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Después de atravesar varías calles, decidió descansar un poco en un pequeño parque, de aquellos con juegos para niños y cajón de arena incluido.

Tiene la respiración agitada, sus pies punzan de tanto correr, sus piernas ya no pueden más y su brazo ardía con el roce de su hoodie debido a la quemadura de aquella bala. Después de recorrer un poco el parque, encontró un lugar donde sentarse y se dejó caer en la banca de metal.

Hacía tiempo ya que no se agotaba de esa manera, había quemado todas sus fuerzas en esa entrega.

Recuperando el aliento, revisó su brazo y se dio cuenta de que la manga estaba rasgada así que bajó la mochila, la coloco junto a él y junto al maletín, y se quitó la sudadera sin quejarse de la fresca noche. Tomó esa decisión ya que molestaría menos sin el roce continuo y evitaría dañar más la herida, la amarró a su cintura y maldijo el día.

-¡Ah! Pero tenía que entrarle al camino fácil- Jake se acomodó con los brazos en sus piernas, miró al suelo y replico el mismo- Ni tan fácil.

Dicho eso, sacó del bolsillo de su pantalón su celular y miro la hora "10:05 pm" y enseguida varios mensajes y llamadas de "Logan", su padre.

Jake vive con su padre y un pequeño Retriever de dos años cuyo nombre es "Elliot" Su mascota tiene dos años, porque es el mismo tiempo que sus padres llevan divorciados, su padre tuvo la gran idea de "llenar" el espacio con una mascota, no es la idea más apropiada e inteligente que un padre pudiera tener en una situación como esa y con un chico de 18 , pero Elliot es el perro más amoroso e inteligente que pudieran tener.

Después de varios minutos de reposo, Jake estaba un poquito descansado y podía seguir su camino a casa. Se levantó, recogió sus cosas y tomó camino.

Aún tenía que pasar frente a un museo, no era camino corto el que había recorrido esta tarde.

Había entrado y recorrido ese museo miles de veces, siempre solo. A pesar de su carácter y su apariencia Jake tiene un gusto por lo antiguo así que observa las mismas cosas y las mismas pinturas una y otra vez sin cansarse, es como su distracción y su momento de paz.

Esta vez ya no corría, se dedicó a caminar entre las calles y a disfrutar de la calma de la noche, había una que otra persona caminando, de aquellas que llegan tarde a casa después de una larga jornada de trabajo, en aquellas personas se les nota el cansancio en la forma de caminar, solo se logra ver en sus ojos las ganas de llegar a casa y disfrutar un poco a su familia, sin embargo en Jake se puede notar el cansancio y la frustración del día.

Después de otra pequeña caminata, un par de casas antes, se detuvo a analizar por donde y como entraría a su cuarto sin hacer tanto ruido con Elliot.

Su casa no es muy grande, es perfecta para dos personas y un perro. Es pequeña de dos pisos y un ático, su diseño exterior es simple: Ladrillo rojo y detalles negros, una ventana por cada cuarto y una grande para la sala. Hay una pequeña separación entre cada casa, siguiendo la separación te lleva al patio trasero, el cual está cercado.

El diseño interior es un poco más complejo debido a las dimensiones, la cocina tiene una puerta que conecta con el patio trasero y tiene una barra donde se puede tomar los alimentos sin problemas, esa barra separa la cocina de la sala y desde cualquier ángulo se logra ver la televisión, esa una zona incomoda ya que, abriendo las persianas de la sala, se logra ver todo de adentro hacia afuera y viceversa, hay un pequeño armario donde guardan la despensa, y enseguida las escaleras que llevan a las habitaciones. Las habitaciones se conectan con el pasillo central, una habitación grande (la de su padre), la pequeña de Jake, y el baño, en fin.

Al llegar a su casa, ya tenía el plan perfecto: Se dirigiría a la parte trasera de la casa, entraría por la puerta que da al pequeño patio ya que hace menos ruido, Elliot duerme en su cuarto así que no sería problema, caminaría despacio, subiría las escaleras, atravesaría el pasillo y listo, llegaría a su cuarto.

Y bueno, aquí empieza su plan.

Se deslizó por el costado de la casa y llegó a la parte trasera, lanzó el maletín por la cerca, luego la mochila y luego paso el.
Sacó sus llaves de su bolsillo y volvió a acomodarse la mochila y cargo el maletin, abrió la puerta lo mas lento que podía, la cerró y comenzó a dar pequeños pasos, cuando llego ya a las escaleras se resbalaron sus llaves de la otra mano, el ruido se escuchó en toda la casa, Jake solo cerró los ojos y enseguida escuchó muchos pasitos en la parte de arriba, era Elliot.

Apresuró a levantar las llaves y guardarlas en su bolsillo, subió las escaleras y su pequeño amigo color miel al verlo meneo la cola u se lanzó a el, más ruido era imposible.

-Elliot, ven- Jake susurrando lo llamó para que lo siguiera y dejara de brincar y hacer fiesta.
Caminaron ambos por el pasillo, de vez en cuando hacia ademanes para que su perro fuera mas despacio.
Al llegar por fin a su cuarto escucho la luz del pasillo prenderse, su única reacción instantánea fue lanzar el maletín a su cama, sin embargo aun cargaba su mochila.

Elliot ya estaba tranquilo, sin embargo miraba al pasillo, Jake percatandosé de una precencia volteó.

-¿Qué son estas horas de llegar?- Su padre habló bastante molesto.

-Yo....saqué a Elliot a pasear, ya sabes sus necesidades.- Jake habló seguro

-Con Mochila y una herida en el brazo- Su padre arqueo una ceja - mañana hablamos. -Se dio la vuelta y regresó a su habitación.

Jake suspiró, volteo a ver a su perro
-Vaya día, ¿No crees Elliot?- A lo que su mascota solo reaccionó meneando su cola de un lado a otro

Cerró la puerta de su habitación, bajó la mochila y la lanzó por algún lugar, quitó el maletín y se fue directo a su cama , a lo que su fiel amigo imitó. Ya tendría tiempo de ducharse mañana.

Ya recostado pensó en que hubiera sido más fácil escalar y entrar por su ventana. Seguido de este pensamiento tan obvio y otros más, cayó rendido al sueño.



Jake BouchardWhere stories live. Discover now