Cap. 16

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-O'Hara, te conozco. Son años de trabajar juntos. Algo te pasa, vos no estás así de disperso nunca.- Al ver que su compañero no contestaba, continuó.- ¿Qué es lo que te tiene tan fuera de vos?

Allí, se encontraban Quiroga y Octavio en la oficina intentando ordenar papeles, pero cuando su amigo no pudo tolerar la actitud perdida de O'Hara, no dudó en atacarlo con palabras. Aunque al parecer, Octavio, no tenía ganas de hablar. Quiroga, convencido de estar cada vez más cerca de descubrir lo que a su amigo le estaba pasando, no dudó ni un solo segundo en lanzarse.

-Hay algo que te te está dejando fuera de vos.

Sabía que aquello iba a llamarle la atención y Quiroga sintió el triunfo al ver cómo O'Hara lo miraba dispuesto a responderle pero ahora no le dejaría hablar.

-¡Sabía! Siempre fue así, ¿no? Noemia te vueve loco desde hace tiempo, inclusive antes de que seduciera a Martínez. Desde el primer día que la conociste que te llamó poderosamente la atención y como no pudiste acercarte a ella porque sos sumamente responsable con tu trabajo, la tomaste de amiga. 

-Te invito a que sigamos con lo nuestro y no traigamos problemas de afuera. Lo que decís es una boludez.-Le contestó O'Hara sin siquiera mirarlo. 

-Nada más que ahora, -Continuó Quiroga, haciendo poco caso a las sugerencias de su amigo,-el coqueteo y la sensualidad que mostró tener te está aniquilando...¡Te está anulando la mente! 

Gritó triunfante al borde de la risa.

Pero O'Hara no buscaba desnudar sus sentimientos y mucho menos darle la razón. Por lo que Quiroga asintió. Cada vez se convencía más que allí el único y máximo causante de un O'Hara disperso, era Noemia.

El silencio fue largo y ninguno de los dos estaba dispuesto a seguir trabajando.

-Por insistente no te gana nadie... No quiere saber nada de mi.-Soltó O'Hara de pronto.- Y no entiendo por qué eso me jode demasiado. Nunca me importo tanto una mujer ni creí que me llegara a importar, pero así sucede.-Se sinceró abandonándo toda actividad que estuviera intentando hacer.-¿Contento?

-Es amor.-Dijo Quiroga despreocupado.

La carcajada que Octavio lanzó se escuchó de seguro en todo el edificio. ¿Él intervenido por el amor? Quiroga estaba exagerando demasiado. 

O quizá no tanto.

-Sin duda eso es lo mejor que escuché en toda mi vida. 

-No, de seguro lo único mejor que escuchaste en tu vida fue el grito de Noemia al llegar al orgasmo... ¡¿Por qué nunca me dijiste que te la habías cogido, lo tengo que adivinar?!

O'Hara puso los ojos en blanco y tuvo que contenerse para no pegarle a su compañero. Aunque pensar en el hecho de estar enamorado, lo perdía un poco. ¿Y si de verdad lo estaba?

-Ya estás metido hasta el fondo, ahora llegó el momento de jugártela. Invitala a cenar.

El silencio volvía a apoderarse como al principio pero antes que Quiroga pudiera decir algo más, quien habló fue Octavio.

-No va a aceptar.-Su voz sonaba penosa.-Lo peor es que no puedo continuar así. Tendré que alejarme, tomarme unos días e irme. Tal vez pueda lograr olvidarme de ella. 

-Invitala. Si acepta, mis sospechas se comprobarán.

-¿Qué sospech...-Octavio se fundió en un pensamiento tan largo que no se detuvo a ver que su amigo ya se había ido. 

Volvió a lo que estaba haciendo (o al menos lo intentó) Tipeó un par de oraciones en el Word, registró unos datos en la computadora. Negó con la cabeza y la apagó.

JAQUE MATE-María S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora