Infiel

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Otra vez, ahí estaba el, sentado en la misma silla de cuero negro tras esas cuatro paredes y esa puerta con tapete de gato. El café nunca faltaba al lado de aquel teclado de 88 teclas, las hojas esparcidas sobre el escritorio y la papelera llena de ideas inconclusas. Casi era imposible ver su rostro una vez que se encontraba dentro de su habitación, su espalda era lo único que podía recordar de él.

"Suga"

Dije en medio de ese silencio que adornaba aquella habitación. Mi espalda estaba agotada de encontrarse en la misma posición en aquel sillón negro.

"Suga"

Volví a llamar su nombre y el no hizo nada más que ignorarme. Me levante de aquel asiento que tenía plasmada mi figura. Camine hasta encontrarme tras esa espalda que me topaba cada día que venía a visitarlo. Mis manos adornaron ese blanco cuello, mis labios rozaron su lóbulo y todo para que al menos un grano de su atención se fijara en mí.

"Estoy ocupado"

Sus oscuros ojos no se despegaron de aquella pantalla llena de gráficos y números que no lograba comprender. No se tomó la molestia para voltear a mirar a la persona que le esperaba sentada cada día en el mismo lugar. Guarde las palabras que tenía para decirle, mis labios rozaron su nuca plantando un beso antes de abandonar aquella prisión.

Los tiempos habían cambiado bastante desde aquella premiación. Cuando su nombre fue dicho en la ceremonia, el premio llego a sus manos y su obsesión comenzó a consumirlo. Yo lo amaba, amaba a ese ser que se preocupaba por los demás y no por ganar, amaba cuando nuestros aromas se mezclaban y el calor de nuestros cuerpos danzaba sobre la cama. A veces pienso en que todo lo que he hecho hasta ahora es un grave error y que yo soy el culpable de que todo esto se convirtiera en mi tortura emocional pero no, él me hizo entender que el culpable de todo es Min Yoongi.

...

Mis ojos se encandilaron cuando la luz del sol entró por el único conducto que hacia posible el aire en el lugar. La sabana se enredaba en mis pies y cintura como una serpiente que asfixia a su presa, hace un par de horas lo que me asfixiaba había sido el placer. El techo azul me tranquilizaba, me hacía olvidar todo lo que ocurría con Suga.

Me levanté para estar sentado en aquella cama que no me pertenecía, el espejo frente a mí me hacía notar aquellas marcas que recorrían mi pecho. Baje la mirada para ver aquellas mangas que cubrían mis manos, aquella camisa de talla superior a las que uso era lo único que me cubría en ese instante. Lleve la tela blanca hacia mi nariz, aspirando aquel perfume que bañaba esa prenda ajena.

Dulce y seductor era aquel aroma que ahora dormía a mi olfato. Me iba a retirar de aquel lugar con lentitud y cuidado, no quería despertar a aquel que me había servido de compañía toda la noche. Ese castaño y propietario de tan grata habitación se encontraba tumbado al otro lado de la cama. Él era mi receta para olvidar el dolor por el que me hacía pasar ese al que solía llamar amor.

Mis piernas temblaron apenas tocaron aquel suelo gris. Aun sentado sobre aquel lecho me moví lo más lento que pude y no fue suficiente. La gran manga que cubría mi mano fue sujetada por aquella persona que apenas y podía mantener los ojos abiertos. Voltee a ver como sus claros ojos rogaban porque me quedase un poco más.

-Él me está esperando –Musite a la par que mis dedos recorrían ese hermoso rostro a mi lado. No importaban las ganas que sintiéramos ambos porque yo me quedase, aun no estaba listo para dejar ir al que me había acompañado en mi desgracia.

Infiel//One Shot//KookminWhere stories live. Discover now