Capitulo 6 - La Casa Blanca y Chicos sexys

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- Cariño, tú me provocaste. -Explicó como si todo fuese tan obvio. - ¿Cómo podría desperdiciar la oportunidad de estar junto a una hermosa chica tan cerca de mi?

Esforzándome para no sonrojarme, fruncí el ceño hacia él. -Pero fuiste tu mismo quien se empujó aquí dentro. -Espeté, cruzándome de brazos. -Si no hubieses hecho eso, nada de esto, -Hice gestos salvajemente entre el aire que había entre nosotros. - ¡Hubiese pasado!

Parpadeó antes de finalmente hacer algo que sonó bastante familiar.

Rió entre dientes. Llámenme loca pero tuve la misma impresión con el idiota de la línea. Sacudí mi cabeza mentalmente a eso, reprendiéndome. Cualquiera podría hacer eso, pensé. Especialmente los chicos calientes como él. Pero entonces eso sólo hizo que en realidad sacudiera mi cabeza, sacando todos esos pensamientos que tenían que ver con lo caliente y chicos por el momento.

- ¿Por qué lo hiciste de todos modos? -Pregunté, frunciendo el ceño. Apretó su mandíbula levemente mientras pensaba para él mismo. Entonces, como la luz de una bombilla, sus ojos se abrieron y de repente estaba furioso.

- Mierda, mierda, mierda, mierda, -Maldijo, pasando rápidamente sus ojos por todo el baño y finalmente hasta la puerta antes de buscar dentro de su bolsillo y sacar su móvil. - ¡MIERDA! -Exclamó después de observar algo en su móvil. Mi ceño se hizo más profundo debido a sus maldiciones. Abrí mi boca para regañarlo pero me interrumpió.

- ¿Me harías un favor y ver si alguien está afuera? -Susurró, sus palabras levemente apresuradas. Ladeando mi cabeza a un lado, le lancé una mirada interrogante. - ¿Por favor? -Suplicó, sus claros y azules ojos abiertos por una fracción.

Tomé una áspera respiración, resistiendo la urgencia de desmayarme a causa de su carita de cachorro. Es jodidamente bueno en eso; mientras aun se las arreglaba para lucir sexy como el infierno al mismo tiempo. Probablemente suele hacer eso con innumerables personas también. Ese pensamiento me hizo gruñir antes de hacer un movimiento hasta la puerta. -Bien.

Asomando la cabeza por fuera de la puerta y observando los alrededores con movimientos circulares,

- Todo despejado. -Dije, mi voz levemente sarcástica.

- Bien, gracias. -Se apresuró, golpeando mi hombro.

- ¡Espera! ¿Qué hay de, -Pero ya había desaparecido de mi campo visual, adentrándose en uno de los tantos pasillos bajo el salón. -Cena. -Finalicé, ahora sólo para mí.

Me encontré a mi misma tocando mis labios, suavemente, permitiéndome pensar nuevamente en el beso de hace menos de cinco minutos. Un toquecito en mi hombro interrumpió mis pensamientos, haciéndome saltar levemente a medida que me daba la vuelta.

Era el chico del comedor. Otra vez.

- ¿Ahora qué? -Solté un respiro, exasperada. Corrí una mano por mi cabello, mis ojos se abrieron cuando fui consciente de que mi cabello caía hacia abajo. Sosteniendo un mechón de mi cabello donde pudiera verlo, recordé el beso; cuando Ryder había movido una de sus manos hasta mi cabello, desamarrándolo hacia abaja, hasta su usual largo, mis codos.

El chico delante de mí se aclaró la garganta, recordándome que aun estaba ahí.

- ¿Sabe hacia dónde fue Ryder, señorita?

- ¿Señorita? -Ladeé la cabeza hacia un lado por su formal término. - ¿En serio? -Parpadeó antes de que una divertida sonrisa apareciera en su rostro. Lo miré, digo, en realidad mirándole, de pies a cabeza. Es en realidad bastante lindo. Concluí silenciosamente antes de regañarme a mí misma.

- Es cortés. -Respondió con esa divertida sonrisa aun en sus labios. Eso me confundió aun más. ¿Qué es tan gracioso?

- Pero tienes como, ¿qué? ¿20? -Arrugué ambas de mis cejas mientras hacía gestos hacia su cuerpo.

His Number /En pausa/Where stories live. Discover now