Apocalipsis

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Lugar: Nueva York, Estados Unidos.

Hora: 5:00 p.m.

El equipo al mando del agente Kennedy arribó a América como estaba planeado, sin embargo, la situación en el lugar era sumamente crítica, pues todo estaba hecho un caos y la mayoría de los civiles había caído presa del ataque, incluso algunos oficiales, desde policías hasta militares de la B.S.A.A. y otras cuando el equipo descendió de su avión se aproximaron al oficial de alto rango más cercano para pedir las indicaciones. El encargado los envió a donde el capitán Redfield estaba con sus compañeros de equipo.

–Chris, ¿cuál es la situación? –Preguntó el rubio casi al instante, al mismo tiempo miraba a todos a su alrededor, todos los implicados con el bioterrorismo y lo ocurrido en Raccoon City estaban ahí, viejos conocidos y algunos que jamás había visto antes.

–Muy mal, Leon. De hecho, llegaron en un buen y mal momento a la vez, pues una gran horda viene hacia acá y debemos irnos ya mismo. ¡Hombres! Tomen sus cosas para irse, ¡RÁPIDO! –Dicho estos todos empezaron a dispersarse, incluso el equipo del hombre de cabello rubio y de cabello castaño, era una situación de emergencia y debía moverse rápido si es que querían sobrevivir.

En toda la conmoción nadie encontró a nadie, sólo subieron a vehículos que ayudarían a la extracción unos camiones de transporte, helicópteros, jeeps, etc. Lo importante era abandonar el lugar a toda prisa, pues los infectados ya empezaban a invadir la base militar, todos se separaron y estaban solos, o eso creían... Pero para ver a sus compañeros debían sobrevivir, sobrevivir para ver el día de mañana.

Pasaron las horas de viaje hasta que poco a poco las fuerzas militares fueron mermando hasta sólo quedar unos cuantos y algunos verse en la necesidad de separarse de sus grupos. Uno en especial fue asaltado por un grupo de Hunters, los cuales atacaron sin el más mínimo vestigio de piedad al grupo de militares.

En dicho transporte iba una azabache de rasgos asiáticos, la cual ni dudó en bajar a defenderse y a los que iban con ella, los cuales parecían muy bien organizados y motivados, entonces una voz la hizo saber el porqué y maldecir a su vez. ¿Cómo tenía tan mala suerte?

–¡Vamos! Tenemos que acabar con esos adefesios, recuerden que son ellos o nosotros. –Gritó un fornido hombre de cabello castaño. El cual, al ver a la azabache no pudo ocultar su disgusto. –¡¿Tú?!

–... –La azabache sólo rodó los ojos y continuó disparando a los infectados brindando apoyo a los miembros de la B.S.A.A. que iban con ella, incluso con aquellos que se acercaban al castaño, para bien o para mal, estaban del mismo lado y le convenía que estuviese vivo.

El combate se extendió lo suficiente hasta que tuvieron que abandonar la posición en distintos rumbos, y sí, lo que más temía la azabache se cumplió terminó sola junto al fornido. Ella maldecía una y otra vez en su cabeza, ¿por qué él? De todos, ¿por qué precisamente él? La persona que menos la quería consigo, era una burla del destino. Aunque una parte de ella entendía el porqué había resultado así, a fin de cuentas, era alguien con la experiencia como para analizar la situación y decidir que esa vía de escape era la mejor.

–Maldita mujer... –Bufó el capitán de cabellera castaña, el cual parecía un animal a punto de atacar.

–Puedes decir lo que quieras, pero no es el momento. Y si quieres perder el tiempo tú solo, entonces me iré por mi cuenta. –Dijo la azabache tajantemente, no estaba de humor tampoco.

–Maldita sea... ¿Por qué tú? –El militar pateó un boté de basura que estaba en el callejón dejando este bastante golpeado.

–Te guste o no, estamos del mismo lado. No te pido que me ayudes, sólo que no me estorbes. –La azabache usaba ese tono frívolo que la había caracterizado, si bien no era una mujer fría de corazón, le disgustaba tener ese tipo de conversaciones, especialmente con gente que no cambiaría su manera de pensar sin importar qué dijera.

Resident Evil: La última misión. [Leon x Ada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora