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EL RECUENTO DE LOS DAÑOS

EL RECUENTO DE LOS DAÑOS

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—Cariño. —murmuró el joven al oído de su novia junto a un suspiro, mientras pasaba uno de sus brazos por su cintura y caminaban por el lobby del departamento de la chica.

—¿Pasa algo? —cuestiónó intentando sonar inocente, pero ella sabía perfectamente a que se debía el suspiro por parte de Ash.

—Nada, solo quiero tomarte y hacerte mía en este preciso momento, pero la presencia de personas lo hace imposible. —respondió hundiéndose de hombros, como si su confesión no fuera trascendente.

—Es solo una cena, tenemos mucho sin ver la luz del sol. —replicó sonriendo, su analogía se refería al largo tiempo que tenían sin salir como pareja, últimamente solo la pasaban en el departamento de Mellie o en el departamento de Asher.

—Tienes razón, puedo contenerme un día. —esbozó una media sonrisa y en ese momento ella quiso besar sus labios, pero solo se limitó a sonreír de regreso.

Amelia tomó la mano de su novio mientras caminaban por la acera, hasta que llegaron a su auto y se dirigieron al restaurante que se encontraba a las afueras de la ciudad.

—¿Cómo va el trabajo? —preguntó Ash mientras cada quien veía la carta del menú.

—Tenía entendido que el trabajo era un tema prohibido. —mofó mientras agachaba la carta para ver la mueca que se formaba en su rostro.

—Lo sé, no quería sonar tan intervencionista. Es solo que llevas poco a cargo del despacho sin la ayuda de tu padre, solo quería saber cómo te sientas al respecto. —explicó esta vez dedicándole una mirada.

—Entiendo... ¿si te cuento no intentarás robarme ningún cliente? —bromeó debido a que ambos compartían profesión.

La pareja trataba de no hablar sobre trabajo, porque en ocasiones el despacho del padre de Mellie y el despacho del padre de Ash se habían enfrentado en ciertos casos legales. Lo mejor era dejar de lado el trabajo y enfocarse solamente en su relación.

En ocasiones la joven llegaba a preguntarse como sería cuando ambos estuvieran a cargo de los despachos de sus respetivos padres y estuvieran casados; pensar en una fusión de los despachos más grandes del estado sonaba prometedor.

—Lo prometo. —levantó su mano derecha en el aire.

—¿Conoces a Shawn Mendes? —preguntó.

—He escuchado de él. —respondió sin darle demasiada importancia.

—Esta mañana su manager me ha mandado por fax el contrato firmado, nos haremos cargo de su vida pública y privada. —informó orgullosa, se trataba del primer caso que llevaría sin su padre como mentor.

—Felicidades cariño, estoy seguro de que todo saldrá a la perfección. —tomó su mano en señal de apoyo.

—Me siento un poco insegura, es un chico problemático. —continuó hablando, tenía que desahogarse con alguien y tenía que ser alguien que la comprendiera, su padre ya no era opción por su enfermedad y su novio siempre había sido muy bueno escuchando.

—Todos a su edad hemos sido chicos problemáticos. —se rió Ash, seguramente pensando en todo aquello que había hecho a los 19 años.

—No lo creo, dudo que alguien esté a su nivel. Eran las once de la mañana y llegó alcoholizado a la cita. —Asher abrió la boca en forma de sorpresa, pero luego comenzó a reír imaginando aquello—. Además, no tiene ningún tipo de educación o sentido de la autoridad, ¡se burló de mí!

—Oh vamos, es un chico que siente que tiene al mundo a sus pies, no todos caen rendidos ante ti, Mellie. —comentó Asher burlándose de las palabras de su novia, le parecía que exageraba.

—No lo justifiques, su manager también intentó justificarlo porque sufre de ansiedad. La gente se estresa y tiene problemas, mi padre sufrió un ataque cardiaco por toda la presión que tenía encima y no lo veías poniéndose borracho a todas horas, o abandonando las citas que tenía. —rebatió disgustada, se había convertido en algo más personal.

—Cariño... creo que lo estás tomando de otra manera. —su novio comprendió a la perfección lo que estaba pasando por la cabeza de la pelirroja—. Mejor cambiemos de tema.

La pareja tuvo una linda velada, tomaron tanto alcohol que tuvieron que regresar en taxi y lo único que hicieron durante la noche, fue dormir abrazados.

Para la mañana siguiente Mellie despertó sola en la cama, Asher se había ido temprano, tenía que recoger su auto en el restaurante e ir a trabajar.

Mellie tomó una ducha velozmente y se vistió con lo primero que encontró que fuera adecuado para ir al despacho. No tuvo tiempo siquiera de desayunar, se había levantado muy tarde.

La gente con la que trabajaba ya la estaba esperando en la sala de juntas, al parecer se trataba de un recuento de los daños y ella lo había olvidado. El recuento de los daños era la manera en que empezaba cualquier caso que le llevara a sus clientes.

Su investigador previamente tuvo el tiempo de hacer una ardua investigación y en ese momento se reúne con representantes de cada área del despacho. Se expone el caso conforme a lo que el investigador encontró y con base en eso se decide que se va a hacer en cada área en específico, se trata de la formulación de un meticuloso plan para controlar la crisis.

—Estoy muy apenada por llegar tarde. —entró a la sala la pelirroja, su retraso era de solo cinco minutos, pero comprendía la importancia del tiempo ajeno—. ¿Podemos comenzar para no perder más tiempo?

Se sentó en la esquina de la enorme mesa rectangular, sacó su macbook para hacer anotaciones en esta y pronto su asistente le trajo un café americano; le sonrió en agradecimiento a la joven, al parecer había notado la resaca que le había dejado la velada que tuvo la noche anterior.

Dave Samuels estaba de pie frente a una pantalla, explicaba toda la información que había encontrado y como ni siquiera había sido un trabajo complicado para él; puesto que Shawn Mendes no tenía siquiera la delicadeza de esconderse de la prensa y simplemente googleando su nombre podrías encontrar todos los escándalos en los que estaba envuelto.

Sobraban las imágenes, podrías encontrar un video o una fotografía para cada mal momento que había tenido en los últimos meses. Desde entrando a hoteles con distintas mujeres, alcoholizado en clubes nocturnos de distintas ciudades, videos de disputas con paparazzis o inclusive con personas comunes y corrientes. Todo el estilo de vida que estaba llevando, estaba afectando su rendimiento en el escenario y se notaba hasta en la forma en que cantaba o en la duración de sus conciertos.

Mellie no se veía sorprendida por la investigación de Dave, aunque no sabía específicamente los problemas que tenía el cantante, podía imaginarse la naturaleza de estos desde el día uno que lo conoció.

Nadie en esa habitación juzgó al cantante, ese no era su trabajo. Su trabajo era mejorar la imagen del joven, aunque eso fuera a base de mentiras y de falsa percepción de la realidad. 

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⏰ Last updated: Jul 19, 2018 ⏰

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control de daños » shawn mendesWhere stories live. Discover now