Negación

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Después de una siesta que me cayó de maravilla, desperté muerta de hambre. Creo que era de esperarse considerando que hasta donde recuerdo, la última vez que comí algo fue ayer con las chicas en el Templo Hikawa. Mire el reloj, son más de las diez de la noche, es buena hora para cenar algo y luego volver a dormir.

Me dirigí por el pasillo hacia la cocina, pero logre escuchar a Seiya hablando con alguien, una mujer aparentemente, cuya voz me parece familiar. Cuando llegue a la sala, vi que tenia la chimenea encendida y simplemente estaba con Luna a su lado. La gata me miro fijamente, y fue entonces que Seiya también volteo a verme.

–La siesta te hizo bien, Bombón. Te ves mucho mejor.

Lo mire con una pequeña sonrisa. Sin duda está siendo amable porque no me siento mejor, pese a que había disminuido un poco el dolor en donde tengo los puntos .

–Creí que había alguien aquí, me pareció haberte escuchado hablar con una mujer.

–Solo con Luna –dijo señalando a la gata.

–Tengo una lesión en la cabeza, pero no enloquecí. Los gatos no hablan, Seiya –dije acercándome a Luna para acariciarla.

–Si tú lo dices... –musito él de forma casi inaudible.

Estoy segura de que lo escuche hablando con alguien, pero es una locura pensar que lo hacía con la gata. Fue entonces que vi un celular en la mesita frente a él. Seguramente tenía el altavoz mientras hacia una llamada y eso fue lo que escuche.

–¿Tienes hambre, Bombón?

–Sí. Pero si no te molesta, buscare algo en el refrigerador.

–Este es tu hogar. La comida, al igual que el resto de las cosas que hay en este departamento, es de ambos.

–Uhh... sí, claro –dije con un suspiro –¿Ya cenaste?

–No. Estaba esperando a que despertaras para que cenáramos juntos.

–Ah... gracias.

–Prepare pasta. Dame un momento y enseguida te llevo tu plato –dijo él poniéndose de pie. Rápidamente se dirigió a la cocina.

–¿Sabes cocinar?

–Uno de los dos tenía que aprender a hacerlo, Bombón. De no haber sido así, sobreviviríamos gracias al servicio a domicilio

Un novio guapo, que canta, es famoso y además cocina. ¿Cómo fue que tuve tanta suerte? Bueno, al menos no tengo que preocuparme por intoxicarme con mi propia comida.

–Ponte cómoda en la terraza, Bombón, en un segundo te alcanzo –dijo Seiya mientras sacaba un par de platos de la alacena.

–¿En la terraza?

–Hay que hacer las cosas que solías hacer normalmente para que tu memoria vuelva pronto... Por favor, hay que hacer el intento.

–De acuerdo –musite dando un suspiro.

Me dirigí hacia la terraza seguida por Luna, el lugar prácticamente estaba a oscuras y apenas y era iluminado por la luz de la luna sobre mí. No tenía ni treinta segundos ahí cuando de pronto encendieron una serie de luces, como las navideñas, iluminando por completo la terraza dando un espectáculo mágico. Voltee y vi a Seiya que estaba a un costado de la pared, tras haber iluminado el lugar gracias a un interruptor que no había visto, para después volver a la cocina.

Luna se acerco a mi lado, frotando su cabecita contra mi pierna, cuando me senté frente a la mesita. Estire mi brazo para acariciarla.

–Me da gusto que al menos tu no me dejaras sola con Seiya como lo hizo Mina –musite teniendo un maullido de respuesta por parte de Luna.

RecuérdameWhere stories live. Discover now