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Observó como se abrigaba para salir a trabajar.Primero se puso unos jeans enormes y encima de ellos de unos pantalones térmicos y una camisa blanca, se colocó una campera térmica. Sus ojos celestes me miraron expectantes y entonces le dije –My name is Fany- Me señale a mí misma y el sonrió por primera vez, pensó un momento  –Nike- asiento y mire hacia otro lado porque su mirada me incomodaba, me señaló la puerta, comprendí que debía partir a su trabajo.

Abrió la puerta y se despidió, en cuanto la puerta se cierra, me levanto y comencé a husmear en la casa, en la entrada hay un lugar para colocar los zapatos, es como un pequeño mueble con estanterías, luego una mesa de madera con un mantel de lana por encima, la gran estufa y la cocina, a un costado una cama pequeña por un lado, luego hay una puerta que lleva al "baño", un inodoro y un lava manos todo de madera, y en otra puerta una habitación con una cama enorme cubierta de pieles y mantas de lana, un placar con cajones que solo tiene ropa y un arma al costado de la cama, mientras una gran alfombra de piel de ciervo cubre el suelo, la puerta se abre de golpe, asustada me escondo. Nike empezó a gritar, sentí los pasos sobre el piso de madera, sus pasos llegaron hasta la habitación, cierre los ojos para que no me encuentre,  sentí sus manos congeladas que que me jalaban el talón  que sobresalía por debajo de la cama, comenzó a arrestarme por el piso, abro los ojos de golpe, me miro extrañado, me  intente levantar del suelo, pero él se sentó encima de mi espalda y me dejo inmóvil, se acercó a mi oído y susurró algo en islandés que no entendí pero por un momento pienso que podría ser una especie de amenaza, por el timbre de su voz.

Asiento y el ríe, me levanto un poco dura por el susto y corro hacia el comedor, me persigue por detrás, y me entrelaza entre sus brazos, siento su respiración en mi cuello, me empuja contra la pared, me sostiene el mentón, pone sus labios inseguramente sobre los míos y besa poco a poco, succiona mis labios y me mira a los ojos, sonreímos a la par, me suelta y se va hacia la cocina deja sobre la mesa el pescado congelado que acaba de sacar del congelador.

Camino hacia allí y lo miro, tomó el cuchillo con inseguridad, asiente y corta la cabeza del pescado, me deja una tabla con zanahorias y papas, nunca había cocinado, de manera delicada me muestra como pelar la papa, intento hacerlo lo mejor que puedo pero mis cortes son inseguros, el se centra en el pescado y yo en las verduras, al terminar en una enorme olla con agua hirviendo agrego las papas y las zanahorias, él coloca el asador encima del fuego con el pescado repleto de cebollas y limones. Nos sentamos uno enfrente del otro, comí emocionada, por primera vez en toda mi estadía en aquel lugar me sentía cómoda, me dio un papel con una nota, por delante mi foto y por detrás un mensaje de que me estaban buscando y que en dos días regresaría con mi familia, por ahora no quería regresar, quería quedarme a su lado, durmiendo en su pecho, le regresé el papel.

-24 años, tengo-. Dijo Nike medio inseguro, por lo visto algo de español aprendió.

-17-. Dije algo tímida, junte y limpie los platos, al terminar me recosté en la cama del comedor, él había ido al baño, regresó y se recostó a mi lado, me miraba y suavemente acariciaba mi pelo. Mis labios sintieron un cosquilleo, sus ojos se posaron sobre mis labios y suavemente ambos se tocaron, sentí la frescura de sus labios, su suavidad, una textura diferente, sus manos se posaron en mi trasero, estaba inseguro, por lo que parecía, era su primera vez, aunque la mía también, había besado a otros chicos, era la primera vez que besaba a alguien que amaba, otras veces solo lo hacía en los boliches, aunque hora no paraba de pensar en él, en su rostro, en su bondad, él me había rescatado y me había tratado como una niña.

Me levanto de la cama y me abrigo bien, la fiebre había pasado y estaba como nueva, incluso con el corazón ardiente, estaba sentado encima de la cama, cuando vio el amanecer, me miró y señalo hacia afuera, parecía que a pesar de no poder comprenderle con palabras podía entender su lenguaje de señas a la perfección, me tomo de las manos y me puso las botas rápidamente, salimos hacia afuera, la nieve eran tan blanca y los árboles estaban cubiertos de ella, como si fuera una cabellera, las montañas enormes, se veían en el horizonte y el sol iluminaba el paisaje con colores rosados, mis ojos se iluminaron ante tal bella imagen, me abrazo y me besó suavemente en el cuello.

Me solté de sus brazos y tome una bola de nieve y se la arroje, comencé a correr, quedo un poco cohibido por la situación pero a los pocos minutos, una guerra de bolas nieves, risas y sonrisas flotaban en el ambiente, a pesar del frío la alegría brotaba. La nieve lograba dar esa sensación de vacío, de minimalismo, de neutralidad y de simpleza, nos acurrucamos en el suelo mirando el cielo limpio, quería que esto fuera un sueño eterno, que fuera para siempre, estar cerca de él era lo que hacía sentir viva, pero poco tiempo me quedaba tan solo un día para partir hacia el hotel.

El fuego calienta nuestros cuerpos, nos sentamos alrededor de él,

-Nos queda solo mañana-. Digo sabiendo que no me iba a entender, me mira confundido, y señala el vaso de café -Glas af kaffi-. Y vuelve a mirarme –Vaso de café-. Digo lentamente, repite después de mí con un poco de dificultad, a mi me resulto fácil, quizás porque era simple la palabra, nos quedamos ahí como si no importara nada, como si el tiempo no se acabara, como si fuéramos eternos como si nuestras vidas nunca acabaran.   

DesconocidosWhere stories live. Discover now