-¿Entonces?.

-Se encuentra mejor. Está estable. Cuando despierte le avisaremos.

- Pero ¿No puedo verlo ahora?.

-Debe esperar a que despierte señorita.

Apenas termina de decir eso se encamina devuelta por donde vino. Me quedo parada tratando de asimilar. ¿SOBREDOSIS? Dios. Quiero estar ahora con el, necesito verlo ya. De pensar en sólo perderlo y dejar un rastro de tristeza para todos sería horrible. Pero lo bueno es que está estable. Eso importa. Sigue vivo. Aunque casi nadie lo sabe. No quiero imaginar como estará su madre. Es injusto que ella no lo sepa. Pero... ¿Como le digo que su hijo estaba tirado en la calle con sobredosis y que casi se muere?

-Bianca.

Me sobresalto y veo a la persona que me llamó.

-Al fin has llegado.- Habló mientras lo saludó con un beso en la mejilla.

-Lo siento. El tránsito y los kilómetros me jugaron en contra. ¿Cómo está Noah?

-Ahora está estable.- Asiento.- Entró con sobredosis.- Digo con angustia mientras lo miro. El me abraza.

-Tranquila Bianca. Lo importante es que lo tenemos con nosotros.

-Es que casi presencié su muerte. Fue horrible.- Apenas termino de hablar salen mis lágrimas. Es que nadie quiere ver como se le va la vida a alguien importante en tu vida y aunque tampoco lo conociera sería lo más feo que podría ver. Como se escapa una vida. Trato de controlarme y me despegó de sus brazos.- Ahora hay que esperar a que despierte.- Digo suspirando.

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Siento una voz lejana. Me mueven. Ay Dios. Si me quieren secuestrar. Tengo miedo. Voy a morir. No exageres Bianca.
Abro mis ojos en par y par. Es Josef. ¿Ves? No era para tanto. Además ¿Quien nos querría secuestrar? Más en un hospital. Y si querían nuestros órganos ¿Eh?

-Ya desperto.-  Habla con una leve sonrisa.

Me levanto repentinamente.- ¿Y qué dijo?.

-Quiero que vayas tu primero.

- ¿Seguro?.- Hablo entusiasmada. Seré la primera que lo veré. Sin tomar en cuenta cuando estábamos en la ambulancia.

Asiente.- Ve.

Empiezo a caminar hacia la habitación. Al fin. Llegó el momento de ver esa carita tan linda. Bianca ¿Que te pasa? ¿Desde cuando le tienes tanto aprecio? Desde siempre quería amiga. Esperen. No se cual habitación. Paro y me vuelvo. Josef me mira extrañado.

-¿Cuál es la habitación?.

- 26.

-Gracias.

Antes de esperar una respuesta me apresuro a caminar. Casi corriendo. Miro el número de las puertas. 20. No. 22. Nope. 24. Tampoco. 26. Paro en secó y miro la puerta nerviosa. Mi corazón late mil por hora. Tranquila Bianca. Estuviste esperando este momento con ansias. Después de días buscándolo al fin está. A una puerta de distancia. Tienes razón conciencia. Que sea lo que Dios quiera.

Me asomo por la puerta. Sólo mostrando mi cabeza. Ahí está. Mirando la televisión. Tan hermoso como siempre. Hasta en una cama de hospital se ve bien. ¿Eso es normal?. No lo se. Pero está precioso.

Se percata de mi presencia. Me observa sorprendido. Bianca es momento de entrar por completo. Es verdad. Terminó de entrar y cierro la puerta. Tomo aire y trato de decir sin quebrarme.-Hola.

El me sigue observando. Hasta que decide hablar.- ¿Eres tu Bianca o eres un espejismo?

Le doy una leve sonrisa mientras camino hacia el. Al llegar me acomodo al lado de la cama.- Soy yo.

El se le forma una sonrisa sin dientes.- Mira hasta donde tuve que llegar para que te preocupes por mi y te acerques.

Lo miro perpleja.- Noah, tu siempre me importaste.- Sale sin filtro de mi boca.

-Ven aquí.- Dice dándome lugar en la cama.

-¿Estas seguro?- Le digo dudosa.

El estira su brazo hasta tocar mi brazo con su mano. Tira de mi para que sentarnos juntos. Apenas me tocó se me erizo la piel. Ahora que estoy a su lado no quieren saber como estoy.

- Como me encontraste?.- Me cuestiona mientras me mira curioso.

- Yo estaba caminando hasta que llegue a un barrio no muy lindo que digamos. ¿Te acuerdas cuando nos encontramos en ese bar? Algo así era. En fin, a mitad de cuadra vi dos personas sentadas o tiradas en el piso. El primero era un vagabundo y el segundo... eras tú.- Digo recordando la secuencia.

-¿Tu caminando? ¿Por qué?.

-Porque tenía ganas de hacer ejercicio. Nunca es tarde para hacer algo nuevo ¿No?.- Trato de mentir.

-Bianca, dime porqué estabas ahí.- Dice autoritario. Mentira detectada. Es que a él no se le puede mentir. Siempre se da cuenta.

-Bueno tal vez sea que estaba corriendo porque encontré a mi novio, ahora ex, con una chica en su casa. Pero sólo tal vez.

-Cuando salga lo mataré.- Dice enojado. Mucho diría. No tendría que haberle contado. ¿Es que nunca aprendes Bianca?

-No es necesario.- Hablo tocando su mejilla. Sus facciones se relajaron y me miraron con ese brillo tan especial.-Ni en un hospital pierdes tu encanto.- Le sonrió.

-¿Bianca me estás haciendo un cumplido?.- Arquea su ceja izquierda.

Miro hacia otro lado. Siento mi cara arder. Changas. ¿En serio? ¿Eso salió de mi boca?. O sea es normal que lo piense, no que lo diga. De ti ya no me sorprende nada querida Bianca.

-Estas roja.- Dice divertido.

Me levanto.- Bien, lo dejaré entrar a Josef. El también está afuera esperando a verte.

-Espera, ¿A quién más le dijiste?- Habla mientras me ve caminar hacia la salida.

- A el solamente.- Abro la puerta. Me giró.- Adiós Noah.- Le sonrió.

-¿Es un adiós de nunca más volveré o un adiós de mañana vengo encanto?.

-De mañana vengo encanto.-  Hablo divertida.

-Lo sabía.- Dice con arrogancia.

Cierro la puerta mientras niego con una sonrisa y voy en busca de Josef. Como extrañaba las conversaciones. Su sonrisa. Sus gestos. En simples palabras lo extrañaba a el. Y ahora que lo tengo conmigo devuelta, me he dado cuenta que es importante en mi vida. Sumamente importante. Me pregunto hasta donde llegará Bianca por su amigo, no tan amigo. No lo se conciencia. Y eso me asusta. Me asusta pensar que tenga que sentir algo que no debería. ¿Y por qué no Bianca? Tal vez porque salgo de una relación ¿No crees?. Prefiero salir por mucho tiempo por esa zona. Pero para el amor no hay edad, tiempo ni espacio. Dije que no y fin de la historia. Por ahora. Deja de molestar.

Perdón por las faltas de ortografía y gramática🙈🙏 Al pasó del tiempo se arreglarán.

No Tan Cliché IIWhere stories live. Discover now