"Cirugía Con Metal Oxidado"

1.

Olor a carne en la parrilla y el olor a hierba mojada invadía el ambiente que me rodeaba.

El sonido de mis amigos lanzando el balón y adultos riendo sobre sus recuerdos de su juventud.

Mientras que yo solamente me mecía en el columpio oxidado, adelante atrás, adelante atrás, repetía sin cesar. Veía el humo que salía de aquella parrilla.

Me acerque con esos niños a los que yo llamaba amigos, los mire fijamente hasta que voltearon la mirada y sonreí.

"Vete de aquí" dijo mi amigo yo mire a mi amiga y me empujo, caí en la tierra húmeda mis pantalones se ensuciaron y yo seguía sonriendo "fenómeno" me llamaron supe que estaban enfadados pero la pregunta era ¿Porque?, ¿habia hecho algo malo?.

Camine hacia mi columpio favorito u note como rechinaba ese sonido hizo que jadeara y casi gritara de desesperación era insoportable comencé a rascar mis brazos mientras que con la otra mano me cubría la oreja, todos me miraron. Luego el ambiente se torno grisáceo mis amigos se habían ido y los adultos igual camine hasta ese sonido rechinante a lo lejos gire mi mirada hacia arriba y vi una lata colgando parecía inofensiva estaba a punto de tomarla cuando, vi a un hombre con capucha café acercarse me oculte destras del árbol tapando mi boca para que no me escuchara.

El sujeto tomó la lata y la hecho en una bola grande y pesada sonó un quejido en la bolsa, luego se fue.

Sigilosamente empecé a seguirlo pasando de un árbol a otro, la curiosidad me invadía a pesar de que seguía escuchando ese sonido que me aturdía quería averiguar a donde iba aquel señor.

Después de caminar tanto note que se le cayo una lata y la tome.

El sujeto entro a una pequeña casa llena de luces de neón por dentro, les dio una lata a los amigos que cuidaban la puerta y lo dejaron entrar, hice lo mismo que el sujeto y pude entrar.

Por dentro el edificio era más grande y entendía porque habían personas altas que casi podían tocar el techo cosa que yo no podía, tendrían que haber 4 yos encima mío para poder tocar ese techo de madera, camine mirando a mi al rededor toda esa gente era lo que la sociedad podía llamar perfecta mujeres voluptuosas con cuerpos despampanantes y hombres fuertes y guapos.

El físico soñado de los ignorantes que tienen una mente serrada a lo que la sociedad dicta.

Camine hasta encontrarme con dos puertas una con una lata pintada en la puerta y otra color blanco estaba muy limpia parecía la indicada para entrar así que no tome esa y entre en la que tenia la lata.

Vi al hombre con la bolsa estaba llorando.

Una mujer empezó a hacer ruidos de respiración forzada me daban ganas de gritar y llorar pero tenia que aguantar tenia que ver, ver, ver, ver, ver.

El hombre le entrego la bolsa y lloro más fuerte luego dijo "ahí esta las 24 latas y mi único amigo en la vida".

La mujer empezó a reír agudamente pero como susurrando, luego saco el cuerpo y se subió a la mesa de un salto se agacho y olfateo el cuerpo se veía deseosa.

El hombre asustado se levanto y retrocedió haciendo que la mujer lo viera sonriendo y lo noqueara de un golpe luego le arranco una horeja con una morida y empezó a masticarla como un chicle, empezó a respirar de nuevo, luego entro uno de esos tipos altos para cargar el cuerpo desmayado de ese hombre, la mujer le escupió en la cara al hombre y salio arrastrándose de ahí con la bolsa de latas.

Seguí a aquel hombre alto y perfecto, entró a la habitación limpia y pura.

Lo seguí y me escondí debajo de un suéter negro que olía a jamón rancio.