La suerte del capitán (Suerte #2)

34| Confrontación

—Estoy trabajando, vayan a hacer escándalo a otro lado— Gruñó su padre volviendo su atención hacia la portátil.

—Necesito hablar con ustedes, es realmente urgente. —Jamás se había sentido tan nervioso y vulnerable. Deseaba poder tener a Billy a su lado y apretar su mano para darse valor. Pero entonces se recordo que estaba haciendo quello por Billy y por él, porque con suerte (si sobrevivía a aquello) podría recuperarlo. —¿Podrías darme unos minutos de tu tiempo?

El hombre suspiró frustrado y cerró la computadora para luego cruzarse de brazos en pose autoritaria.

—Que sea rápido.

—Si...—Soltó a su madre indicandole que se sentara y como era obvio, la muner eligió el asiento más alejado al de su esposo. —Hay dos cosas que quiero contarles, algo que debí decirles hace tiempo pero que no sabía como hacerlo...en realidad me aterraba.

—Al grano, Steven— Cuando su padre usaba su segundo nombre era porque de verdad no tenía un gramo de paciencia en su sistema.

—De antemano quiero disculparme, porque se que lo que tengo para decirles va a decepcionarlos. —Jason apretó los puños a sus costados y clavo los ojos en el rostro de su padre. —Primero que nada quiero confesarles que soy...gay.

El rostro de su padre se contorciono en una mueca de estupefacción, sus ojos se notaron confusos y su boca se abrió ligeramente, eso antes de que su expresión se crispara con furia. A lo lejos Jason escucho el gemido lastimero de su madre.

—Eso es una puta broma ¿no?— exclamo el hombre indignado.

—No.

—¡No me puedo creer que seas un maricon de mierda!— gritó poniéndose de pie y sobresaltando tanto a Jason como a Amanda. —¡Un maricón!

—Te equivocas— Jason cuadro los hombros y trato de lucir lo más seguro que aquella situación le permitia. —Soy homosexual, no un maricon.

—Para mi es completamente lo mismo. —El hombre se giró hacia su esposa —Esto es tu culpa, ya decía yo que de tanto consentirlo terminarias por arruinar al mocoso. Siempre escondiéndolo debajo de tu falda...

—¿De qué hablas? — Amanda Cooper también se puso de pie y miro indignada al hombre que la culpaba de aquella situación. —En todo caso es tu culpa, esto es un claro ejemplo de lo mal padre que has sido.

Jason vio con cansacio como sus padres volvían a iniciar una discusión utilizandolo a él de pretexto para culparse mutuamente. No soportaba más todo aquel circo.

—¡Suficiente!— gritó exasperado haciendo que ambos adultos lo vieran con sorpresa — Esto no es culpa de nadie y no me volví a si porque mamá me mimara y me protegiera demasiado —dijo viendo a su padre— Y tampoco porque papá no pasara demasiado tiempo conmigo—esto lo dijo viendo a su madre. — Tampoco se trata de una enfermedad o de una manera de llamar la atención. Simplemente soy así, naci así. Y probablemente ustedes no lo entiendan pero es quien soy.

Sus padres guardaron silencio evaluando la situación, pero las cosas obviamente no serian fáciles.

—¿Es todo lo qué tienes para decir? — inquirió su padre con desprecio —Por que no me intersa seguirte escuchando.

El hombre intento salir de aquella habitación pero Jason lo detuvo aferrándose a su brazo.

—Agradecería que me escuches hasta el final por una jodida vez en la vida. —gruñó y lo empujó de vuelta dentro de la habitación. —Sere breve con lo siguiente. — su madre volvio a sentarse. —Rechaze la beca de Wake Forest.