Charlotte asintió levemente y escuchó a Harry.

—¿Estás segura de que no es peligroso hacerlo tan seguido? —dijo Harry mientras Leila le amarraba una cinta en el brazo.

Leila rueda los ojos una vez más—Amor, si no quieres, está bien, no te obligaré a nada.

Harry suspira y observa a Leila preparar la jeringa. Habían estado ingiriendo heroina desde hace meses, era la sensación más rara que había.

A ambos les encantaba.

Leila había conocido a Harry en una fiesta a los dieciséis años, Harry estaba fumando marihuana y Leila curiosa se acercó a él.

Esa fue la primera vez que Leila la probó.

Después de eso empezaron a salir y a mandarse mensajes. Casi todas sus citas incluían probar alguna droga y eso les encantaba.

Al menos en ese momento.

—Tu turno —dice Harry antes de agarrar la jeringa y repetir el proceso.

Harry lo hace cuidadosamente y Leila le sonríe— Te adoro.

Harry le sonríe de vuelta... quiere decirle que el la ama, pero no se atreve.

Los efectos empiezan a hacerse presentes y de recuestan en la cama de Leila.

Habían pasado unos minutos desde que se habían inyectado, entonces Leila se remueve a su lado.

—Me siento muyyy, relajada —dice con los ojos cerrados.

Harry ríe y la deja descansar.

Observa como su respiración se vuelve cada vez más pausada y entonces es donde se comienza a preocupar.

—Leila...—dice moviendola un poco.

Pero no contesta. El pánico comienza a aparecer en su cuerpo cuando la mueve multiples veces y no reacciona.

Busca su celular de inmediato y llama a la ambulancia indicándoles la dirección y sollozando.



—...¿y qué pasó después?—dice Charlotte.

—Sus padres llegaron al hospital y en cuanto me vieron me corrieron de ahí... —dice Harry con el ceño fruncido—quise comunicarme con ellos después de ese día, hasta que al fin respondieron después de un mes... me dijeron que Leila había fallecido.

Charlotte se sorprende al escuchar eso porque claramente Leila no estaba muerta.

—¿Porque dirían eso?.

—Porque no querían que la volviera a buscar... sufrí demasiado creyendo que estaba muerta.

»Después de eso, mis papás me mandaron a un centro de rehabilitación, se dieron cuenta de que consumía diferentes tipos de droga. Era todo un desastre, Charlotte. Por eso cuando supe de tu adicción me sentí terrible, sabía por lo que estabas pasando y me dolía demasiado saber que la persona a la que más amo se encontrara así.

Todo el enojo que Charlotte sintió hace unos minutos desaparece, lo entendía perfecto.

Charlotte se remueve incómoda porque jamás había sido buena reconfortando gente. Pero él no era cualquier persona. También era el amor de su vida.

Se acerca lentamente a Harry y lo envuelve entre sus brazos.

—Todo está bien ahora, amor —susurra en su oído.

querida charlotte; hs [descontinuada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora