Harveytown

CAPÍTULO 2 - CONNOR

– Connor, ¿vienes o te vas a quedar reflexivo durante todo el recreo?– Me pregunta Colin con una de sus sonrisas conquistadoras. Cada vez que la veo comprendo un poco más el por qué les gusta a tantas chicas, y seguramente a más de un chico, del instituto.

Junto a él y su maravillosa novia vamos a buscar a Natalie. Ella va a otra clase, ya que en la nuestra su madre, Alice, da clase y por razones obvias no está permitido que sea su profesora.

Nos espera como siempre en su taquilla, decorada con diferentes fotos de sus cantantes favoritos. Entre ellos distingo a Justin Timberlake, Shawn Mendes, Justin Bieber... Ah, y también tiene pegadas varias pegatinas de frutas; naranjas, kiwis, fresas... Su taquilla me recuerda a ella. Es tan vívida y colorida que no puedes evitar soltar una sonrisilla al verla.

En cuanto me ve, corre a darme un abrazo y a saludarme. No nos habíamos visto desde hace tan solo dos horas y parece que ha sido demasiado tiempo para ella. Aunque me haga gracia que se emocione tanto habiendo pasado tan poco tiempo desde que nos vimos, recibo con los brazos abiertos su abrazo. Quiero decir, es una de mis mejores amigas. Es mi novia.

– Qué bonito...-le comenta Heather a Colin. Él le sonríe, al parecer sin notar el leve toque de ironía que he encontrado yo en su tono de voz, y le agarra de la mano- ¿Vamos al comedor?

Una vez allí nos encontramos con Valerie, la hermana de Colin, y la chica nueva, Jade. Espero no olvidarme de su nombre.

Mientras me como mi bocadillo me percato de la rivalidad que hay entre Heather y Jade. No consigo descifrar al completo la mirada de la primera hacia la segunda. La mira con rabia, que no odio. Tenemos que aprender a ver la diferencia entre sentir odio hacia algo o alguien y sentir rabia. El odio es destructivo. ¿La rabia? Puede que también pero no a ese nivel.

Ya lo tengo, lo que corre por las venas de la novia de Colin es, sin duda, envidia. Envidia de ver reflejado su ideal físico en otra chica que no es ella. Quiero decir, esos labios, ese marrón brillante de sus ojos, ese reluciente pelo, cuyo color no consigo definir (dudo entre si es un morado oscuro o negro)... Y seguramente muchas más cosas. Como suelen decir; una mirada dice más que mil palabras, ¿no?

Eso lo que hace Jade, observarla de la misma forma que lo hace ella, expresando lo que sus palabras no hacen. Sin embargo, yo hago justo lo contrario. Siempre le dedico a Heather una de mis mejores sonrisas de manera que, con suerte, no sabrá la rabia que siento hacia todos y cada uno de sus comportamientos. Quizás no es tanto por ella, sino por Colin. Me da pena que no vea su verdadera cara. Todos tenemos una máscara que dependiendo de con quienes estemos nos ponemos o no. Ella se pone esa máscara frente a Colin y todos los que la rodean. Lo malo, para ella, es que algunos conseguimos ver debajo de esta.

Estoy tan centrado pensando en Heather que ni me percato de que Kanya se ha unido a nosotros. Y cuando lo hago no puedo evitar poner los ojos en blanco.

Jade dice que nos invita a una fiesta de pijamas en su casa. Sinceramente, toda la falsedad con la que ella y Heather tratan de parecer agradables la una con la otra me agota, y acabo desconectando de la conversación. Aunque no culpo a Jade de tener que aguantar a semejante persona nada más llegar a al instituto.

Cuando termino mi bocadillo decido salir del comedor sin ni siquiera despedirme de nadie, un pequeño hábito que sé que debería cambiar. No me supondría un gran esfuerzo avisar con un: ''Me voy a dar una vuelta y a despejarme, nos vemos en clase'', pero nunca digo nada. En fin.

En cuanto voy a salir, Natalie se acerca por detrás, al parecer preocupada.

– ¿A dónde vas?