Él nota un pinchazo de celos cuando oye eso, pero la anima a seguir. Ella cuenta que Isaac la deslumbró. Él todavía estudiaba en la universidad pero ya era un intelectual con todas las letras. Vivía en un pisito pequeño y se pasaban los días allí: “cuando no hacíamos el amor, él leía o escribía. Así que yo aprovechaba para pintar”, recuerda ella. Habla de una relación cómoda que se resistió a finalizar cuando tuvo que volver a Londres, pero que finalmente no supieron llevar bien la separación física y poco a poco la cosa se fue enfriando.

Y después está Mikha. Él afirma conocer un poco su obra. Al fin y al cabo, es uno de los grandes nombres de la pintura contemporánea. Ella explica que vino a hacer una clase magistral a la RAA y se fijó en ella. Después de la clase, fueron a su hotel y de allí a París, donde estuvo un tiempo.

_ ¿Dejaste las clases por él? - le pregunta él. Ella asiente. - ¿Por qué lo dejaste todo por él y no por Isaac, por ejemplo?

_ Diferentes momentos... - empieza a decir ella, para seguidamente explicar - pero es que Mikha... soy una gran admiradora de su obra. En clase te enseñan cosas, pero ¿cuántas veces tienes la oportunidad de aprender en primera persona de la mano de un genio? 

Él asiente mientras ella añade:

_ Pero no sólo por eso... Yo quería la novela entera: ser la amante de un gran artista.

Así que eso hizo, estuvo en París ejerciendo de amante.

_ ¿Sin sentimientos? - le pregunta él.

_ No, claro que me gustaba. Es verdad que era - es - bastante más mayor que yo, pero... no, no, me encantaba cómo hacía las cosas. Es pasional en todas las facetas de su vida. 

Le pasa a describir cómo era su vida en París. Cómo Mikha se pasaba los días pintando y haciéndole el amor. Y cuando él pintaba, ella también lo hacía. Apenas encontraban tiempo para hacer otras cosas. No veían a nadie. Y se alimentaban fatal, comiendo lo mínimo para poder continuar haciendo las dos únicas cosas que consideraban básicas: pintar y follar. 

_ Y, ¿entonces? ¿qué pasó?

_ Era muy temperamental, con muchos altibajos. Y cada vez me dejaba pintar menos, me quería totalmente dedicada a él, porque cuando no me hacía el amor, me quería haciéndole de modelo... y se ponía celoso incluso con las llamadas telefónicas que yo recibía. Así que al final me cansé y volví. 

Dice que ya está. Que no hay nadie más.

_ E Ian - le dice él. 

_ Es cierto, te he dicho que le incluiría. E Ian - afirma ella. 

_ ¿Hay alguien más del estilo de Ian? - pregunta él. 

_ No tienen importancia - asegura ella.

Y él decide no insistir en ello. Al menos, de momento.

Ella decide que le toca a él y empieza por preguntar lo más morboso:

_ ¿Te has acostado con alguna fan?

_ Sólo con una.

_ ¿En serio? - ella parece dudar de su palabra.

_ En realidad, llevaba mucho tiempo con la misma persona. 

_ ¿Ah, sí?

_ De hecho, estaba con ella hasta un par de días antes de conocerte - confiesa él. 

_ Oh - ella está sorprendida.

_ ¿Qué? - pregunta él intrigado.

_ ¿Me estás diciendo que hasta hace unos días tenías novia, cortas con ella y dos días después me pides a mí que salga contigo? 

_ Pues sí, ha ido así la cosa.

_ Pero... no puede ser. ¿Cuánto tiempo llevabas con ella?

_ Unos tres años, aunque no siempre seguidos.

_ Pero... - ella parece enojada. 

_ Anna, ya sé que parece extraño. Sé que no es normal estar con alguien durante tres años, cortar y a los dos días conocer a alguien y pedirle para salir. No tengo ningún problema con estar solo. Yo no te había previsto - intenta explicarse él -. Anna, creo que te quiero desde el minuto cero de conocerte.

Ella se queda muy parada y unas lágrimas aparecen en sus bonitos ojos azules. Intenta secárselas con la mano. 

_ Vaya - es lo único que alcanza a decir. Cuando se recupera un poco, le pregunta- ¿y ella se llama...?

_ Kate.

En cuanto ve que ella no reacciona al oír ese nombre, añade:

_ Hemos rodado juntos una saga de películas.

_ Actriz...

_ Eso mismo. 

London daysWhere stories live. Discover now