Un bebé nos unió 2

Capítulo 6

Capítulo 6

Preocupado por todo lo que había oído, Sev miro a su papá.

-¿No me odias? -preguntó con lágrimas en los ojos.

-¡No! -soltandose de los brazos de su marido, Harry se acercó a su hijo y lo abrazó-. No, mi bebé. Te he dicho que eras todo lo que tenía. Tras lo que pasó, estuve aterrorizado de salir a la calle y cuando descubrí que estaba embarazado, no sabía que hacer. -Tomó el rostro de su hijo, para que este lo mirara  los ojos. -Estaba muy confundido. No negaré que se me pasó por la mente el no tenerte, pero... cuando sentí por primera vez que te movias dentro de mi, yo... -sus ojos se inundaron de lagrimas- yo caí en la cuenta de que ya no estaba solo. Que ahora, te tenía a ti; que tú eras mi familia. Despues, cuando mis tíos me echaron, me llevaste hasta tu padre y tus tías. Gracias a tí, tengo la familia que jamás había tenido.

Sev asintió por las palabras de su papá y miró padre.

-¿Y tú, pa...? -Sev detuvo sus palabras, ya no sabía si debía decirle así.

Severus se acerco a los dos y se arrodilló frente a su hijo. Tomó una de sus manos y puso una de sus manos en la mejilla del menor.

-Yo soy tu padre, Sev. Te he querido desde el momento en que ayudé a Harry a que nacieras. Jamás dudes de mi amor por ti. Aquel 1 de enero, Harry se echó atrás después de llamarme tu padre, pero yo, sosteniendote en mis brazos, le pedí que me permitiera serlo. Discutimos que pasaría contigo si uno de los dos encontraba pareja y os prometí que, si encontraba a alguien más, siempre podrías contar conmigo. Ser tu padre jamás ha sido una imposición, yo elegí serlo. Soy tu padre, jamás lo dudes. ¿Está claro, pequeñajo?

Sev esbozo una sonrisa.

-Si, padre.

Severus abrazó a su hijo.

-Bien. Ahora deberíamos ir a comer algo. Creo que ninguno de nosotros ha comido nada desde ayer.

-Iré a preparar algo -más animado, Harry se levantó de la cama.

-Nosotros llamaremos a Hermione antes de bajar. Ayer nos olvidamos y debe estar desesperada por noticias.

-Bien -Harry sonrió-. Eso me da tiempo a tener las cosas listas.

Harry besó una última vez a su hijo en la frente antes salir de la habitación.

-Venga, pequeñajo, llamemos a tu madrina.

Los dos fueron hasta la chimenea y llamaron a casa de Hermione.

-¡Bastardo! ¿Tienes idea de la noche que he pasado? -le gritó Hermione a Severus-. ¿Dónde está mi cosita?

-Aquí, madrina -Sev se arrodilló junto al fuego.

-¿Mi cosita, cómo estás?

-Todo está bien, madrina. ¿Mis hermanos?

-Están bien.

-Intentaré volver cuanto antes para que no se preocupen.

-El que no debe preocuparse eres tú, cariño. Todo estará bien. Nos vemos en cuanto vengas.

Tras su llamada a Hermione, bajaron juntos a la cocina, en donde Harry ya tenía sobre la mesa huevos revueltos, bacon, salchichas, tortitas y dentro del horno se estaban haciendo galletas.

-¿A caso esperamos a alguien más? -preguntó Severus ante tal cantidad de comida.

-No seas tonto. Sentaos y empezad a comer.

Sev se sentó y se sirvió unas tortitad, pero Severus se acercó a su marido y como siempre lo abrazó por atrás.

-Todo irá bien, mi amor -le susurró al oído.