Los Intocables | Los Intocables #0

Confianza.

Louis.

Por más que piensen que es incómodo llevar a casa a Livana después del beso, no lo es, en realidad es agradable estar en su compañía. Además, ese fue el mejor maldito beso de mi corta vida, Livana definitivamente sabe a esos algodones de azúcar que tanto ama comer.

—Yo... me divertí mucho. Gracias por invitarme—me dice en voz baja.

—Estoy seguro de que te empezaste a divertir luego de que te besé—No puedo evitar mencionarlo, debo sacarle un poco de jugo a todo esto.

—En realidad me estaba divirtiendo desde mucho antes. Tu beso no tuvo nada que ver con mi estado de ánimo.

Ella miente tan descaradamente.

—¿Uno de los comportamientos para las personas que sufren de TDAH es mentir?—pregunto.

—No. Deberías informarte mejor con mi condición.

—No tengo que hacerlo, Livana, con lo que me has contado me basta y sobra.

—¿Estás seguro?

—Muy seguro. ¿Puedo preguntarte algo?

—Claro.

Lo pienso un poco antes de hacer la siguiente pregunta—: ¿Me besarías de nuevo?

Ella lo piensa largo, pero su mirada no miente y esas mejillas sonrojadas tampoco, ella lo quiere, tanto como lo quiero yo.

—Tal vez.

Nos quedamos en silencio el resto del viaje hasta que por fin estaciono el auto de mamá frente a su casa. Antes de que ella puede decir algo yo me adelanto con la palabra "Confianza" rondando en mi cabeza.

—Tenía tres años cuando vi a mi padre darle una paliza a mi madre por primera vez. Era muy pequeño para entender bien las cosas, pero estaba consciente de que le estaba haciendo daño a mamá. Lo vi una y otra vez en eso, por bastante tiempo, soporté ver a mi madre con moretones en el cuerpo y un par de costillas rotas, escuché miles de veces como suplicaba que no la lastimara, que no le hiciera más daño.

Ella escucha atentamente cada una de mis palabras. Le digo como le pedí a mi mamá hace años cambiar mi apellido a Baker, no quería saber nada de los Thompson, nada, mientras más desvinculado esté con... ese señor, será mucho mejor.

—Entiendo...

—Quise contarte un poco más de mí. Deseo que te enteres de todo, pero quiero hacerlo despacio, aún me asusta que te quieras alejar de mí.

Y es así, en tan solo pensar que Livana se aleje... me destroza.

—Louis, no lo haré—toma una de mis manos del volate para entrelazar sus dedos con los míos—, no me voy a alejar de ti. No me importa tu pasado sino el presente.

—El problema es que aún queda una pizca de ese Louis del pasado y lastimosamente él a veces quiere despertar por completo.

—Pues si tanto lo deseas, haremos todo lo posible para que ese Louis no vuelva, aunque no estoy de acuerdo con eso. No debes cambiar lo que eres Louis.

—Soy dañino, Livana.

—Yo no lo creo así.

Nos sumergimos en otro beso arrebatador que es prontamente interrumpido por unos sonidos en la ventana, soy el primero en ver la silueta de su madre. Livana se tensa a mi lado, sé que su madre no es un pan de Dios y me mortifica meterla en problemas, porque si, está en unos grandes. Livana baja el vidrio de la puerta sonriéndole inocentemente a su mamá.

—Buenas noches.

—Buenas noches, señora Sanders—saludo e improviso algo para no meter en más problemas a Livana—. Su hija estaba en mi casa junto a unos amigos, realizamos un trabajo para castellano, vimos que ya era tarde y me ofrecí a traerla.

—Ya veo... uhm...

—Louis Baker, señora.

—Louis... ¿te gustaría quedarte a cenar?

Oh Diablos.

—Yo... no quiero incomodarlos.

—Al contrario, nos harás muy felices.

No sé porque presiento que me estoy metiendo en la cueva del lobo, pero Livana vale totalmente la pena, así que debo hacerlo, pase lo que pase.

Tiempillo sin actualizar por aquí pero... ¡Volvimos!

Esto es algo que pasó casi en la mitad de #CUADA (Que por cierto está a punto de llegar a los 100K, al igual que #EPOEC y #NVAP ¡GRACIAS!) ¿Lo recordaran?

Capítulo dedicado a Victoria <3 Espero que te haya gustado. Recuerden que dedico capítulos a aquellos que voten y comenten.

Nos estamos leyendo por aquí <3