C3: ¿Efecto Gilmore/Paris?

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Bajé de dos en dos las escaleras y al llegar a la primera planta di una vuelta sobre mi propio eje, modelando mi atuendo a Rory, quien soltó una risita, tomó su mochila y salió de la casa conmigo detrás de ella.

Chilton, allá vamos.

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Estacioné mi Jeep en la entrada de Chilton pero ni Rory ni yo pudimos salir del auto, nos quedamos pasmadas viendo lo grande que era la escuela, ladeamos nuestras cabezas para poder ver mejor el establecimiento, era hermoso.

—¡Wow! —Exclamamos al mismo tiempo.

—Es hora de que entres al nuevo nido de conocimientos, mi dulce pollito. —Rory sonrió ante mi ridículo comentario.

Bajamos del auto y nos encaminamos a la oficina del Director, por petición de la escuela, Rory tenía que hablar con la mayor autoridad del instituto.

Al pisar la entrada del gigante edificio, visualizo a un apuesto hombre que me observa de manera coqueta, suelto una risita cuando empieza a acercarse.

—Buenos días, señoritas. —Confusión es lo que expresa el rostro de mi hija, el mío no deja de sonreírle al hombre frente a mí.

—Buenos días. —Lo examino con la mirada, viste un elegante traje que le queda bastante bien, empiezo a sentir un poco de vergüenza a raíz de mi aspecto, demasiado informal.

La mayoría de los padres del alumnado son ejecutivos exitosos que portan prendas que desbordan de elegancia y perfección. Con un poco de suerte encontré uno de mis sacos para el trabajo tirado en el suelo de la cocina, permitiendo esconder el ridículo atuendo que llevo puesto.

Empiezo a charlar un poco con él, descubro que su hija estudia aquí y que es divorciado.

Soltero y disponible para ti, Lorelai. Me dice la vocecita de mi cabeza.

Nos adentramos finalmente a la escuela, no sin antes despedirme de manera respetuosa de aquel hombre, me dice que saldrá de viaje a Tailandia, pero al volver me buscará al Independence Inn. La sonrisa boba de mi rostro no se borra, es la primera vez en mucho tiempo que alguien llama mi atención.

Claro está, siempre que algo aparentemente bueno me sucede, ocurre algo que lo descompensa, en este caso la presencia de la persona que menos quiero ver logra que la felicidad que tenía minutos antes sea reemplazada por descontento y amargura.

Emily Gilmore está aquí. ¿Quién la invitó?

—Mamá... —Suelto sintiendo mis músculos faciales tensarse, está sentada en una de las sillas del Director de Chilton, con sus usuales prendas caras y formales.

Me encojo en mi lugar, la incomodidad empieza a invadirme al recordar cómo estoy vestida. Aprieto el abrigo que cubre mi para nada adecuado conjunto para que mi madre no pueda verlo.

—Hola, Lorelai. —Se levanta de su asiento, caminando hacia Rory sonriendo, se dan un abrazo y un beso en la mejilla. Cuando se encuentra frente a mí solo me da una mirada fría a modo de saludo.

—No quiero sonar grosera, pero, ¿Qué haces aquí? —Pregunto con una sonrisa irónica en mis labios.

Emily rodó sus ojos. —Estoy pagando la educación de Rory, merezco la oportunidad de venir a verla en su primer día.

Cuando le pedí dinero a mis papás, les supliqué que todo quedará entre nosotros, Rory no podía enterarse de que era incapaz de saldar las mensualidades de Chilton, pero al fin de cuentas se enteró.

Tres días antes...

Estaba muy nerviosa, era la primera vez que venía a casa de mis padres y no había una celebración o préstamo de por medio, mi hija se encontraba enojada, el día anterior había salido con la disparatada idea de que lo mejor era seguir estudiando en Stas Hallow, luego de una ardua investigación, me di cuenta de que se trataba de un muchacho.

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