14. Aku Cinta Kamu

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POV MAGNUS

Francamente no tengo ganas de nada, el dia de hoy me la he pasado en pijama, todo lo que tengo son ganas de seguir dormido. Al girar mi cabeza a la ventana me doy cuenta de que ya oscureció, el día ha llegado a su fin.

Maryse se ha llevado a mi garbancito esta mañana y ya siento los efectos de su ausencia, añadan la impotencia de que a pesar de todos mis esfuerzos, mis 500 años - esta bien 800- mis conocimientos y contactos aun no he encontrado nada que me permita regresar a Alexander a la normalidad.

Las palabras de Maryse taladraban mi cabeza

-Si realmente quieres volver a ver a Alec, tendrás que buscar la forma de regresarlo a la normalidad o juro por el ángel que no lo volverás a ver en los próximos trece años y de ser así me encargare de que se olvide de ti.- 

No puedo permitir que alejen a Alexander de mi, no cuando el ha sido la única persona en todos los tiempos que ha logrado que mi corazón vuelva a sentir, el único que ha hecho posible que mi vida vuelva a brillar y no me refiero a ese brillo falso de las fiestas, por primera vez en siglos, siento que el oxígeno llega a mis pulmones embriagando todo mi ser. 

En este momento me encuentro sentado en el sofá de la sala con presidente Miau en mis piernas, creo que soy tan patético que hasta a el le doy pena. En mi cabeza no dejo de pensar en la solución para que Alexander regrese, a mi y a su edad real.

Volteo a mi alrededor y mi casa es un desastre de proporciones gigantes, hay libros en la mesa y en el piso, copas y vasos con restos de las bebidas que hoy me he preparado intentando ahogar el sentimiento de perdida y de ausencia así como mi frustración.

¿Que me pasa?, soy el Gran Brujo de Brooklyn, el Gran Magnus Bane.

¡En serio! a quien quiero engañar, en este momento soy solo un ser con magia y el corazón apesadumbrado.

El maldito timbre comienza a sonar. En verdad, no estoy de humor para tolerar la presencia de nadie, D-E  N-A-D-I-E. Mucho menos a los estúpidos amigos de Alexander y juro que si me asomo y encuentro al teñido con una de sus brillantes ideas o hazañas lo tiraré por la ventana o lo convertiré en pato. Realmente no estoy de humor.

La persona que hace sonar mi timbre al parecer no conoce de modales, no ha dejado de apretar el maldito boton, asi que simplemente para que se detenga gritó:

-¡Vuelva otro dia!, el Gran Brujo de Brooklyn no está disponible para nadie el dia de hoy o el resto del mes, no lo se, saque una cita y ya veremos cuando lo puedo atender.-

La voz que responde logra sacudir mi depresión. 

-¡Magnus Bane!, mas vale que abras la maldita puerta en este instante o por el Ángel que la tirare a patadas aunque tenga que traer a otro brujo para que derrumbe tus salvaguardas.-

¿Maryse?

Vi que el reloj marcaba las 11 de la noche, ahora ¿que se le antojaba a esta demente?.  ¡Por el Ángel!, no debo olvidar que es mi querida suegra aunque en este momento la verdad es el enemigo público número uno en mi lista de no invitados a mis fiestas y mi loft.

- ¡Maryse!, ¿acaso tus padres no te enseñaron que estas ya no son horas de visita?- grite mientras utilizaba mi magia para ver a través de la puerta.

Mi quijada llego al piso cuando detrás de Maryse, quien taconeaba con impaciencia el piso, pude ver a mi pequeño nephilim comiendo ¿pastel y helado?, ¿que rayos?....

Rápidamente utilice mi magia para ordenar el loft y mi persona, no quería dar una mala impresion, ademas, quien me aseguraba que cuando Alexander regresará a la normalidad mi imagen ante el no se vería afectada al recordarme tan.......bueno, ustedes entienden.

Mi pequeño nephilim (Malec)Where stories live. Discover now