Capítulo 1. La capital.

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Un punto deforme al sur de nosotros se hacía cada vez menos visible las fachadas de todos los hogares desaparecían con forme nos alejábamos y sin darnos cuenta el sol se comenzaba a asomar por entre las montañas dándonos a entender que la noche había pasado en su totalidad, era como si el tiempo se viniera en reversa en un mundo alterno, el sol saliendo dando de nuevo esas tonalidades pastel tan claras y que con forme la luz avanzaba estás iban desapareciendo, un completo crepúsculo en reversa.

El terreno cercano al pueblo por lo general se encontraba totalmente liso solo alguna que otra piedra interrumpía el camino y en nuestro avance las cosas cambiaron a un terreno hecho completamente de piedras y polvo, un camino que, limitando las posibilidades de vislumbrar, aunque sean alguna especie de yerbajo por el camino, a excepción de los bordes de este.

— Entonces— Aleska me saco de mi mundo, cosa que no me gusta en lo absoluto— si vamos a estar juntos por lo menos en el trayecto deberíamos de conocernos un poco mejor. Mi nombre como ya lo sabrás es Aleska, Aleska Rosenstock— la chica extendió su mano hacia mi, acto que por supuesta mente correspondiente de la misma manera.

— Noreo Zahinos— le dije.

— ¿Zahinos? Ese no es un apellido que se vea comúnmente en las cercanías de Sonsliny o de Trabem por lo que debes de ser alguien de fuera.

— Algo por el estilo. Vengo de un pequeño pueblo a las afueras de Trabem, aquí se le conoce como Prespisio, sin embargo, no es como que nos guste es termino para referirse a nuestra tierra.

— Prespisio ¿eh? Pero entonces ¿cómo me sugieres que le llame?

Sin duda esta chica me trae el presentimiento de que me dará muchos problemas en el futuro ¿Por qué todos los habitantes de este reino actúan como si todos fueran sus amigos de toda la vida? Es algo que aún no puedo entender.

— En realidad no tenemos un nombre en concreto para referirnos a él. Por lo general creemos que los nombres son para los seres vivos, las cosas inanimadas y carentes de alma no deberían de tener un nombre que se le podría dar a otro ser, por eso no nombramos a nuestros pueblos con nombres y tampoco nos gusta que los demás lo hagan por nosotros.

— Mmm... ya veo— ella se empezó a carcajear sin razón aparente— deberías de ser más feliz, no debes de tener siempre esa cara de amargado o nunca tendrás amigos— dijo mientras me daba unas palmaditas en la espalda.

— ¿Qué tiene de malo ser como soy? — solamente trataba de seguirle la conversación, después de todo el viaje iba a ser bastante aburrido; Sonsliny se encontraba muy apartado de la capital de Trabem y mi único modo de entretenimiento podría ser las conversaciones que tenga con esta chica, sin importar que su actitud demasiado positivista me parezca en cierto modo fastidiosa.

— Mmm... no creo que tenga nada de malo, pero, por tu apariencia pensé que debías de ser alguien mucho más abierto y simpático.

— A que te refieres con mi "apariencia"— ¡rayos! Detesto mi instinto de curiosidad.

— Bueno no te lo tomes a mal pero eres un chico bastante apuesto, fornido por lo que defino que en algún momento de tu vida te dedicaste a entrenar algún tipo de arte batallero, entonces al momento de tener esos dos requisitos pensé que encajabas perfectamente en el perfil del chico simpático, abierto con un toque de arrogancia, básicamente desperdicias tus cualidades de chico guapo en una personalidad que no te favorece— es demasiado interesante ver como las personas de este reino siempre se la pasan haciéndose ideas de las personas solo por su simple apariencia.

— No me sorprende en lo absoluto todos siempre se la pasan diciéndome cosas bastante similares. Por ejemplo, cuando llegue a Sonsliny; Derek me trato como su mejor amigo tratando de hacer bromas todo el tiempo para ver si era capaz de sonreír o tener alguna expresión positiva, incluso me llego a decir lo mismo "esa actitud no te favorece en nada", y después me trato como una persona normal, pero, sigo sin entender ese cariño que tiene aún.

Crónicas antiguas.Where stories live. Discover now