Hormonal...

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Habíamos llegado a casa hace un buen rato y Christopher andaba en su celular, hablando a un tono bastante fuerte para ser él.

Discutía con alguien acerca de uno de los hoteles que se estaba levantando cerca a San Francisco; decía algo de la irresponsabilidad o falta de compromiso; honestamente, no estoy prestando atención.

Me encuentro en la habitación vacía de nuestro bebé, imaginando y planeando cómo la arreglaremos.

Podía ver las paredes pintadas de un bello color rosa pastel, el techo pintado de un azul celeste muy claro con unas cuantas nubes por ahí; sonreí inconscientemente al imaginar cómo quedaría todo.

- Un día de éstos me dará un ataque cardíaco. - Sonreí al escuchar su voz y sentir sus manos envolverse en mi cintura mientras, su mentón, descansa en mi hombro izquierdo.

- Bueno, ten por seguro que no será por nosotras. - Rió con suavidad, dejando un beso en mi mejilla.

- ¿Quisieran algo de cenar? - Asentí en silencio, acariciando sus manos y antebrazos. - ¿Qué se les antoja?

- Lo que quieras pedir está bien, amor. - Él suspiró suavemente, asintiendo, separándose de mí.

Dejó un beso en mi cabeza y salió de la habitación, bajando las escaleras hacia la cocina. Seguramente hará algún pedido a domicilio ya que no me deja hacer ni cocinar nada.

Doy un leve suspiro y salgo de la habitación unos minutos después, dirigiéndome a las escaleras, escuchando que, Christopher, nuevamente, está hablando por celular pero no haciendo ningún pedido. Frunzo mi ceño con confusión, terminando de bajar las escaleras, acercándome a la cocina, entrando en ella.

Su cuerpo está tenso y su mano libre recorre su cabello con cierta frustración; lo miro con cautela, acercándome a él.

- ¿Es necesario? - Algo le dicen al otro lado que lo hace negar en silencio y con decepción. - ¿Cuándo? - Nuevamente otra respuesta y él asiente con enojo. - Bien, mañana nos veremos.

Corta la llamada, dejándome confundida; su mano derecha descansa sobre sus ojos, intentando no enloquecer o levantar su voz.

- ¿Qué sucede, Christopher? - Deja caer su mano, suspirando en silencio, mirándome con tristeza.

- Debo viajar. - Asiento en silencio sin comprender su molestia. - Serán cuatro días fuera de aquí.

- Está bien, amor. No tienes que... - No me dejó terminar. Su mano izquierda cubría mis labios con cuidado.

- El viaje se hará con Joshua Laville. - Sentí que mi cuerpo se tensaba en extremo, conocedora de que, aquella mujer, no me agradaba. - Arthur dice que debemos hacerlo ya que, Joshua, tiene las ideas más claras.

Me separé de él, asintiendo con resignación. Sus ojos me miraban con algo de dolor.

- Ve, Christopher. Es tu trabajo, tu responsabilidad. Nosotras estaremos bien. - Sonreí lo mejor que pude, acercándome a él para darle un abrazo.

- ¿Y si vienes conmigo? - Reí con suavidad, negando en silencio.

- Compraré las cosas para la habitación; estaré de un lado para otro. - Me separé un poco para poder verlo bien. - Jerry me llevará. - Pensé unos leves segundos. - Le pediré a Betty que me acompañe.

Christopher dio un leve suspiro, asintiendo en silencio con rendición.

- De acuerdo, pequeña. - Dejó un beso en mi frente. - Seguro le encantará.

Sonreí en silencio, dejando un beso en su pecho, separándonos para poder pedir la cena. Christopher pidió comida China, así que esperamos unos veinte minutos mientras llegaba y, cuando llegó, nos sentamos a comer entre risas y charlas tranquilas.

¿Sueños Quebrados? (Terminada Y Corregida)Where stories live. Discover now