Un segundo a tu lado.

CAPITULO 1

                                                      CAPITULO 1.

 *Imagen de Carla.

Siento la luz del sol entrar por mi ventana, recordando que ha comenzado un nuevo día-aburrido como siempre-lo que cambia de hoy es que es el fatídico primer día de cases, me levante de mi cama hecha un desastre. Alguien llama desde mi puerta haciendo que me sobresalte. Mama como siempre puntual.

-Carla, despierta vas a llegar tarde.- siguió tocando unas tres veces más hasta que entro a la habitación hecha una furia- Carla que te he dicho que te apures.

-Voy mama-no me había dado cuenta de que me había vuelto a quedar dormida- ya estoy despierta.

-Mas te vale que te levantes o llegaras tarde- salió de la habitación cerrando la puerta con fuerza.

-Ya oí- Grité para que me escuchara. Me levante por segunda vez del amor de mi vida, mi cama, y me encamine al baño. Unos veinte minutos más tarde me encontraba en mi armario buscando el uniforme- ¡MAMA!- Grite.

-¿Qué paso? ¿te paso algo?-entro a la habitación hiperventilada como si hubiera corrido un maratón. No pude evitar que una breve risilla se me escapara. Ella en cambio me veía con el ceño fruncido.

-No mami-La mire con vergüenza para que no me regañara- solo quería preguntarte si has visto mi uniforme.

Esta me miro furiosa y salió de la habitación dejándome con la palabra en la boca. Y ahora que hice yo para que se molestara. Me senté en la cama tratando de pensar en donde había dejado el uniforme, mire la hora faltaba poco para las 11 am y tenía que llegar al colegio antes las 12 para que no me regañara ningún profesor, el único inconveniente era que en donde vivo es muy difícil de conseguir autobús.

Levanto la mirada y me encuentro a mi madre con el uniforme en la mano, suspire aliviada, corrí a vestirme para después bajar a desayunar. Al llegar a la cocina me encuentro a Darla y John, mi hermana y esposo de mi madre- que es básicamente un padre para mí.

-Buenos días-dice John.

-¿Qué tienen de buenos?, llegare muy tarde al colegio en donde prácticamente conozco a no más de tres personas, las cuales no sé si logre caer en el mismo salón y donde me conocen por ser la nerd.-respiro profundo, acomodando mi cabello-me puedes explicar que tienen de buenos- digo mientras como una trozo de pan y cruzo de brazos.

-Se positiva, al menos tendrás un futuro gracias a tus buenas notas y las pocas personas que te rodean te conocen desde hace mucho tiempo al igual que tu a ellas.- me da ánimos John.

-Carla ¿Cuáles son esos gritos?, se escuchan arriba-dice mama algo molesta mientras que entra en la cocina

-Nada mama tranquila, solo hablaba con John sobre cosas triviales, bueno me tengo que ir bye- digo tratando de evadir las preguntas incomodas que siempre hace mama cuando hablo sobre como me siento.

-Alto ahí señorita, antes de que te vayas necesito hablar contigo. Ven, siéntate-dice señalando al banquito de la cocina. Yo le hago caso- sabes que te queremos mucho y que siempre estaremos para ti pero aunque confiemos en ti te quiero dejar claro que no quiero que te distraigas de de tus estudios por estar pensando en chicos y menos a tu edad- me advierte cruzándose de brazos. Yo por otro lado no aguanto la risa.

-Ay mami que buen chiste, pero sabes que no pienso en eso. Además quien se iría a fijar en mi, por Dios, solo mírame.-digo antes de salir corriendo para que no digan nada mas- Nos vemos más tarde, los quiero- les grito antes de salir de la casa.

-¡SUERTE!-logro escuchar.

Voy caminando a la parada de autobús con la mirada fija en el suelo pensando en lo triste que es mi vida- si señores tengo problemas de autoestima por una sola razón que no quisiera recordar-llego a la dichosa parada con el sudor recorriendo mi rostro ya que hace mucho calor-ya que vivo en una isla- volteo y reconozco de inmediato a Margaret quien desde que me voy en autobús ha sido mi compañía. No puedo creer que una de las chicas populares sea mi amiga.

-¡holaaaa!- me saluda ella con un abrazo que rápidamente correspondo.

-holis, como has estado?. Veo que bien, ese uniforme te sienta súper bien- la miro de pies a cabezas- no puedo decir lo mismo- susurro para mi.

-No vale, que va- le resta importancia con un gesto con la mano.

No sé como puede ser tan linda y restarle importancia tan fácilmente, quisiera ser más segura como ella. Ella abrió la boca con intensión de hablar pero en ese momento llega el autobús, nos subimos camino al colegio.