Grandes Descubrimientos

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Después de un enorme desayuno consistente en fruta, hot cakes, pan tostado, huevos, café y jugo, termine saciada y un poco aturdida tras la infinidad de preguntas de las chicas. Seiya respondió la mayoría, omitiendo algunos detalles como su historia del alíen, invasiones a la Tierra, y Sailor Moon; así como que estuve a nada de irme de aquí a medianoche.

Me sentí muy bien al estar rodeada de Seiya y las chicas. Fue agradable estar en un ambiente familiar que si recuerdo... o casi, porque Seiya no forma parte de la escena en mis recuerdos, aunque no me puedo quejar por su compañía. Lo curioso es que pese a todo lo que me ha dicho, no termino de aceptar que soy su novia –a pesar de que él y mis amigas se lo pasan recordándomelo todo el tiempo–. Además de que esta ese detalle de que pese a todo, Seiya no se va a dar por vencido y no está dispuesto a renunciar a mí. Aun no estoy segura de si eso es bueno o malo, pero me estremezco de solo pensar en ello.

Así que un par de horas después, necesitaba un descanso de todo y de todos. Me fui a tomar un baño mientras Seiya se quedaba con las chicas, quienes al parecer tienen intenciones de quedarse todo el día –lo cual agradezco ya que no estoy muy segura de querer pasar otro día sola con Seiya– y ya están planeando que vamos a comer más tarde.

Me tome mi tiempo en la ducha y prácticamente no salí hasta que me acabe el agua caliente. Me envolví en una toalla y, tras lavarme los dientes y secarme el cabello con otra toalla, me sentí recuperada y lista para enfrentarme a lo que sea. Lo primero en la lista: ir a la habitación que he estado evitando desde que llegue al departamento con tal de obtener ropa limpia.

Tras un largo suspiro para darme valor, abrí la puerta que conecta el baño y la habitación. Mire con detenimiento el lugar, un enorme ventanal cuyas blancas cortinas permiten que se filtre la luz que ilumina la habitación en donde hay cama King Size que está en el centro, teniendo un buro en cada costado con unas bonitas lámparas. La cama tiene un cabecero de madera oscura, hay muchas almohadas y cojines, además de que las sabanas son de seda, y todo está en dos tonos de azul: celeste y zafiro. Pero lo que más llamó mi atención es que el estampado de flores del edredón se parece mucho a los que he hecho en mi trabajo ¿Acaso diseñe la ropa de cama de esta habitación?

Deje pasar por alto ese detalle y continúe estudiando la habitación, mirando las fotografías que también hay aquí en donde aparezco con Seiya. Tome una que esta sobre uno de los buros: aparezco junto a Seiya, que me está detrás de mí, abrazándome por la cintura mientras ambos sonreímos. Es una escena que se repite al igual que todas las fotografías que he visto de nosotros por el departamento, pero lo que llama mi atención es que aparezco usando un vestido rosa que use meses atrás en el primer desfile de Moonlight Dreams. Esa noche la recuerdo claramente, lo nerviosas que estábamos Mina y yo porque todo saliera bien; Rei, Lita y Michiru caminando por la pasarela luciendo los hermosos vestidos de nuestra colección y la fiesta que hicimos para celebrar el éxito de la noche. Pero en mi mente, Seiya no aparece en mis recuerdos a pesar de que esta fotografía es muestra de que estuvo allí conmigo en esa noche tan importante para mí. Deje la fotografía en su lugar, mientras una vez más no dejo de preguntarme que hizo que me olvidara de él a pesar de lo felices que se supone que fuimos.

Camine hacia el tocador de madera oscura que hay en la habitación, en donde vi mi maquillaje, mis botellas de perfume, así como un cepillo y mis ligas para el cabello. Abrí uno de los cajones y encontré un pequeño alhajero y varias cajitas. Sabía lo que encontraría en el alhajero antes de abrirlo, las joyas de mi madre: un collar de perlas, unos aretes de diamantes, un discreto brazalete de oro, además de su anillo de compromiso y las argollas de boda de mis padres. Cerré el alhajero y empecé a abrir las otras cajitas, solo reconocí un dije en forma de Luna que me regaló mi familia cuando me gradué de la preparatoria y algunos collares y pulseras que he comprado a lo largo de los años cuando voy de compras con las chicas; las demás nunca las había visto. Aretes, pulseras y collares en oro y plata con piedras finas, la mayoría eran diamantes y zafiros. Las piezas no son muy exuberantes y llamativas, pero si son elegantes y discretas, tal como me gusta usar mis accesorios, por los que son fáciles de llevar en toda ocasión. Me pregunto si Seiya me habrá regalado todas esas joyas.

RecuérdameWhere stories live. Discover now