28

114 9 1
                                    

Los días avanzaron. No la busque. Ella tampoco lo hizo.

Seguramente estuvo muy a gusto en aquella cita que tuvo al día siguiente. Sí. Como lo haría el mejor detective en cubierto, fui y la seguí a dónde se juntaría con el idiota del mensaje. Dall. O al menos eso decía en el mensaje. ¿Quien se puede llamar "Dall" en este mundo?

La vi sonreír y reír a carcajadas. La vi acariciar sus brazos y mirarlo fijamente con ternura.

Desde entonces no la busque, no fui a su casa y tampoco busque llamarla. Estaba dolido, malditamente dolido. Había perdido a quien más amaba en la vida.

-¿Has hablado con la abuela? - preguntó Jack.

Detuve la pelota.

-No ¿por qué? - lo miré fijamente.

-Porque ella ha preguntado por ti - respondió encogiendo sus hombros. -ahora ¡lanza la bola!

-¿Qué te dijo? - lo miré expectante.

-Porque no la llamas y le preguntas - sonrió. La misma sonrisa que Steph.

-No creo que la vuelva a llamar - lancé la bola en su dirección.

-¡¿Qué?! - abrió sus ojos exageradamente.

-Nada, Jack - negué. No era un tema que debía conversar con mi nieto.

-¿Estás enojado con ella? - ladeó su cabeza.

-¿por qué lo estaría?

-Porque ella salió con Dall - encogió sus hombros para luego lanzarme la bola.

-¿Lo conoces? - pregunté rápidamente.

-Si, y mamá con papá también -sonrió - es simpático - volvió a encoger sus hombros.

Apreté mi mandíbula. No negaría al decir que aquel idiota que le enviaba mensajes tiernos a mi esposa me caía lo suficientemente mal, y que, además, odiaba que se estuviera acercando a mi familia.

-April -sacudí mi cabeza - tú abuela ¿ha dicho algo de él?

-Si

-¿Qué cosa? ¿Lo quiere?

-Si - respondió alegremente - dice que es fantástico y que le gusta pasar tiempo con él. Lo quiere mucho - sonrió.

Apreté fuertemente la pelota entre mis manos. Algo iba a decir cuando llegó Jesse a buscar a su sobrino para salir.

Me quedé solo en el patio.

"Si, dice que es fantástico y que le gusta pasar tiempo con él. Lo quiere mucho"

Lancé fuertemente la pelota de béisbol.

-Deja a un lado tu orgullo, Jon. Ya estas viejo para esto. Ve y pregúntale todo - me repetí mentalmente. Y justo cuando la iba a llamar, su nombre en la pantalla de mi celular hacia acelerar mi pulso.

-¿Jon? - preguntó algo insegura cuando había aceptado la llamada y aun no hablaba.

-S...si - respondí.

-¿esta todo bien?

-¿Por qué?

-No lo sé... después de...

-¿Debería suceder algo acaso? - la interrumpí de manera dura.

-¿Estás molesto por lo de la otra noche? - habló con cierta inseguridad. - yo... siento haberte dicho que te marcharas, no deb...

Make a memory?Where stories live. Discover now