«Prostitutas Comunes»

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¿Por qué el lunes está tan lejos del viernes? y ¿Por qué el viernes está tan cerca del lunes?

¿Quién inventó el frío? ¿Y el calor? ¿A dónde me iré cuando muera?

"Al infierno, por hijo de puta" respondió mi subconciente.

"Claro, anda, búrlate de mí" contesté enfadado.

"¿Hablas con tu propia conciencia porque no tienes amigos?" Y ahí estaba otra vez ella

burlándose de mí.

"Claro, lo que tú digas"

Le resté inportancia al asunto.

"¿O porque te sientes solo? Necesitas una novia."

Sólo bufé aburrido, no tenía nada que hacer y, salir a la calle no era una buena opción. Los paparazzis se volverían locos al no verme con Stacy, la última puta con la que estuve, nunca me intereso pero para no quedar como un drogadicto gay, salía con chicas.

Vuelvo a bufar. Saco un sobre con un polvo blanco en ella y me dedico a aspirar.

Sentado en mi sofá medito tranquilamente sobre temas absurdos y sin sentido alguno.

Así es la droga.

Veo todo medio borroso y de colores tan brillantes como la luz del puto sol que me está dando de lleno en la cara. Me estiro un poco y me levanto a cerrar las cortinas. Al llegar al sofá calculo mal y caigo al piso golpeándome el culo con el suelo de madera.

No sé si reírme o gritar. Así que hago las dos cosas al mismo tiempo.

—¡Sofá conchesumadre! Piso de mierda, ¡Joder! —Y largo una carcajada que hace eco en la habitación.

Me siento tan solo, la habitación es tan solitaria como un desierto, casi tan vacío como mi corazón.

Bostezo y derrepente me doy cuenta de que tengo sueño así que poco a poco cuento las escaleras para subir a mi alcoba. Se me dificulta ya que veo el doble, que digo, el triple y se ve bastante borroso.

Un escalón.

Dos escalones.

Tres escalones.

Cuatro escalones.

Doce escalones.

Ocho escalones.

¿Cuál seguía? Maldita y sensual droga.

Setecientos cincuenta escalones.

Vaya, son bastantes. Mejor dormiré en el suelo.

Me acomodo en el frío suelo y la oscuridad se hace presente.

* * * * *

Casey P.O.V

Apenas era martes y el viernes probablemente alguna de nosotras será vendida. Al menos yo no figuro entre ellas.

Desperté a causa de los tacones resonando contra el suelo frío donde tuve que dormir gracias a mis queridas amigas las prostitutas. Nótese el sarcasmo.

Las muy perras hacen de todo para sobrevivir en este asqueroso lugar (Y lo entiendo) y el lema de aquí es "Si vendes tu cuerpo ganas dinero. Si ganas dinero te compras cosas. Y si te compras cosas no dejas que nadie las toque"

En palabras que puedas comprender, no me dejaron dormir en un colchón con mantas porque era suyo. Egoístas ya me van a pedir algo. También me dijeron "Ahora ésta es tu nueva casa y tendras que trabajar para conseguirte algo. Nada en ésta vida es gratis"

Ew, se creen poetas.

Volviendo al tema principal; resulta que el viernes hay una venta de prostitutas de buena calidad, por así decirlo, por que hay diferentes tipos de prostitutas. Según el chisme de Lexy, prostituta de hace 2 años, ella anda al tanto de todo. El tema es que vino el representante, el "dueño" del prostíbulo a darme la bienvenida y resultó ser un hombre de unos treinta y pico de años de un buen estado físico, actitud ruda, dominante, controladora y fría.

Y estaba buenísimo.

No se me caía la baba por que estaba enojada pero de no haberlo estado ya andaría embobada.

Castaño de ojos claros como el mar, piel nívea blanca y sedosa. Nariz perfilada y recta, que decir de sus labios carnosos y rosa pálido. Sonrisa perfecta que provoca orgasmos.

Horriblemente hermoso.

El tipo este hablaba y me miraba y yo como siempre en las nubes, pensando como escapar, fingiendo escucharlo. Hasta que se dió cuenta.

—¿Me estás escuchando, querida? —Me preguntó el bombón. Tenía una ceja levantada con superioridad. Maldito.

—No. ¿Por qué debería de hacerlo? —Contesté rápido. Mierda yo y mi maldita boca.

El frunció su entrecejo, su mandíbula se tensó, estaba enojado. Lo veía en su mirada.

—Mira pequeña, no me gustan las niñas mal educadas lloronas —fruncí mi entrecejo confundida—. Te oí llorar y gritar escandalosamente —puto, me escuchó—. Así que te lo diré fácil y claro. Tú te acostaras con los viejos de cuarenta y cinco años en adelante, les gusta la carne fresca y joven. —Me guiñó un ojo antes de salir. Pero se volteó y se acercó peligrosamente a mi cara dispuesto a besarme.

Y le escupí la cara, justo en el ojo derecho.

¡Bingo!

Los guardaespaldas, a los que marqué como "Gorilas", soltaron varias carcajadas que se contagiaron a cinco chicos guapos que permanecían sentados mirando la escena. Los ví en algun lado y no recuerdo donde.

—Te quieron en mi oficina a la medianoche, pequeña. — Dicho esto se fué. (Ahora que lo pienso, no escuché su nombre, vaya) yo solo bufé y me metí a la alcoba de las prostitutas donde en la puerta se encontraba un cartel que decía "Prostitutas Comunes"

¿Qué rayos...?

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Holaaa :)

Acabo de ver la información de la novela y ví que tenía 320+ leídos, es genial, gracias enserio.

En fin, si te gustó dejame un voto y un comentario, porfis.

Chausito :)xx

Happily | Harry Styles [ACTUALIZACIONES LENTAS]Where stories live. Discover now