueva. Al parecer, escribir, se me volvió un vicio. 

Cariños,

María.

JAQUE MATE-María S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora