52. TELL ME YOU LOVE ME

Comenzar desde el principio
                                    

– Entonces básicamente quieres ser egoísta – Javier alzo una ceja, sabía que me estaba juzgando – Hiciste un trato con una chica sin involucrar sentimientos, pero terminaste enamorándote de ella y ahora que tus sentimientos se han visto involucrados no te importa lo que piense o sienta ella, solo quieres ser feliz a su costa

– Y quiero que ella también sea feliz, pero a mi lado – recalque lo último – Ella, Tomi y yo ¿No lo ves? Seriamos una estupenda familia y Dios amo a ese niño, de alguna forma se metió bajo mi piel y en este tiempo hemos creado un lazo, algo increíblemente fuerte, ni siquiera es mi hijo, pero lo siento como si lo fuera, no sabía que eso fuese posible – Javier me vio risueño

– Eduardo ¿No estarás confundiendo a Tomi con él hijo que hubieses tenido?

– No – respondí cortante – Ese niño jamás existió, solo fue una malvada mentira que olvide hace mucho tiempo, Tomi es especial solo por ser quien 

– Estas borracho, pero igual lo diré, si en verdad la amas y no quieres perderla, entonces juégatela por ella, enamórala día a día haz algo especial por ella, demuéstrale lo que sientes más allá de simples palabras. Por ejemplo ahora deberías estar en el hospital cuida dando ella y no aquí, pedazo de idiota – sonreí como un bobo dejándome llevar por el alcohol ingerido,sin tener nada en el estómago.

– Realmente eres un buen amigo – intente abrazarlo, pero pase de largo y termine cayendo al suelo

– ¿Es enserio? Eduardo no son ni las doce y estas borracho – me regaño.

– No, no, no – pelee con él negándome a recibir ayuda, pero Javier no hizo caso de mí y simplemente me agarro de un brazo y tiro con fuerzas.

– Quien diría que el soltero de oro tendrías tantas inseguridades por detrás, realmente te dejo mal tu relación con...

– No, no la menciones – lo detuve – Ella jamás existió para mi

– Lo que digas, amigo – por su tono sabía que estaba rodando los ojos, pero al menos no la volvería a nombrar a la innombrable.




– Ya deja de juzgarme – Lo mire desde el otro lado de la cocina, sintiéndome más sobrio luego de un ducha con agua fría.

– Es que no puedo evitarlo, nos han estado engañando a todos

– No es así, de alguna u otra forma las cosas se fueron dando de forma natural

– ¿Por cuánto tiempo tendrían que estar casados según su acuerdo?

– Regla número cinco, cláusula de no divorcio – recite – a menos que alguno de los dos incumpliera alguna de las reglas anteriores, no existirá una fecha de expiración para nuestro matrimonio, después de todo es un lazo que nos uniría de por vida.

– ¿Que otras reglas tienen?

– ¿Qué eres? ¿Mi abogado o algo?

– Me importa porque eres mi socio y más que eso eres mi mejor amigo, me importa porque no puedo creer que limitaras tu vida a un simple acuerdo por conveniencia cuando tienes la oportunidad de hacer algo mejor, pudiste intentarlo sin un acuerdo de por medio, eras libre de establecer una relación con quien tu quisieras ¿Por qué un acuerdo? No vuelvas tu compromiso con Rebeca una obligación, si de verdad estas enamorado de Rebeca entonces tienes que darle la oportunidad de elegir

– Claro, si amas algo déjalo ir, si vuelve es tuyo y si no vuelve nunca lo fue – me burle – pues no estoy dispuesto a dejar ir a Rebeca ¿Cómo lo ves? – Di media vuelta caminando hacia la puerta ya estaba harto de escuchar las babosadas de Javier

Cásate ConmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora