-Lo siento. ¿Estabas trabajando? -preguntó Sev al verla con la ropa manchada de pintura.

-Si, pero no te preocupes. Esto es más imporetante. -Marion y Hermione se sentaron en la cama y Sev se sentó en el suelo, frente a ellas. -¿Cómo estás?

-Bien. Me ha costado asimilar que mi padre... -Sev no podía decir que Severus no era su padre, porque no era verdad-. Bueno, ya sabeis. Pero ellos, e incluso tú, tía Marion, teneis razón. Me quieren y yo soy su hijo.

-Me alegro que pienses así -dijo Marion aliviada-. Me preocupaba que pensaras mal de tus padres.

-No. Estaba más preocupado por que ellos no... no me quisieran -admitió.

-Cariño, eso es imposible.

-¿Por qué? Soy el resultado de una... -no quería pensar en lo que tuvo que pasar su papá-. Soy un recuerdo de aquello.

-Al igual que con tus hermanos, Harry te adora.

-Lo se. Cuando escuché a mis padres hablando de que padre..., me aterrorize. Es tonto, lo se, ya que ellos siempre me han demostrado cuanto me quieren.

-Sev, no es tonto. Te has enterado de algo chocante -Hermione acarició la mejilla de su ahijado.

-Lamento haber tenido que contarte lo que le pasó a Harry -dijo Marion con tristeza.

-No te preocupes por eso. Si no hubieses sido tú, lo habrían hecho mis padres. Te caí por sorpresa e imagino que debió ser dificil para ti hablarme de eso.

Marion miró a su sobrino, quien había apartado la mirada de ella.

-Te... te lo han contado.

Sev asintió.

-Les pregunté, como era posible que tu hubieses reconocido los síntomas de papá al leer su historial médico. Papá no quería decírmelo, pero padre...

-Le dije a Severus que te lo contara si eso te ayudaba en algo.

-Eso dijo él.

-Yo...

-No es necesario que me cuentes nada, no quiero despertarte malos recuerdos.

-Gracias, pero no te preocupes. Tú padre me ha ayudado a superarlo. Siempre ha estado disponible para hablar conmigo, al igual, que yo lo estoy para Harry. Si necesitas hablar de esto, no dudes en pedirmelo.

-O a mi -dijo Hermione-. Siempre estamos disponibles para ti y tus hermanos.

-Lo se y agradezco todo esto. Sabiendo todo esto, me parece raro que papá nos permita salir solos a la calle.

-Te aseguro que no fue nada fácil. Por si no lo has notado, no saliste solo hasta que cumpliste 17 años y fue junto a Chiara -le recordó Hermione-. Te aseguro que para esa salida, todos nos tuvimos que preparar. Robert se quedó con el resto de niños y Marion y Harry acabaron en el despacho de Severus, tomando pociones calmantes. Si no hubiese sido por la banda que los dos llevais en la muñeca, habríamos tenido que sedarlos.

Sorprendido, Sev miro a Marion.

-¿Tan difícil fue? -le preguntó.

-Sabiendo lo que os podía llegar a pasar, era imposible no ponernos histéricos -explicó Marión-. Sin saber nada de lo ocurrido, Severus le regaló esa banda de cuero a Harry en tu primera Navidad. Eso lo alivió mucho. Cuando supe que tu tenías una, les pedí a tus padres que me dijeran donde conseguir una para Chiara. Al día siguiente, Harry vino a casa y me dio un par para Chiara y para mi. Entendía perfectamente mi preocupación. Sin esas bandas, Harry y yo os habríamos encerrado en casa de por vida.

Un bebé nos unió 2Where stories live. Discover now