«Serios Problemas»

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¿Prostitutas comunes? ¿Es enserio?

Al entrar a la alcoba no pude evitar quedarme de pié en una esquina de ésta sucia habitación tratando de descifrar el estúpido cartel que se ubicaba en la puerta. ¿Las prostitutas tenían una clasificación? Vaya.

¿Eso quiere decir que había distintos tipos de prostitutas?

Dejemos ese tema de lado.

20:34 pm marcaba un reloj situado en una de las paredes de la habitación, poco a poco se va acabando el día de hoy, miercoles.

Y yo sigo con la misma ropa. Eww.

Camino hacia una pequeña ronda formada por cinco chicas sentadas en el suelo jugando a las cartas y hablando de todo un poco, como si fuera algo interesante estar acá. Llego a su lado y me recorren de pies a cabeza con su mirada penetrante, no creo que me miren con frialdad, estan en mi misma situación y sienten aunque sea un poco de lastima por mi. Y eso no me gusta. 

Me dedico a mirarlas hasta que se cansen, funciona con todo el mundo, suelo cansarlos.

Hasta que una de ellas se levanta y me pregunta

—¿Qué quieres? —Preguntó una morocha flacucha, pobre, hasta yo tengo más pechos que ella.

¿Por qué siempre me burlo de la gente mentalmente? Lo dejo pasar

—Quería saber donde se encuentra el baño —es obvio que ya sé donde se encuentra, pero para molestar, ya saben—. Huelo como la mierda y me quiero bañar, también quiero saber que ropa me tengo que poner y eso —Super directa, así es como soy.

—En la puerta sucia se encuentra el baño.

—Em, genius, todas las puertas estan sucias.

Me burlé de ella, ósea, morocha, todas las puertas estan sucias, como para no darse cuenta.

Ella se ruborizó y bajó la mirada avergonzada. Se ve como una perdedora, gracias a Dios yo no soy tan idiota como ella.

Gloria a Dios.

—La que está a la izquierda de la litera con los maquillajes —Me contestó otra chica delgada, se ve que no comen bien o que mierdas.

—¿Les dan de comer acá a ustedes? —Cuiestioné a las flacuchas.

Éstas me observaron indignadas, pero vamos, es cierto que están delgadas, parecen gusanitos. Veo que no comen por que no quieren. Idiotas, desperdician a la sexy comida.

—Ya quisieras nuestro cuerpo.

Murmuró una de ellas. Una rubia.

—¡Oh! ¿Enserio? sería hermoso ser un fideo como tú.

Estas chicas deben tener como máximo diecisiete y parecen una tabla de surf.

Mi comentario parece que la hizo enojar, entonces se levanta del suelo sucio dándose palmadas en el trasero quitándose el polvo del piso.

—¿Por qué te limpias el trasero? Si nisiquiera tienes.

—¡Ya cállate! Enana de jardín.

Yo abrí la boca indignada, me dijo enana. ¿Quién se cree ésta?

—¿Me hablas a mí? —le pregunté indignada—. Pará jirafa, rascacielo, Torre Eiffel, perdona gigante de dos metros —para ese entonces yo ya estaba gritando y haciendo énfasis con mis manos. Para darle una gran importancia al asunto, dramatizándolo—. ¿Quién te crees que eres? Rubia teñida. Perdoná por no ser tan perfecta como tú, perdoná, ¿Quiéres? ¿Eh?

Happily | Harry Styles [ACTUALIZACIONES LENTAS]Where stories live. Discover now