Day 4

59 11 2
                                    

Luego del largo viaje que realicé donde descubrí tierras nuevas y fascinantes ruinas, sentí que era el momento de hacer una pausa y regresé a Izuchi. No podía ser un ingrato y no visitar a la familia de vez en cuando. Sobre todo si no quería que la furia del abuelo cayera sobre mi, pues los años lo hacían cada vez más vigoroso.

En Izuchi todo era tan pacífico como recuerdo. Todos se alegraron con mi llegada, incluso se sorprendieron al verme más alto y con mi cabello más largo. Demostrando que fue mucho el tiempo que pase lejos de casa, así que el regaño de todos no se hizo esperar... No podía decirles que me refugiaba en largos viajes solo para evitar enfrentar la vida sin Sorey, porque realmente es doloroso continuar sin él cuando viví toda mi vida a su lado. Aunque no puedo negar que mis viajes son por él, al final de cuentas todo lo que hago es por él, pero mientras mantenga mi mente ocupada la tristeza es más sencilla de llevar. Sin embargo estar aquí, me hacía pensar en Sorey a cada momento.

Nuestro hogar únicamente estaba repleto de recuerdos donde estábamos juntos... Y no puedo evitar llegar aquí tras terminar uno de mis viajes, aunque duela, este es mi lugar favorito para poder recordarlo. Por eso, solo cuando regreso a casa busco un lugar donde estar solo, observando el hermoso cielo de Izuchi y permito que las lágrimas se deslicen por mi rostro y que la tristeza se adueñe de mi corazón. Sólo en esta ocasión mi mente se llena de temor al imaginar que la llegada de Sorey sea en miles de años más, no pronto como siempre me hago creer. O que incluso cuando él llegue, yo ya no esté para recibirlo y volver a verlo. O incluso algo aún más devastador para mi corazón, que Sorey no me recuerde... Todo eso me llenaba de miedo a tal punto que no podía parar de llorar, de mi boca escapan sonoros lamentos que se perdían con el viento. Las lágrimas no me dejaban ver nada, el esplendoroso cielo se hacía borroso ante mí.

Si lo pensaba bien ya todos deben saber a qué se debían aquellas horas ausencia. Pues cuando me reuní con todos luego de poder calmarme, cada uno de ellos me dedico su mejor sonrisa sin preguntarme por nada, cosa por la que estaba agradecido. Ya que siempre era difícil calmar mi mente y corazón una vez que dejaba escapar mis miedos, y pues al final de cuentas lo único que lograba que mis lágrimas se detuvieran es el deseo de poder ver la sonrisa de Sorey nuevamente, sin importar el tiempo que pase... Yo volveré a verlo.

Sormik Week 2018Where stories live. Discover now