mi pequeño rubio ◆ Naruto

◇◆ TRES ◆◇

Fugaku apenas se le pasó el dolor de cabeza y se levantó junto a minato.

─¿No era de noche? ¿por que estamos en el atardecer? ─dijo incrédulo fugaku. ─genial kushi-dobe nos dejaste inconscientes todo este tiempo ─dijo rodando los ojos.

─¿a quien le dices dobe? ¡fuga-teme! ─dijo kushina amenazante, ya sacada de quicio.

─Solo hay un dobe aquí, kushi-dobe ─dijo amenazante con la mirada y de brazos cruzados.

─m-mm.... ─un leve quejido se escuchó por la espalda de la peli-roja.

─mikoto-san... ─minato se dirigió donde mikoto y se agachó de su lado.

─m-minato-kun ─pronunció mikoto débilmente.

─¡mikoto-chan! ─dijo la uzumaki y se apresuró hacia su mejor amiga, ignoro el sentimiento que empezó a molestar cuando vio a minato y mikoto juntos, su amiga se veía débil y debía ayudarla.

─k-kushina-chan ─pronunció nueva mente débil.

─¿Que te ocurre? ─dijo preocupada la uzumaki.

─no-o es-... ─antes de poder terminar su frase, cayo en un desmayo.

━─¡mikoto-chan! ─grito empezando a desesperarse la peli-roja.

─kushina-san, calma te ─la uzumaki estaba apunto de gritarle, pero hablo antes de ella. ─mikoto-san, de seguro que esta agotada por el gasto de chakra ─término de decir con tranquilidad.

Desconfiada, asintió.

Viendo a la mujer desmayada minato habla

─fugaku, lleva la hasta que lleguemos, por favor ─dijo minato mirando a fugaku.

Este sólo bufo y tomó a la peli-azúl como princesa.

Nuevamente sintió esa corriente eléctrica que recorre por todo su ser dando una sensación molesta pero cálida.

Tomaron rumbo a la aldea de konoha al parecer estaban más lejos.

En mitad de camino mikoto despertó.

Al ver al hombre que la estaba sosteniendo en sus brazos firmemente, un sonrojo no demoro en aparecer.

─etto ... ─dijo apenada. ─f-fugaku-kun, y-ya estoy mejor ─se sonrojo más cuando el hombre la miro. ─¿p-puedes ba-bajarme?

El hombre satisfecho por la actitud de la bella mujer, sonríe de lado y la deja cuidadosamente en el suelo.

Luego de eso minato y kushina se acercaron a mikoto, asegurándose de que este bien, lo cual ella confirmaba todo.

Empezaron a caminar lentamente por precaución de mikoto, aunque ella dijera lo contrario.

Kushina iba adelante, mikoto y fugaku entremedio y finalmente minato atrás.

Una brisa sacudió sus cabellos dorados, cerro los ojos para poder disfrutar esa refrescante brisa cual bailaba en sus mechones.

" ¡grrr! "

Un sonido singular revoloteo en sus oídos, uno que conocía muy bien.

Se detuvo y miró hacia la izquierda buscando la fuente del ruido.

─Tengo hambre, pero... ─había un pequeño rubio ojos celestes a comparación del cielo.

Estaba en cuclillas con una rama y un pescado incrustado, resiente cocinado.

Atrás de el estaba una pequeña fogata con la cual al parecer había hecho el pescado.

En frente de el había un pequeño gatito, el cual se notaba que no había comido por meses y estaba desnutrido.