Capitulo 33

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Capitulo 33

—¿Se la diste? —pregunté suavemente y Harry, viendo mis pensamientos, avanzó a mi lado, tomando mi brazo.

—No —gruñó sus esperanzas.

—Lo siento, tuve que hacerlo —contestó ella pero ya había visto su respuesta.

—Está bien —le aseguré mientras se apoyaba en el marco de la puerta en derrota.

Me mordí el labio y traté de mantener la calma. Tenían mi sangre, otra vez. Waliyha dijo que Sikes buscaba una manera de obtener más de ella. Y la encontró torturando a personas que apenas conocía. ¿No había nadie a mí alrededor seguro?

Mientras mi respiración se aceleraba, el pomo de la puerta traqueteó junto a nosotros y Harry me frotó el brazo. Mis pulmones conseguían respiraciones entrecortadas y sentí los brazos de Harry rodeándome, mi cara presionada en su cálido, y con maravilloso olor, cuello y un torrente de calma me rodeó. Besó mi frente y puso su palma en mi mejilla. Alcé la vista y sacudió su cabeza en un no hacia mí.

Nuhuh, no estás haciendo esto. No vas a hacerte la mártir. Estoy aquí y te mantendré a salvo.

Pero todo está cayéndose a pedazos. Ni siquiera la conozco y sin embargo fue amenazada; por mi culpa.

Lo averiguaremos. La enviaremos lejos a algún lugar por un tiempo para mantenerla a salvo, por si acaso.

¿Qué pasa con todo lo demás, todos los demás? Cada vez que pienso que tenemos unos minutos para respirar algo más ocurre. No creo que pueda hacer esto.

Sí puedes. Mira por todo lo que hemos pasado. Seguimos aquí.

Negué, sin saber qué más decir. Miré de nuevo a Amber cuando escuché un movimiento y vi que se giraba para irse. La mano de Harry se alargó y le agarró la muñeca suavemente pero con rapidez, con una velocidad que no le había visto nunca. Era inhumano e hizo que me lo cuestionara pero nunca dijo nada a mis preguntas internas.

—Espera, Amber, entra. Te ayudaremos.

—¿Cómo pueden ayudarme? —preguntó mientras la empujaba adentro y entrábamos en la madriguera.

—¿Tienes familia con la que puedas quedarte que no esté aquí?

—Tengo una tía en Cincinnati.

—Vale, genial. Haré algunas llamadas y puedes recoger tus cosas y a tu familia y tomar un avión para ir a verla por un tiempo, ¿de acuerdo?

Ella le lanzó una mirada que era tan incrédula como estupefacta.

—¿Por qué me estás ayudando después de lo que hice?

—Protegías a tu familia. —Me miró y apretó mi mano—. Sé lo que es eso.

—Lo siento, en serio —declaró.

—Lo sabemos. Sólo siéntate un poco. Acomódate, estarás a salvo aquí.

Asintió y se acurrucó en la silla como una niña asustada por una pesadilla.

—¿Qué vamos a hacer? —pregunté un poco histéricamente después de que cerrase la puerta—. Eso podría haber sido cualquiera viniendo a por mi sangre, Sikes crea una recompensa y la gente aparentemente viene para recogerla.

—Bueno, esperan que empaquemos y nos marchemos en este mismo instante así que haremos lo contrario. Nos quedaremos y nos iremos un poco más tarde como habíamos planeado.

—Sí probablemente tengas razón sobre eso —murmuré mientras él hacía unas llamadas.

Hizo los arreglos como le prometió y luego fue a despertarla. Le dijo que llamara a su padre y le dijera que empacara algunas cosas y viniese a por ella. Costó un poco convencer a su padre y Harry eventualmente tuvo que ponerse al teléfono y usar su voz severa. Llegó rápidamente, en menos de diez minutos, y Harry le dio un poco de dinero.

—Ahora, no le digas a nadie dónde estás, sólo ve y quédate un tiempo.

—Gracias —le dijo y sollozó, mirándome por encima—. Lo siento.

—Está bien, ten cuidado.

Asintió mientras se marchaba y ambos suspiramos como si hubiésemos logrado algo pero realmente no era así. Todavía estábamos hasta las rodillas en medio de todo el desastre.

Decisiones (Harry Styles y Tu)Where stories live. Discover now