Capítulo 5. Asesinato

54.2K 5.4K 2.2K
                                    



Si te gusta la historia, me ayudarías muchísimo comentando durante el capítulo. Muchas gracias por tu lectura.

________________________________________________________________________________

C A P Í T U L O  5

A S E S I N A T O

________________________________________________________________________________


Un zumbido le invadió el interior de la cabeza y su rostro ardió cuando escuchó la pregunta que había lanzado el sujeto. Guio la atención hacia su padre en busca de claridad, pero solo recibió ese tono de voz que se debatía entre la ebriedad y la furia cuando habló.

―Pensé que nunca ibas a llegar, maldita sea.

―Venía del colegio ―dijo por decir algo.

―El colegio. Ya es hora de que vayas dejando esas niñerías y empieces a ayudar en esta casa.

Estela no respondió. Su papá repetía esa queja con tanta frecuencia en los últimos meses que hacía tiempo había optado por agachar la cabeza y rendirse en el intento de convencerlo de que era importante. Además, la apariencia física de su padre, con un rostro que se deterioraba como si el tiempo transcurriese cada vez más rápido para su piel y sus dientes, la aterraba más que sus palabras amenazantes.

―¡Mírame cuando te hablo! ―le gritó.

La jaló para acercarla al centro de la sala. Ella chilló por la presión de los dedos grandes que se le clavaron como si quisieran triturar el brazo. Cuando estaba ebrio su papá perdía el control de su fuerza, algo que Estela terminaba padeciendo en gran parte de las ocasiones.

―Henry, no lastimes a la niña ―pidió el tercero, quien no había dejado de mirarla―. Es solo una muchachita con sueños, ¿verdad? ―preguntó antes de llevar la mano hasta su rostro y acariciar uno de sus pómulos.

Estela retrocedió lo que le fue posible y lo miró horrorizada.

―No pongas esa cara. Yo sé cómo puedes hacer que tu papá esté más orgulloso de ti. Vas a poder ayudar en la casa, y hasta puedes seguir estudiando, ¿no es eso lo que querías?

El comentario consiguió que su corazón bombeara con tanta potencia como si quisiera escapársele del pecho para no presenciar nada más.

Ella dirigió la vista a su padre, quien le devolvió un gesto lapidario. No faltaron palabras, el encontrarse con esos ojos enrojecidos y llorosos por el alcohol fue lo único que necesito la hija para captar el mensaje.

―Eres preciosa ―habló de nuevo el tipo―. ¿Cuánto me la puedo quedar? ―repitió la pregunta, en esa ocasión dejando entreoír una ansiedad asquerosa en su voz.

Su padre la dejó libre, y el otro le frotó los brazos con sus dedos esqueléticos. Estela intentó gritar a todo pulmón, pero el terror le atoró la voz en la garganta.

―Una hora, pero te cobraré mil, porque es virgen, y si hay que sumar una hora otros quinientos. Estela, vete con él.

―¡No! ―gritó aterrada.

Se alejó del hombre hasta que su espalda chocó contra la puerta de su cuarto, que estaba a la derecha. Su casa era pequeña, así que no había distancia donde esconderse.

Prometo no amarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora