Capitulo 5

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Briana quiso apartarse, pero de reojo pudo ver que Lautaro recién llegaba de la empresa. Se quedó perpleja, observando cómo alguien besaba a Briana, lo único que quedaba de su esposa."Eduardo, te dije que esas actitudes no cuadran en tu trabajo"", dijoLautaro, sorprendido."Lo lamento, señor", respondió Eduardo y se apartó."Yo ya me iba a mi casa", comentó Briana mientras pasaba por su lado. Pero algo la detuvo, la autora la tomó de la mano."Gracias por este día"", dijoLautaro."De nada", respondió Briana y siguió caminando hacia su vehículo.De reojo pudo ver cómo llegaba el vehículo de la señora Samanta, la madre de Lautaro. Una mujer con carácter, muy sincera y simpática. Tenía el cabello oscuro y unos ojos de un tono bastante peculiar. Siempre había sido muy cercana a su hijo.En cuanto llegó, todos los empleados comenzaron a correr, ya que cuando ella llegaba, vigilaba cada detalle para asegurarse de que todo estuviera bien hecho. Eduardo puso los ojos en blanco y siguió a sus empleados."Mamá", mencionó Lautaro, mirando hacia arriba."¿Cómo estás, cariño?", preguntó Samanta con una sonrisa triste. Lautaro asintió."Estoy bien, vamos a tomar una taza de café", comentó mientras ingresaba por la rampa, y su madre lo ayudaba."Tranquila, mamá. Yo puedo hacer todo esto solo", mencionó Lautaro."Me sorprende la fortaleza que tienes, cariño"", dijoSamanta."Lo sé, pero no te preocupes, voy a estar bien" , mencionó Lautaro, y su madre asintió."Cariño, estoy tan preocupada por ti. ¿De verdad estás bien? Tendremos que llevarte a una mejor clínica especializada"expresó Samanta."Mamá, estoy bien", puntualizó Lautaro. "Además, si me voy, estaré lejos de Lucía"."Lautaro, Lucía está muerta", comentó Samanta con desgano."Mamá, no lo digas así", respondió Lautaro."Pero es la verdad", murmuró."No me importa. De igual forma, no me alejaré de ella"."Estás demasiado apegado a esa niña que a mí no me caía bien"."Mamá, a ti nadie te cae bien"."Coincido", mencionó acercándose a la cafetera."Mamá, tienes que tranquilizarte"."¿Así como tú te tranquilizas con la niñera?", preguntó divertida."¿Qué tiene que ver eso?". preguntó confundido."Estás muy allegado a ella, ¿acaso sientes algo por la niñera?"."No digas tonterías, mamá. Sabes que siempre voy a estar enamorado de..."."Sí, de Lucía. Ahora dime la verdad, ¿sientes algo por esa niñera?"."No, para nada. Solo es amiga de Lucía"."Como tú digas", comentó coqueta acercándose a las sillas. Era una mujer muy refinada, directa y hermosa."Mamá, hoy salimos a comprarle el uniforme a Emma"."Por fin la dejas salir a esa niña, parece un perro encerrado en esta casa"."Mamá...""Mamá nada, es la verdad. ¿Y se puede saber por qué Briana está tan pegada a Eduardo? ¿Acaso son algo?"."En qué momento la viste?"."Porque pasé con mi auto, cariño. Fuimos con una cosa y volví"."No lo sé, parece que sí"."¿Y eso te molesta?", preguntó divertida, mientras escondía su sonrisa detrás de la taza."Claro que no, Briana puede hacer lo que quiera con su vida y eso a mí no me incumbe", comentó con desgano, mientras miraba hacia la ventana."No parece eso, cariño. Yo te veo muy enfadado", mencionó divertida a su madre, y él puso los ojos en blanco."Mamá, estoy bien"."Pues no parece", comentó y él suspiró."Mamá, en serio te digo, no te preocupes tanto por mí"."Mira, cariño, sé que todo esto debe ser difícil para ti, pero creo que es tiempo de que sigas adelante"."Es lo que hago, mamá, pero si me hablas así, no puedo..."se puso de pie, después de darle un beso en la mejilla a su madre, y desapareció.Ingresó silenciosamente a la habitación de Lucía. Acarició con cuidado el camisón que aún estaba colgado, al igual que el vestido. Miró hacia el espejo del tocador, pensando en las veces que ella se había mirado en él. Bajó la vista y deslizó la silla de ruedas hasta llegar a la cama."Mi bella Lucía", comentó y tocó aquella almohada que aún tenía su perfume. Aunque poco a poco se estaba desvaneciendo. Y ahora, amargamente, como lo hacía cada noche, hasta quedarse dormido.Briana en cuanto llegó su madre, la miró con una ceja levantada."¿Cómo te fue?", preguntó sin mirarla."Mamá, ¿en serio vas a estar así de molesta durante todos estos días?"."Claro", comentó, y ella puso los ojos en blanco."Me fue bien", comentó con desgano, mientras su madre prestaba atención."¿Bien de bien o bien de mal?", preguntó."Bien de bien", respondió, ni su madre cómo la miró."No tienes por qué deberme explicaciones y lo sabes"."Lo sé, pero ya que insistes...""Cariño, yo creo que lo mejor que puedes hacer...""Mamá, mejor me iré a dormir", comentó, desapareciendo."¿De verdad me va a dejar con la palabra en la boca?" , preguntó molesta a su madre, y su hija ya se había perdido en su habitación.Al día siguiente, Lautaro se despertó con algo que lo tenía muy convencido. Se casaría, tal como lo decían todas las mujeres. Él se casaría con otra mujer. Y pensó en Briana, ella era la ideal, ella era la persona más cercana que podía tener en lugar de su amada Lucía. Además, supuso que ella no podría rechazarlo como una forma de agradecerle por la amistad que habían tenido. Por ese motivo, en cuanto se levantó y se sentó en la silla de ruedas con esa convicción, fue directo hacia el salón. Esperaba con ansias mirando hacia la puerta, esperando que Briana pudiera ingresar por ella y hablar. Hasta que lo hizo, esperó durante una hora, pero no le importó."Señorita Briana, ¿podemos hablar?", preguntó, y Briana dio un respingo al darse cuenta de que no lo había visto."Claro", comentó dudosa, y lo siguió.Avanzaron hasta llegar al jardín, donde había algunas mesas y sillas."¿Qué ocurre?", preguntó curioso, observándola de reojo."Quiero que nos casemos", comentó directamente.Briana abrió los ojos con sorpresa."¿Qué? ¿Cómo es? ¿Por qué me casaría con usted?", preguntó."Porque eras amiga de Lucía, y creo que si te casas conmigo, también tendrás una parte de Lucía", respondió."No lo veo así" ,comentó, sentándose, completamente aturdida por la proposición que le había hecho."De verdad te lo digo. ¿Acaso no te interesa cumplir con la memoria de tu amiga?" ,preguntó."Yo no le debo nada a Lucía. Pero eso me ofende", murmuró."No pensé que lo verías así", comentó Lautaro, sorprendido."¿Acaso usted piensa que yo tengo que renunciar a mi vida por mi amiga?", preguntó confundida."No lo veo así, pero podemos ser buenos amigos, traer matrimonio", propuso."Usted lo único que quiere es una compañía. ¿De verdad quiere que me case con usted, sin amor?", cuestionó Briana."Claro que sí, y yo quiero casarme.." ", respondió Lautaro."Yo con alguien a quien ame y que me ame ¿Y acaso Eduardo soy esa persona?", dialogó Briana."No importa quién sea..", expresó Lautaro."Ya, pero efectivamente no lo es usted, quien aún está enamorado de Lucía"", dijoBritana."Por favor, no puedo casarme con usted, y podemos ser buenos amigos en el matrimonio"dijo él."No lo haré", comentó Brianna, poniéndose de pie.Él completamente aturdido por el rechazo de Briana.Briana se fue corriendo, y Melisa la siguió de reojo."¿Qué ocurre?"preguntó."Voy a ir a mi casa"comentó sin dar explicaciones, y se subió a su vehículo. No podía creer aquello, se quedó perpleja, pero su corazón latía con prisa. Llegó a casa y, al ver a su madre, empezó a llorar."¿Qué pasa, cariño?", preguntó."Solo abrazame... mama porfavor "comentó llorando, y su madre suspiró. Se abrazaron con cariño, y Briana se quedó dormida en su regazo. Su madre, aunque estaba muy molesta y no le gustaba ver a su hija sufrir, se quedó allí acariciándola hasta que se quedó dormida.Briana, confundida, decidió aceptar la propuesta de Lautaro. Por el simple hecho de que llamaba la atención de Lautaro, pensó que tal vez en el matrimonio podría enamorarlo poco a poco y empezar a olvidar a Lucía sin tener que revelarle la verdad. Salió apresurada de casa, dejando a su madre preocupada por su estado mental.Briana llegó rápidamente al trabajo de Lautaro, ingresó por el ascensor y se dirigió a su oficina."Hola", saludó un poco nerviosa, ya que nunca había estado allí.Secretaria: "¿Usted quién es?", preguntó la secretaria, mirándola con una ceja levantada."Puede decirle que soy la niñera de Emma", respondió Briana.Secretaria: "Claro, enseguida"comentó y se alejó para entrar por la puerta de la oficina.

Contrato con el viudo paralíticoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora